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Por qué Tolkien rechazó a Disney: la historia detrás del veto a adaptar ‘El señor de los anillos’
El impacto de Tolkien en el cine

La obra literaria de J. R. R. Tolkien ha marcado profundamente la historia del cine gracias a las exitosas adaptaciones dirigidas por Peter Jackson. La trilogía de El señor de los anillos a comienzos de los años 2000 y, posteriormente, El Hobbit, consolidaron el universo del autor en la gran pantalla.

Sin embargo, mucho antes de estos éxitos, sus historias ya habían sido llevadas al cine de animación. Directores como Jules Bass y Arthur Rankin Jr. realizaron los telefilmes animados El Hobbit (1977) y El retorno del rey (1980). Por su parte, Ralph Bakshi estrenó en 1978 su ambiciosa adaptación animada por rotoscopia de El señor de los anillos, una obra influyente que serviría de referencia visual para Peter Jackson décadas después.


El veto de Tolkien a Disney
A pesar de la afinidad entre sus mundos imaginarios y el cine de animación, Tolkien siempre se negó a que Disney adaptara su obra. De hecho, impidió explícitamente cualquier colaboración con los estudios del ratón Mickey.
La razón se remonta al estreno de Blancanieves y los siete enanitos (1937). Tolkien, que acababa de publicar El Hobbit y era un apasionado de los cuentos populares, acudió a verla junto a su amigo C. S. Lewis. La experiencia fue, según sus palabras, “horrorosa”.
“El efecto que me producen sus películas es repugnante”
Décadas más tarde, en una carta fechada el 15 de julio de 1964, Tolkien expresó abiertamente su opinión sobre Disney. En ella afirmaba:
“Reconozco el talento de Disney, pero siempre me ha parecido irremediablemente corrompido. Si bien en la mayoría de las películas que salen de sus estudios hay pasajes admirables o encantadores, el efecto que todas ellas me producen es repugnante. Algunas me han dado náuseas”.
El autor consideraba que Disney había “despojado de profundidad” a los cuentos de hadas y que las adaptaciones dulcificadas dañaban su esencia original. Para Tolkien, esta forma de modificar y suavizar los relatos tradicionales acababa por destruirlos.
Tolkien consideraba a Disney “un tramposo”
La carta continuaba con críticas contundentes hacia la empresa y sus prácticas comerciales. Tolkien acusaba a Disney de comportarse como “un simple tramposo, dispuesto e incluso deseoso de defraudar a los menos experimentados mediante artimañas legales”.
El autor cerraba la misiva dejando claro que jamás aceptaría una propuesta de Disney: “no soy tan pobre”.
Un rechazo que marcó la historia de la fantasía
Gracias a esta firme postura, Disney nunca obtuvo los derechos para adaptar las obras de Tolkien. Esta decisión abrió la puerta a otros creadores y estudios, y décadas más tarde permitió que Peter Jackson llevara a la gran pantalla un universo más acorde con la visión original del autor.
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