Castellón de la Plana, 02 de noviembre de 2022 – Pocas veces en la historia se han registrado tantas cogidas y aplastamientos mortales en la misma temporada taurina. Coincidiendo con los primeros festejos populares tras dos años de pandemia, los encierros, embolados, enmaromados, sueltas y demás espectáculos taurinos se han cobrado la vida de 15 personas hasta la fecha, y han puesto en peligro la de centenares. El Partido Animalista PACMA ha documentado el último toro embolado de Onda, en Castellón, donde un hombre ha quedado tendido inconsciente en el suelo tras recibir cuatro cornadas y un fuerte traumatismo en la cabeza.
PACMA ha documentado este verano corridas, encierros, sueltas de vaquillas, toros enmaromados, becerradas y hasta “discovaca”; modalidad esta desconocida para muchos hasta la fecha. Aseguran desde la formación política que una salida masiva a las calles por parte de gente inexperta motivada por vivir la adrenalina tras años de parón social y festivo podría ser el factor decisivo para el elevado número de bajas.
El último toro embolado que se ha enfrentado a las cámaras del Partido Animalista ha sido el de Onda, en Castellón. Sin embargo, no ha sido solo la crudeza de las imágenes del animal sufriente lo que ha conmocionado, una vez más, a las redes sociales, sino la impactante estampa de un hombre adulto tendido en el suelo, inconsciente y con la cara azul después de recibir cuatro cornadas y un fuerte golpe de cabeza contra el asfalto.
“¿Es aceptable que se empleen recursos públicos para costear estas fiestas? ¿Es justo invertir millones de euros de la sanidad de todos para atender a personas que voluntariamente ponen su vida en peligro por divertirse? ¿Hasta qué punto debemos tolerar, como país, la asunción de responsabilidades derivadas de la tauromaquia?”, apunta el presidente de PACMA, Javier Luna.
El sobrecogedor vídeo, compartido a través de las redes sociales de la formación política, no solo muestra el drama humano detrás de los festejos populares, en los que habitualmente participan menores y se abusa de sustancias, sino el pavor de los animales por verse obligados a participar en una fiesta en la que son protagonistas sin quererlo.
Los veterinarios lo aseguran: los bovinos son animales muy sensibles, que como depredados experimentan el miedo de una forma intensa que puede revivirse una y otra vez. “El toro huye naturalmente del fuego y, de hecho, esa es la gracia que le encuentran a la fiesta; la desesperación del animal por zafarse del artefacto prendido que tiene en los cuernos”, afirma Luna.
“Cada vez tenemos más motivos para trabajar por la eliminación total de los festejos populares con animales. La excusa de la tradición ya no es un motivo para nosotros ni para la población a la que representamos, y tenemos la certeza de que el tiempo hará que la tauromaquia y sus vertientes caigan por su propio peso”, concluyen.
Fotos: PACMA
Enlace a vídeo en Twitter.
Enlace a vídeo en YouTube.