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EMT Valencia exige 40 millones a ATMV por bono SUMA
La empresa municipal de transportes reclama una deuda acumulada que amenaza su sostenibilidad
La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia ha dado un paso firme en su lucha por la sostenibilidad económica: exige a la Autoridad de Transporte Metropolitano de Valencia (ATMV) el pago de los 40 millones de euros que, según la entidad, esta le adeuda por el uso del bono SUMA, el sistema de tarifas unificadas que integra distintas operadoras de transporte público en el área metropolitana de Valencia.
Desde su implantación en 2022, el bono SUMA ha sido bien recibido por los usuarios del transporte público, ya que permite desplazamientos combinados en autobús, metro y tranvía con un único título y a precios más accesibles. Pero este éxito de cara al público ha traído consigo una serie de desequilibrios financieros que, según EMT, deben resolverse con urgencia.
Origen del conflicto: el bono SUMA y sus efectos colaterales
Qué es el bono SUMA y cómo funciona
El bono SUMA fue introducido por la ATMV como parte de un plan para mejorar la intermodalidad del transporte metropolitano en Valencia. Este título único permite combinar viajes en autobuses urbanos e interurbanos, Metrovalencia y el tranvía, todo ello a un precio reducido en comparación con las tarifas antiguas.
En teoría, el objetivo era fomentar el uso del transporte público y reducir el tráfico privado. El plan ha tenido una acogida favorable por parte de los ciudadanos. Sin embargo, para EMT Valencia, su implementación ha ocasionado problemas de financiación:
- Reducción de ingresos directos por billetes: el nuevo sistema ha disminuido los ingresos por ventas individuales propias de EMT, ya que una parte significativa del pago se redirige a ATMV.
- Incremento de pasajeros sin mejora proporcional en la financiación: se ha producido un aumento en la demanda que no ha sido acompañado por mayores recursos.
- Falta de compensación adecuada por parte de ATMV: según EMT, no se han aplicado transferencias económicas justas ni suficientes para cubrir los gastos operativos de la red municipal.
Todo esto ha llevado a que EMT reclasifique como “deuda acumulada” una cifra de casi 40 millones de euros, correspondiente a los ejercicios 2022, 2023 y lo que va de 2024, que, aseguran, debería haber sido abonada por ATMV en compensación por el uso del bono SUMA.
El posicionamiento de EMT Valencia ante la deuda reclamanda
Una situación de riesgo económico para la empresa
El director gerente de la EMT, Raúl Claramonte, ha advertido que si no se resuelve esta situación, la empresa podría enfrentarse a dificultades operativas para mantener servicios actuales y futuros. La ausencia de esos 40 millones generaría un grave riesgo para la sostenibilidad del sistema público de autobuses de Valencia.
En palabras de Claramonte: “No se puede sostener un sistema metropolitano de transporte donde una parte –en este caso EMT– asume los costes operativos sin recibir la compensación correspondiente. No sólo se pone en riesgo nuestra viabilidad económica, sino también el servicio que prestamos a diario a más de 600.000 ciudadanos”.
Según EMT, este desequilibrio es resultado de que la ATMV no haya reembolsado la cuota correspondiente por cada billete vendido bajo el sistema SUMA, lo que ha afectado directamente la tesorería de la entidad municipal.
Demandas específicas de EMT a ATMV
La EMT exige a la Autoridad de Transporte Metropolitano las siguientes acciones concretas:
- Pago inmediato de los 40 millones acumulados entre 2022 y 2024.
- Establecimiento de un calendario de pagos que garantice el flujo de financiación estable a partir de 2025.
- Negociación transparente y ajustes en el modelo SUMA para que todas las partes operadoras sean correspondientes y equitativamente compensadas.
Además de exigir una solución económica, la empresa municipal busca un marco financiero justo y sostenible. Desde EMT se ha indicado que no se oponen al modelo SUMA, pero que su mantenimiento debe ser respaldado por una estructura de financiación que no perjudique a ninguna de las entidades que forman parte del sistema metropolitano.
El papel de la ATMV y el silencio institucional
Un modelo de coordinación que requiere ajustes
La ATMV, como organismo autonómico, tiene la misión de organizar y coordinar el transporte público entre diversas operadoras del área metropolitana. Sin embargo, hasta el momento, no ha ofrecido una respuesta pública a la reclamación económica de EMT Valencia.
Desde varios sectores del Ayuntamiento de Valencia se ha solicitado a la Generalitat Valenciana –de quien depende la ATMV– que actúe con “responsabilidad e inmediatez” para evitar un conflicto que afecte al servicio diario a los usuarios.
La falta de un modelo financiero equitativo dentro del sistema SUMA puede ser el detonante de futuros desencuentros entre operadores, sobre todo si se extiende a otros municipios como Torrent, Mislata o Paterna, que también usan este sistema integrado para el transporte público.
Impacto en los usuarios y el transporte público en Valencia
¿Verán los pasajeros alguna consecuencia?
Una de las grandes preocupaciones ante este conflicto es cómo podría repercutir en el servicio de autobuses urbanos. Aunque de momento no se han anunciado recortes ni huelgas, desde EMT no descartan que, si la falta de financiación persiste, se produzcan recortes en:
- La frecuencia de paso de algunos autobuses.
- La ampliación de recorridos o refuerzos estivales de líneas costeras.
- Las inversiones estratégicas en tecnología, sostenibilidad y renovación de flota.
Además, se teme que si no se alcanza un acuerdo, se puedan incrementar los tiempos de espera y reducir la calidad del servicio, afectando directamente a los más de 90 millones de viajes anuales gestionados por EMT.
El futuro de la movilidad sostenible en juego
Esta situación también plantea una cuestión de fondo: si no se establecen mecanismos financieros adecuados, se corre el riesgo de desincentivar el transporte público precisamente en un momento en que las ciudades europeas están apostando fuertemente por estrategias de movilidad sostenible.
Valencia, que ha logrado mejoras notables en movilidad urbana durante la última década, podría ver comprometidos sus avances si se deteriora el equilibrio del sistema intermodal de transporte.
Reacciones políticas y sociales ante la polémica
Cargos municipales exigen implicación de la Generalitat
Desde el consistorio valenciano, varias voces han pedido a la Generalitat Valenciana una revisión urgente del modelo SUMA. Algunos partidos políticos del pleno municipal han propuesto incluso una reunión extraordinaria entre EMT, ATMV y la Conselleria de Movilidad para desbloquear el conflicto.
Ciudadanos y Compromís han expresado su preocupación por la financiación insuficiente de los servicios esenciales, y han recordado que el transporte público de calidad es uno de los ejes clave para una ciudad sostenible.
Por su parte, algunas asociaciones de vecinos y plataformas de usuarios están comenzando a organizarse para exigir que se mantenga la calidad y frecuencia del transporte público en sus barrios.
¿Un nuevo modelo de transporte para el futuro?
Lecciones que deja el conflicto SUMA
Este conflicto entre EMT Valencia y ATMV podría ser una oportunidad para replantear el modelo de coordinación financiera del transporte público metropolitano. Expertos en movilidad urbana han señalado que no basta con diseñar sistemas intermodales eficientes; es imprescindible dotarlos de estructuras económicas que repartan los costes de forma justa entre todas las entidades involucradas.
De no resolverse la deuda, no sólo se pondrá en peligro la estabilidad económica de EMT, sino que también se debilitará todo el entramado metropolitano de transporte integrado.