Sube el nivel del Segura y se estabiliza el Júcar

Los niveles de agua en los embalses continúan siendo un tema esencial para la sostenibilidad hídrica de la Comunidad Valenciana y el sureste peninsular. Esta semana, las cuencas del Júcar y del Segura han ofrecido señales positivas tras varias semanas de preocupación por la escasez de precipitaciones y el descenso progresivo en sus reservas.

Según los últimos datos aportados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el río Segura muestra un incremento en su capacidad embalsada, alcanzando el 19,7% tras varias semanas en declive. Por su parte, el Júcar se mantiene estable con un 49,7%, lo cual representa una ligera mejora en el contexto actual de sequía estructural.

La cuenca del Segura rompe la racha descendente

Este aumento del nivel en la cuenca del río Segura supone un respiro para las regiones del sureste español que dependen de esta fuente hídrica para abastecimiento humano, regadío y mantenimiento de ecosistemas. Tras varias semanas en las que la reserva embalsada bajaba de forma estable, el ascenso al 19,7% representa un punto de inflexión.

Factores que explican el repunte del Segura

• Precipitaciones recientes: Las lluvias registradas la semana pasada sobre el extremo oriental de la península han favorecido el drenaje hacia los embalses del Segura.
• Aportes de cabecera: El deshielo parcial en zonas altas también ha contribuido, aunque en menor medida, a estos niveles.
• Contención de extracción: Una regulación más estricta de captaciones ha permitido conservar parte del caudal acumulado.

El embalse de la Pedrera, uno de los más importantes de la cuenca, ha visto incrementar ligeramente su capacidad. Si bien la mejora es tímida, expertos señalan que marca una tendencia positiva si las lluvias persisten.

Usos y desafíos del Segura

El río Segura es una de las principales fuentes para el regadío intensivo en Murcia, Alicante y Almería, zonas caracterizadas por una alta actividad agrícola. Su escasa reserva había puesto en jaque la sostenibilidad del sector agrícola y había reactivado los debates sobre el trasvase Tajo-Segura.

Ahora, con este pequeño repunte, el abastecimiento a corto plazo se estabiliza ligeramente, aunque continúan los llamamientos a una planificación hídrica responsable, basada en criterios de sostenibilidad y ahorro.

El Júcar se estabiliza: cerca del 50% de su capacidad

Por su parte, la cuenca del río Júcar ha dejado atrás la ligera tendencia descendente que registraba en semanas anteriores, estabilizando su nivel en torno al 49,7% de su capacidad embalsada. Esta situación se considera positiva en el contexto actual de sequía y escasez de agua en la zona este de España.

Embalses clave en buen estado

Destacan los valores de algunos de los embalses clave de la cuenca como:

• Alarcón: Uno de los grandes embalses de la cuenca del Júcar, sigue con niveles por encima de la media de los últimos tres años.
• Contreras: Muestra una ligera mejoría y mantiene un nivel operativo óptimo para los próximos meses.
• Touss: Estable, aunque sigue lejos de su capacidad máxima, garantiza el suministro estratégico.

Estos datos muestran una resiliencia hídrica importante en la cuenca del Júcar en comparación con otras zonas de la península, especialmente en el interior y sur, donde muchas cuencas no llegan al 30% de capacidad.

Importancia estratégica del Júcar

El río Júcar desempeña un rol esencial en el suministro de agua a Valencia y su área metropolitana, así como a otras zonas agrícolas e industriales del levante. La estabilización de su embalse permite cierto alivio en las políticas de gestión hídrica a corto plazo.

Sin embargo, expertos advierten que aún se está lejos de poder considerar esta situación como normal. Las reservas deben seguirse de cerca y usarse con criterio de austeridad para garantizar el abastecimiento en caso de prolongarse la situación de escasez hídrica.

Comparativa con la media nacional

En cuanto al contexto general del país, el promedio de agua embalsada en España esta semana es del 47%. Este dato global mejora respecto al 45,9% de la semana anterior gracias a las lluvias recientes. Aun así, hay diferencias significativas entre las cuencas del norte, que superan el 60%, y las del sur y levante, que apenas alcanzan el 25%.

La cuenca del Segura sigue entre las más afectadas del país, únicamente por encima del Guadalete-Barbate y del Guadalquivir, reflejando una situación preocupante a medio plazo si no se produce un cambio significativo en las precipitaciones durante la primavera.

Impacto agrícola y planificación futura

La mejora en los embalses del Segura y la estabilización del Júcar han sido bien recibidas por las organizaciones agrarias y regantes, aunque alertan de que sigue vigente la amenaza de restricciones si la situación no continúa mejorando. La incertidumbre hídrica obliga a adaptar los cultivos y aplicar soluciones encaminadas a maximizar la eficiencia hídrica.

Medidas propuestas por expertos

• Modernización de regadíos: Uso de tecnologías de riego por goteo y sensores para controlar la humedad del suelo.
• Desalación sostenible: Aumentar el uso de plantas desaladoras como fuente complementaria de agua para riego y consumo urbano.
• Campañas de concienciación: Iniciativas para educar sobre el consumo responsable desde el hogar hasta las explotaciones agrícolas.
• Inversión en infraestructuras: Mejora y mantenimiento de canales, presas y estaciones de bombeo para evitar pérdidas de agua.

Planes de las autoridades

La Confederación Hidrográfica del Júcar y la Confederación Hidrográfica del Segura están trabajando en análisis a medio plazo para planificar el verano, considerando todos los escenarios posibles. También se estima que se active una revisión de los planes especiales de sequía en la región este durante el mes de junio.

Perspectivas meteorológicas

Las previsiones a corto plazo no auguran un cambio significativo en la situación global. Aunque la entrada de sistemas frontales procedentes del Atlántico podría dejar algunas lluvias en la Comunidad Valenciana, no se espera que estas sean lo suficientemente intensas como para alterar de forma notable los niveles de los embalses.

No obstante, se espera un posible repunte térmico hacia finales de mayo, lo que podría intensificar la evapotranspiración y volver a colocar las reservas de agua bajo presión.

Conclusión: Un alivio parcial pero aún preocupante

El aumento del nivel en la cuenca del río Segura y la estabilización del recurso en el Júcar brindan una pausa a la situación de estrés hídrico que se vive en el este y sureste peninsular. Sin embargo, analistas señalan que esta mejoría puntual debe tomarse con cautela.

El contexto climático de cambio global y la creciente demanda de agua por parte de los sectores agrícola, urbano e industrial exigen estrategias a largo plazo. La inversión en infraestructuras, la eficiencia en el uso del recurso y una mejor planificación marcarán la diferencia en los próximos años.

Es imprescindible mantener una vigilancia constante de las cuencas y aplicar políticas de uso responsable mientras se trabaja en adaptaciones estructurales frente a la crisis hídrica que afecta a buena parte del sur de Europa.

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