El pescado es una fuente común de exposición humana a los contaminantes orgánicos persistentes, que pueden ejercer propiedades de alteración endocrina y contribuir al desarrollo de la obesidad.
En 2014, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE UU animó a las mujeres embarazadas, en lactancia o que puedan quedarse embarazadas a no consumir más de tres porciones de pescado a la semana para limitar la exposición del feto al metilmercurio. Entonces, no había una respuesta clara sobre la cantidad óptima y el tipo de ingesta de pescado durante el embarazo respecto al crecimiento y el desarrollo del niño.
Leda Chatzi, investigadora de la Universidad de Creta (Grecia), junto a otros investigadores, analizó los datos de 26.184 mujeres embarazadas y sus hijos en estudios de cohorte europeos y americanos para examinar las asociaciones entre el consumo de pescado de la madre y el crecimiento infantil y el sobrepeso y la obesidad. Se hizo un seguimiento de los niños a intervalos de dos años hasta la edad de 6 años.
El promedio de la ingesta de pescado durante el embarazo varió entre las áreas de estudio con un rango de 0,5 veces por semana en Bélgica hasta 4,45 veces por semana en España. El alto consumo de pescado se fijó en una ingesta de más de tres veces a la semana, mientras que la baja ingesta de pescado era una vez a la semana o menos y el consumo moderado se estableció entre más de una vez, pero no más de tres veces a la semana.
De los niños, 8.215 (el 31%) eran de crecimiento rápido desde el nacimiento hasta los dos años de edad, mientras que 4.987 (el 19,4%) y 3.476 (el 15,2%) eran niños con sobrepeso u obesidad en edades de 4 y 6 años, respectivamente.
La magnitud del efecto de la ingesta de pescado fue mayor en las niñas que en los niños
Las mujeres que comían pescado más de tres veces por semana cuando estaban embarazadas dieron a luz a niños con valores de índice de masa corporal (IMC) superior a los 2, 4 y 6 años de edad en comparación con las mujeres que comieron menos pescado.
Crecimiento más rápido
Asimismo, el consumo elevado de pescado de la madre durante el embarazo se asoció con un mayor riesgo de un rápido crecimiento desde el nacimiento hasta los 2 años y con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad para los niños en edades comprendidas entre los 4 y los 6 años, en comparación con el consumo de pescado de la madre durante el embarazo de una vez a la semana o menos. La magnitud del efecto de la ingesta de pescado fue mayor en las niñas que en los niños.
“La presencia de contaminantes ambientales en el pescado podría proporcionar una explicación para la asociación observada entre el alto consumo de pescado en el embarazo y el aumento de la adiposidad infantil”, explica Kogevinas. Los investigadores remarcan que recolectaron información sobre el consumo de diferentes tipos de pescado, pero que no tenían datos suficientes para distinguir entre las especies de peces, los procedimientos de cocción o si eran de río o mar.
“Por otra parte, en ausencia de información sobre los niveles de contaminantes orgánicos persistentes entre los estudios de cohortes participantes, nuestra hipótesis de que la exposición asociada a los contaminantes de los peces puede desempeñar un papel en las asociaciones observadas sigue siendo especulativa”, remarca Chatzi. Y concluye: “nuestros resultados están en línea con el límite de consumo de pescado durante el embarazo propuesto por la FDA y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE UU”.
Referencia bibliográfica:
JAMA Pediatr. Publicado online February 15, 2016. doi:10.1001/jamapediatrics.2015.4430