La situación de las bebidas energéticas y su consumo por parte de los menores es un tema de creciente preocupación en la Comunidad Valenciana. El consejero de Sanidad, Marciano Gómez, ha asegurado que se estudiará «de manera sensata y serena» la restricción de estas bebidas a menores «si procede». Esta declaración se produce en medio de un creciente debate sobre los riesgos para la salud que estas bebidas pueden representar para los jóvenes.
Dada la amenaza que estas bebidas pueden representar para la salud de los menores, algunas administraciones ya han comenzado a regular su venta. Galicia ha anunciado que prohibirá la venta a menores a partir de 2024, y el gobierno de Castilla-La Mancha está considerando medidas similares.
El consejero Gómez ha destacado que para el gobierno valenciano es «prioritario» abordar la salud mental y las adicciones. Recientemente, se creó la Oficina de Salud Mental y Adicciones, liderada por el doctor Bartolomé Pérez, experto en drogodependencias y psiquiatría. «Estudiaremos seriamente no solo el tema de las bebidas energéticas, sino cualquier tipo de adicción más allá de las físicas, como puede ser el tema de videojuegos», argumentó Gómez.
Cerca de la mitad de los jóvenes entre catorce y dieciocho años admiten haber consumido bebidas energéticas en los últimos treinta días. Los especialistas médicos advierten que una lata equivale a cuatro cafés y dieciséis cucharadas de azúcar. Su consumo regular puede desencadenar problemas de salud como obesidad, diabetes tipo 2, insomnio, taquicardias o arritmias, náuseas y vómitos, y a largo plazo, dependencia.
El Ministerio de Sanidad se muestra «a favor de limitar el acceso y el consumo de los menores a las bebidas energéticas», según fuentes ministeriales. Sin embargo, desde Sanidad recuerdan que la «competencia» la tiene la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), que depende del Ministerio de Consumo. El documento más reciente de Aesan sobre el consumo de bebidas energéticas, que data de febrero de 2022, advierte sobre los riesgos asociados con el consumo excesivo de cafeína, especialmente en adolescentes.
Además, se destaca que estas bebidas «no deben combinarse con bebidas alcohólicas», ya que pueden conducir a estados alterados, incluyendo una disminución de la percepción de intoxicación etílica. El documento también señala que otros alimentos que contienen cafeína, como el café, el té y el chocolate, pueden tener efectos perjudiciales similares. Por esta razón, desde el Ministerio insisten en que «no se recomienda su consumo en adolescentes». Según las indicaciones de Consumo, las bebidas con alto contenido en cafeína son aquellas que aportan más de 15 miligramos de esta sustancia por 100 mililitros de bebida.