Prevenir una DANA costaría 29.000 millones en España

Un reto climático que España no puede ignorar

Las lluvias torrenciales que azotan de forma cíclica la región del Mediterráneo, conocidas como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), se han convertido en un fenómeno climático cada vez más frecuente e intenso. Según un reciente análisis, prevenir los efectos devastadores de una DANA en España requeriría una inversión estimada de 29.000 millones de euros.

Esta cifra, aunque impresionantemente alta, representa el esfuerzo económico necesario para adaptar nuestras infraestructuras y sistemas urbanos a fenómenos meteorológicos extremos que afectan gravemente a comunidades enteras, especialmente en la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y el Levante español.

¿Qué es una DANA y por qué es tan peligrosa?

Una DANA es un sistema de baja presión atmosférica en niveles altos que se desprende de la corriente general de aire, quedando aislado sobre una región. Este tipo de fenómeno se caracteriza por la convección muy activa que genera lluvias intensas y muy localizadas, provocando inundaciones repentinas, desbordamientos de ríos, deslizamientos de tierra y graves daños materiales y personales.

Con el calentamiento global y el aumento de la temperatura del mar Mediterráneo, estas situaciones son cada vez más frecuentes e impredecibles. Por esta razón, los expertos consideran urgente implementar medidas de prevención y adaptación antes de que los desastres sean imparables.

Un estudio alerta del elevado coste de no actuar

El análisis presentado por Josep Vicent Pampols, presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas en la Comunidad Valenciana, es contundente. Asegura que hacer frente a una DANA sin planificación adecuada no solo tiene un coste humano, sino también económico descomunal. Según sus cálculos, la adaptación completa para prevenir estos daños supondría una inversión de 29.000 millones a nivel nacional.

Pampols no solo llama a la inversión, sino que destaca que esta debe verse como una muestra de prudencia y no como un gasto innecesario. En sus palabras:

“No hablar de negligencia, pero sí de imprudencia si no tomamos decisiones ahora. Y es que los desastres no pueden seguir sorprendiéndonos.”

Zonas más vulnerables de España

El estudio recalca que hay regiones más expuestas que otras. En especial, las situadas en el arco mediterráneo. En estas zonas, la combinación de orografía, urbanismo mal planificado y episodios extremos de lluvias generan un cóctel peligroso.

Entre las zonas más vulnerables ante las DANAs en España, se encuentran:

• Comunidad Valenciana: sufre repetidas inundaciones en municipios costeros como Alzira, Gandía, Orihuela o Dénia.
• Región de Murcia: la Vega Baja es un área crítica donde los desbordamientos del río Segura son recurrentes.
• Andalucía Oriental: la provincia de Almería presenta un terreno seco con ramblas que se transforman en ríos peligrosos en minutos.
• Cataluña y Baleares: han padecido fuertes lluvias en cortos espacios de tiempo, con consecuencias trágicas como en Sant Llorenç (Mallorca) en 2018.

29.000 millones: ¿inversión o necesidad impostergable?

El informe detalla que este coste se repartiría entre diferentes sectores clave. La cantidad de 29.000 millones se distribuye para implementar diversas medidas estructurales y no estructurales de adaptación climática.

Principales áreas de inversión recomendadas

• Infraestructuras hidráulicas: como tanques de tormenta, mejora de cauces fluviales y mantenimiento de barrancos y ramblas.
• Sistemas de drenaje urbano: fundamentales para evitar que las ciudades colapsen durante lluvias torrenciales.
• Planes urbanísticos resilientes: reducir la impermeabilización del suelo y promover zonas de absorción natural del agua.
• Sistemas de alerta temprana: con tecnología avanzada capaz de predecir con precisión eventos extremos.
• Educación ciudadana: campañas de concienciación para conocer cómo actuar ante episodios de DANA.

Todo esto debe ir acompañado de revisiones legislativas que obliguen a los ayuntamientos a adaptar sus planes generales de ordenación urbana (PGOU) a la realidad del cambio climático, con medidas concretas de prevención y resiliencia.

¿Quién debe pagar esta transformación?

La elevada cifra propuesta, según Pampols, no puede ni debe recaer únicamente en las administraciones locales. Es necesario que haya una estrategia coordinada entre el Gobierno central, las comunidades autónomas y Europa.

La Unión Europea ya ha condicionado muchas de sus ayudas del fondo Next Generation a acciones de orientación ecológica. Es decir, la oportunidad de obtener financiación europea para prevenir desastres naturales está sobre la mesa, pero requiere una correcta planificación y ejecución por parte de España.

Reparto sugerido de la financiación:

• Gobierno de España: 45%
• Unión Europea (fondos comunitarios): 30%
• Comunidades Autónomas: 15%
• Ayuntamientos y entes locales: 10%

Este modelo permitiría afrontar el gasto progresivamente, priorizando las zonas con mayor riesgo.

Consecuencias por la falta de acción

No actuar a tiempo es mucho más costoso. Las DANAs que se han registrado en los últimos cinco años han provocado pérdidas de miles de millones de euros en infraestructuras, viviendas, agricultura y, lo más trágico, la pérdida de vidas humanas.

Algunos datos relevantes:

• En 2019, una DANA en el sureste español generó daños por más de 1.500 millones de euros.
• En septiembre de 2023, la ocurrida en la Comunidad Valenciana obligó al rescate de cientos de personas y dejó importantes municipios anegados.
• El seguro agrario ha disparado pagos por siniestros vinculados a lluvias torrenciales y granizo, superando los 275 millones anuales en los últimos ejercicios.

Estos datos respaldan la necesidad de invertir en prevención en lugar de seguir parcheando catástrofes tras cada episodio extremo.

La ingeniería y la planificación: claves ante el cambio climático

Una de las reivindicaciones de Pampols ha sido la mayor presencia de ingenieros civiles en los gabinetes de planificación municipal. En su opinión, la falta de conocimiento técnico provoca decisiones urbanísticas ineficaces, que agravan los impactos de los temporales.

Por ello, propone la creación de comités de análisis técnico en cada Comunidad Autónoma para:

• Evaluar zonas de alto riesgo ante DANAs.
• Asesorar en la ejecución de obras hidráulicas y planificación urbana sostenible.
• Diseñar planes de evacuación personalizados según geografía y capacidad local.

La prevención como inversión de futuro

Adoptar una visión preventiva frente a riesgos climáticos no es solo una cuestión de ahorro económico a largo plazo, sino también de responsabilidad institucional y social. Invertir ahora en infraestructuras resilientes, sistemas de drenaje eficientes y una buena cultura ciudadana de prevención puede evitar situaciones de emergencia y salvar vidas.

España enfrenta una transición climática inevitable, y fenómenos como las DANAs no harán sino intensificarse. Por cada euro que se invierte en prevención, se ahorran hasta siete en reparaciones y recuperación tras una catástrofe.

Conclusión: ¿Estamos preparados para afrontar una DANA?

Las cifras hablan por sí solas: necesitamos 29.000 millones de euros