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Jueza descarta vínculo entre presa de Forata y crecida
Investigación judicial respalda que la presa actuó según protocolo
Tras semanas de rumores y numerosas especulaciones en redes sociales y foros vecinales, una jueza ha desmentido de forma categórica la existencia de un vínculo entre la presa de Forata y la reciente crecida del barranco de Poyo, que afectó gravemente a varias áreas de la provincia de Valencia. Esta resolución judicial pone fin a una narrativa que había sembrado preocupación entre los residentes y ha reafirmado el cumplimiento estricto de los protocolos hidráulicos por parte de las autoridades competentes.
La crecida del barranco de Poyo: contexto meteorológico y geográfico
El pasado mes, una serie de lluvias torrenciales provocó intensas precipitaciones en la cuenca hidrográfica próxima al barranco de Poyo. El fenómeno climático, clasificado como una DANA (depresión aislada en niveles altos), descargó más de 200 litros por metro cuadrado en pocas horas, poniendo contra las cuerdas a los municipios cercanos a este cauce intermitente pero históricamente peligroso.
El barranco de Poyo, que discurre por varias localidades de l’Horta y desemboca en el entorno sur de la ciudad de Valencia, ha sido objeto de atención durante décadas por su potencial de desbordamiento en episodios extremos de lluvia.
No obstante, surgieron rápidamente especulaciones que atribuían la responsabilidad a una presunta apertura repentina de compuertas de la presa de Forata, situada en el río Júcar, planteando un posible vínculo directo con el aumento inusual del caudal aguas abajo.
El origen del bulo: redes sociales y desinformación
En las primeras horas posteriores a la crecida, comenzaron a circular mensajes y vídeos en redes sociales que afirmaban, sin pruebas, que se había producido una “liberación masiva de agua” desde la presa de Forata. Algunos de estos contenidos superaron los 100.000 visualizaciones en pocas horas, alimentando el miedo y la indignación de los vecinos afectados.
Pero según la investigación judicial, dichos vídeos y publicaciones carecen completamente de base. La magistrada instructora del caso ha concluido que no existe “ningún indicio sustancial” que relacione la gestión de la presa con los efectos de la crecida sufrida por el barranco de Poyo.
Informe técnico y pruebas exculpatorias
Durante el proceso, el juzgado solicitó informes a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), el organismo responsable de la gestión de la presa. El informe técnico entregado incluye:
- Datos reales de los niveles del embalse durante los días de la tormenta.
- Registros pormenorizados de apertura y cierre de compuertas.
- Protocolo de actuación hidráulica vigente ante episodios de lluvia extrema.
La magistrada ha considerado que la presa funcionó correctamente dentro de los parámetros habituales y no se produjo ningún vaciado brusco ni liberación no autorizada de caudal.
La Confederación Hidrográfica del Júcar defiende su actuación
El dictamen judicial ha sido bien recibido por la Confederación Hidrográfica del Júcar, que desde el principio defendió que el funcionamiento de la presa de Forata fue escrupuloso y ajustado a los criterios técnicos establecidos.
En un comunicado oficial, la CHJ reafirmó que:
- La gestión del embalse respondió con antelación al parte meteorológico, anticipando posibles crecidas.
- Los aliviaderos automáticos se abrieron de forma programada y gradual.
- Se notificaron los protocolos activados a todos los entes municipales e infraestructuras coordinadas.
Además, la entidad hizo un llamamiento a la ciudadanía para no difundir información sin contrastar, en referencia directa a los mensajes virales que circularon sin fundamento técnico ni legal.
La jueza desmonta el bulo con contundencia
La titular del juzgado de Instrucción número 9 de Valencia ha rechazado que existiera error, negligencia o acción deliberada por parte de las autoridades gestoras de la presa. En el auto judicial, afirma:
“La crecida del barranco de Poyo responde a causas estrictamente meteorológicas, reforzadas por la orografía de la cuenca. No existe indicio alguno que apunte a un vaciado repentino del embalse de Forata ni a una intervención humana causal en este incremento súbito del caudal”.
De esta forma, el juzgado archiva las diligencias abiertas tras la presentación de una denuncia por parte de un grupo de afectados que solicitaban investigar la gestión del embalse antes y durante el episodio de lluvias intensas.
Impacto social y económico de la crecida
A pesar del desmentido, los daños provocados por la crecida son reales. Numerosos vecinos de Picanya, Torrent, Xirivella y otras localidades de l’Horta Sud vieron cómo el agua inundaba bajos comerciales, cocheras, garajes y viviendas. Algunos agricultores reportaron pérdidas significativas por destrucción de cultivos y desplazamiento masivo de tierras fértiles.
El Consorcio de Compensación de Seguros ya ha comenzado a valorar las reclamaciones presentadas, aunque en muchos casos las pólizas no cubren fenómenos asociados a tormentas extraordinarias si no se activa oficialmente un protocolo de emergencia o se declara “zona catastrófica”.
Municipios reclaman inversiones hidrológicas urgentes
A raíz del incidente, varios ayuntamientos han elevado una petición conjunta a la Generalitat Valenciana y al Gobierno central para exigir:
- Obras de contención y mejora del drenaje en barrancos y cauces.
- Modernización del sistema fluvial de l’Horta Sud.
- Refuerzo de estaciones de bombeo, colectores y acequias obsoletas.
Los alcaldes reclaman también una mayor coordinación institucional y un sistema de alerta temprana que permita evacuar zonas potencialmente inundables con mayor tiempo de antelación.
Responsabilidad medioambiental y cultura del riesgo
Expertos en gestión ambiental coinciden en que el cambio climático está generando fenómenos meteorológicos más extremos e imprevisibles, lo que obliga a redoblar esfuerzos en planificación y sostenibilidad.
El profesor Ignacio Martínez, experto en hidrología de la Universidad de Valencia, advierte:
“El sureste peninsular vive entre periodos de sequía intensa y lluvias torrenciales. Es un patrón clásico del clima mediterráneo, pero cada vez más acentuado. La solución no pasa por señalar culpables sin pruebas, sino por actuar estructuralmente en nuestras infraestructuras y en la concienciación ciudadana”.
Papel de los medios y redes en la propagación del bulo
El caso ha puesto sobre la mesa el enorme poder de las plataformas digitales para difundir información falsa de forma instantánea. La jueza ha invitado en su fallo a reflexionar sobre la necesidad de contrastar fuentes y evitar compartir rumores en situaciones de emergencia, donde puede cundir el pánico y estigmatizar injustamente a instituciones que han obrado conforme a la legalidad y la técnica.
Organismos como el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos han salido también en defensa del personal técnico al frente de infraestructuras hidráulicas, señalando que las decisiones se toman basadas en datos, modelos predictivos y protocolos predefinidos, no por arbitrariedad ni presión política.
Conclusión: una lección sobre desinformación y confianza institucional
La resolución judicial firme marca un antes y un después en el tratamiento público de este tipo de situaciones. No hubo error técnico ni decisiones negligentes en la gestión de la presa de Forata. Lo que sí hubo fue un fenómeno atmosférico de gran impacto y una narrativa digital paralela sin base, que desvió recursos y generó ansiedad social.
Este caso refuerza la necesidad de apostar por información verificada, por la inversión en infraestructuras resilientes al cambio climático, y por un enfoque institucional sólido ante crisis ambientales. Y, sobre todo, subraya que en