Ontenient cuenta con una nueva clínica de podológica. Este podólogo en Ontinyent está situado en la calle Calle Alcalde Paco Montes, 18.
Un referente en el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de las alteraciones que afectan al pie de un deportista, haciendo especial mención a las infiltraciones con PRP (plasma rico en plaquetas), exploración biomecánica y plantillas personalizadas.
Debemos recordar que los pies son un pilar fundamental nuestro cuerpo y es muy importante el poder mantenerlos en buen estado para que a la hora de desarrollar nuestras actividades diarias como la simple acción de desplazarnos de un lugar a otro no se transforme en algún tipo de dolencia. Razón por la cual una de las principales funciones que debemos desarrollar a diario con nuestros pies es la prevención tratando a tiempo las dolencias, escoger el correcto calzado acorde al momento, si vamos por ejemplo a realizar una actividad deportiva, también es fundamental considerando que cada deporte utiliza un calzado especifico.
Por otro lado, siempre es recomendable concurrir al podólogo cada vez que padezcamos de algún dolor, malestar o lesión que presentemos en los pies. Por ello el El Centro de podología en Ontenient da el mejor servicio gracias a su formación continua en componentes y realizado importantes inversiones económicas, para contar los las más avanzadas y modernas instalaciones para la atención de sus pacientes.
La pandemia nos ha dejado secuelas, psicológicas y físicas. En el caso de los corredores/as, estas secuelas se pueden transformar en nuevas lesiones, si no se ha realizado una adecuada preparación durante el confinamiento y los meses posteriores. Por ello Clínica podología Soriano cuenta con tres inmuebles propios dotados de sala de biomecánica con cinta mecánica, para simular la carrera de los atletas sujetos a estudio biomecánico y análisis del gesto deportivo, plataforma de sensores de presión para estudio computerizado de la marcha y de la pisada, cámaras de alta velocidad, para realizar filmaciones tanto de la marcha como de la carrera y su posterior visualizado a 1200 frames/seg, analizando a cama súper lenta cualquier movimiento a gesto patológico o anormal durante el ciclo de marcha o carrera, así como camilla exploratoria, podoscopio para la visualización de la zona plantar en carga, sistema de valoración del acortamiento de gemelos o tendón de Aquiles, pruebas específicas para valoración de dismetrías o basculaciones pélvicas, así como de escoliosis o híper lordosis a nivel de la espalda.
Cuentan con aparatos para le medición de la frecuencia cardiaca y saturación del O2, pruebas hemodinámicas, como el doppler para valoración de vasos periféricos, para la prevención y el tratamiento de patologías vasculares, sobre todo en pie de riesgo (diabéticos). Dermastoscopio para análisis macroscópico de lesiones dérmicas tipo verrugas, melanomas, ictiosis, control de nevus y otras lesiones pigmentadas de la piel.
Radiología digital computarizada, para la valoración de estructuras y deformidades óseas, que nos permiten diagnosticar en poco tiempo la presencia de lesiones o deformidades óseas como juanetes, dedos en garra, espolones o coaliciones tasarles, así como valorar la eficacia o mejora de las deformidades estructurales tras nuestros tratamientos quirúrgicos.
El decálogo para cuidar la salud de nuestros pies
Los momentos que vivimos están siendo atípicos en todos los sentidos. Si hablamos del apartado deportes vemos la falta total competiciones y entrenamientos, en casa, sin poder correr con total libertad. Los atletas han tenido que familiarizarse con un nuevo tipo de dolencias tras el parón. Más allá de las lesiones de los pies, hay otro tipo de lesiones que también han aumentado en la época post-confinamiento. Es un cóctel que puede explosionar en forma de más lesiones si el corredor o corredora en cuestión no han sabido adoptar las medidas preventivas necesarias.
Por otra parte la pandemia ha sido una gran oportunidad para que mucha gente se volcara de nuevo con el deporte o bien empezara a correr.
Así pues, más allá de las contusiones en la zona del pie, lesiones musculares como las roturas de fibras, traumatismos (caídas con hematomas o contusiones que, en el peor de los casos, han llegado a ser fracturas) o lesiones ligamentosas y articulares (esguinces de tobillo, distensiones ligamentosas en la rodilla o lesiones meniscales) han sido el plato de cada día en esta pandemia.
Si hablamos de otras patologías como callosidades o deformidades de las uñas, lo recomendable es que acudan mensualmente a la atención podológica para así evitar futuras complicaciones, sin embargo; en muchas ocasiones la realidad es distinta, se acude cuando ya las lesiones están presentes o cuando la misma persona ha intervenido en sus pies provocando heridas.
En los niños es importante observar sus pies de manera permanente, visualizando la forma de sus dedos y la pisada que realizan, ya que en ellos es más común patologías como pie plano, pie cavo, pie valgo, disminución de la estabilidad y marcha en puntilla, todas ellas pudiendo ser tratadas a temprana edad con resultados positivos.
Por ello recomendamos:
- Lo más importante, siempre, es saber elegir un buen calzado. Lo principal es que sea de la talla correcta. Es importante evitar usar calzados que no tengan suela antideslizante y que no sean impermeables.
Es muy importante utilizar calcetines de fibras naturales, que permitan una buena traspiración y eviten el exceso de sudoración.
Tenemos que llevar a cabo ciertos cuidados de higiene diarios: lavarnos con jabón neutro, secar suavemente e hidratar una o dos veces al día.
Debemos incrementar el consumo de ciertos alimentos y beber mucha agua. Alimentos con vitamina C, E y K.
Aunque lleguemos a casa con los pies fríos, debemos evitar acercarlos a focos de calor directos. Los cambios bruscos de temperatura siempre son desaconsejables, pues se potencia la aparición de sabañones y otras anomalías en la piel.
Estar mucho tiempo con los pies inmovilizados también puede afectar a nuestros pies de forma negativa.
El alcohol, la cafeína o el tabaco pueden afectarnos negativamente.
Debemos prestar aun más especial atención a la forma de realizar los ejercicios.
Por último, es recomendable acudir cada seis meses o, al menos, una vez al año a la consulta del podólogo.