La receta que te vamos a presentar hoy es bastante peculiar, se trata de sangre encebollada es cierto que no a todo el mundo le gustan las recetas de casquería, pero hace unos siglos estos platos eran muy apreciados, ya que era una forma de aprovecharlo todo del animal y además consumir muchas proteínas y minerales como el hierro.
Esta receta es una tapa típica. Se perdió un poco la costumbre de estas tapas, como la sangre, el higadito de pollo, el menudo, etc…
La sangre es un plato propio de matanzas, una tradición muy arraigada en las familias rurales de Andalucía donde suelen reunirse todos los miembros de la familia y sus amistades, para al calor de la fiesta, colaborar en el trabajo de despiece, adobo y embutido de las futuros chorizos y morcillas.
Los guisos de sangre se preparan básicamente en tomate o encebollada y hay recetas absolutamente memorables en ese sentido. En estos establecimientos sevillanos hemos encontrado las mejores recetas.
Muchas recetas como esta pueden tener un componente cultural que nos choca si somos de fuera del país. Es cierto que en muchos países por ejemplo se comen insectos como saltamontes y chapulines y es un manjar tradicional. En España y otros países la sangre de los animales se usa como un ingrediente más en la cocina. Es cierto que en algunos sitios la sangre es considerada tabú, pero además de España hay otros países en los que esta es considerada un manjar. Hungría, Chile, China, Finlandia, Reino Unido, Polonia, México o España son solo algunos de ellos. Lo más habitual es que la sangre se sirva en combinación con una buena pieza de carne, aunque también se puede utilizar como espesante para salsas, en salazón o para dar sabor a la sopa.
Ingredientes:
1 Kilo de Sangre de Pollo
1/2 Kilo De Cebollas
5 Dientes De Ajos
1 Hoja De Laurel
Pimienta Negra Molida y Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
Un Vaso de Vino Blanco, Tipo Manzanilla o Montilla Moriles.
Preparación:
Cortar la sangre
en dados regulares y reservar, la cebolla la cortamos en juliana y los ajos laminados.
En una sartén con aceite caliente echar los ajos y antes de que se doren demasiado, incorporar la cebolla y el laurel, salpimentar cuando se hayan dorado un poco.
Es el momento de añadir la sangre y rehogar junto con las cebollas y los ajos, se hace al momento ya que la sangre viene cocida, a mi particularmente me gusta que cojan un tono doradito y prácticamente cuando estén echas, le añadimos el vino blanco, dejamos reducir y el plato estará listo.
Si queremos que esta tapa se convierta en un plato más contundente, se le añade un buen tomate casero y se deja unos minutos para que todos los ingredientes cojan el sabor de uno y otro.