Enrique Cabrejas Iñesta.
Investigador de la Historia del Lenguaje.
Verán, del topónimo de “Valencia” se ha dado por cierto que deriva del término latino Valentia Edetanorum que le dieron los romanos. Y eso sería acertado si no fuera porque Valencia no fue fundada por los romanos. Ciertamente fue una colonia romana en el año 138 a. C., siendo cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, no obstante con el nombre que dieron a la ciudad los romanorum reconocían de facto que era un nuevo re-asentamiento sito en tierras de los edetanos y déjenme apuntar que Edetanorum es el gentilicio de quienes vivieron en el territorio de Edeta y que eran los autóctonos. Así que sus fundadores fueron ibéricos y la tuvieron que llamar forzosamente Balentia.
Pero ¿por qué el nombre de Balentia? Miren, en primer lugar porque la ciudad tuvo que estar bajo la protección de una deidad edetana y para referirse a ella lo hacían con el nombre de BA si se trataba de “La Señora” o de BAL si se trataba de “El Señor”, eran sus dioses. Y en segundo lugar porque nuestros ibéricos tenían el carácter “V” cuando escribían pero tenía el valor de nuestra actual “n”; no distinguían cuando pronunciaban entre las que son nuestras letras “B” y “V” , su fonología era la que fue y cuando vocalizaban /B/ la articulaban oclusiva bilabial y no tenían una que fuera labiodental como es /V/ ¿y saben qué? Aquí está lo mejor del asunto: ¡Nosotros tampoco! siquiera miles de años después. Si escribimos “B” o escribimos “V” deberíamos distinguir los sonidos de una y de otra letra ¿no es así? La primera deberíamos hacerla oclusiva bilabial y la segunda hacerla labiodental, sin embargo en idioma español aunque la escribamos no lo hacemos ni por equivocación pero… ¿por qué no lo hacemos? Es algo extraordinario que no tiene explicación. Pero… ¿de verdad, piensan que no la tiene? ¡Sí! Y tanto que la tiene. No lo hacemos porque aunque los romanos cambiaran la “B” ibérica por la “V” latina y digamos latinizasen el idioma, nosotros continuamos vocalizando del mismo modo como lo hicieron nuestros antepasados en oclusiva bilabial. Ahí tienen la mejor prueba para demostrar que nuestra fonología la heredamos directamente de la fonética de la lengua vernácula, es decir de la ibérica oral y no del latín vulgar como se afirma.
Y el latín es una lengua extraordinaria, es un éxito de tipografía pero siquiera existía cuando la antiquísima lengua ibérica llenaba de significado las estelas de esta península. Que no supieran interpretarla como bien se debiera desde un buen inicio dificultó que eso no estuviera claro. Y es que Valencia se trata de un acrónimo ibérico y en lingüística los acrónimos son vocablos formados al unir parte de dos o más palabras. Esa clase de acrónimo es el tipo de nombre que es BALENTIA y es el modo común de uso de la sintaxis de los íberos y los celtíberos que en este término se complementa de tres elementos claramente identificables. Y es necesario apuntar que el sentido de un acrónimo es la suma de los significados de las palabras que lo generan. En el caso que nos ocupa son los vocablos: BAL · EN · TIA.
Fíjense por favor, el primer lexema se trata de Βαλ “Bal” y es un modo ibérico de referirse a dios y tal como “El Señor”. El segundo lexema se trata de εν “en” y es la misma preposición “en” que actualmente usa nuestra gramática, aunque en tiempos pasados tenía la acepción de nuestro actual “dentro”. Y el tercer lexema es el vocablo τια “Tia” refiriéndose a la diosa que daba protección a la ciudad y es que además significaba lo mismo que nuestro pronombre de tercera persona del singular y tanto ellos como nosotros tenemos género femenino y lo declinamos con la vocal (-a) “Ella”. Sorprende que para ser el ibérico una lengua rara, muy rara, es más raro aún que sea tan parecida a la nuestra. Los edetanos a “Ella” no la llamaban por su nombre por respeto y temerosos de los dioses. Así pues, la diosa y la ciudad se igualan con la locución ibérica Tia. Y la razón de ser llamados Ede/Tanos era por dar culto, como Tanos que eran, a los dioses Titanes.
El nombre de la ciudad y provincia de Βαλεντια “Valencia” es un acrónimo ibérico al igual que otras ciudades: Numantia, Termantia, Palantia, etc y que siguen el mismo patrón sintáctico ibérico. ¿Pero entonces que significa Valencia? Miren, hay que observar los cambios ortográficos que se dieron durante la romanización, ya que la “b” fue sustituida muy a menudo por la “v” y la “t” por la “c”, aunque a efectos prácticos el sentido semántico no queda afectado y son los propios romanos quienes nos dan la clave del gran misterio al reconocerla como Valentia Edetanorum y si hago una transcripción a nuestras palabras: ELLA VA CON EL DIOS DE LOS EDETANOS. Pero para nosotros y con nuestra actual gramática es más apropiado hablar de El Señor es contigo o El Señor está en Ella. Bien, puede sorprender tanta religiosidad para nuestros antepasados ibéricos pero el concepto Iglesia no es sólo nuestro y es obvio que aunque cambiamos de doctrina no las liturgias que siguen siendo “variaciones” de las antiquísimas helenas orientales.
En cualquier caso, lo más sorprendente es que quienes usamos la lengua española no sabemos lo que nos decimos cuando llamamos a la ciudad VALENCIA. Es natural, porque la idea que se tiene de la lengua de nuestros antepasados es que su escritura eran unos extraños rayotes, cuando la excelencia de su idioma y que es nuestro sin parecerlo era extraordinario. Perdimos esa excepcional sapiencia antigua y sus conocimientos que eran inabarcables. Quizá no se entienda tanta excelencia para una sociedad que se antoja primitiva pero no hay que olvidar de que proviene de un vestigio minoico y aprendí a través de sus asombrosos textos punteados en bronce que aún siendo una generación profundamente integrista, también fueron una civilización de la cual nosotros somos otra generación y que no sólo nos dieron la identidad de quienes hoy somos sino que a la vez fue una sociedad solidaria y muy respetuosa con las mujeres, los niños y atenta con sus ancianos. Y es que no en vano “Ella” está bajo la protección de El Señor porque VALENCIA es un Teónimo pleno de significado y aunque cualquier colonizador siempre pretende borrar la huella de su antecesor y probablemente lo consiga, no obstante hay en un asunto que por mucho empeño que ponga jamás lo consigue y es en el aspecto religioso, pues cuando una civilización, sea cual sea, declara un lugar santo; todos lo seguirán estimando como tal y para toda la eternidad. VALENCIA es un acrónimo ibérico que en español significa: EL SEÑOR ES CONTIGO. ¿No les parece algo extraordinario?