Pedro Sánchez y el presupuesto de defensa: el señor de la paz que ahora pilota un caza

En una sesión parlamentaria con más tensión que un grupo de WhatsApp con tu excuñada, Pedro Sánchez respondió a Ione Belarra con dardos afilados y frases de esas que deberían venir con subtítulo: “No te lo digo, pero te lo digo”. Mientras Podemos lo acusa de ser un “señor de la guerra”, él se aferra a los 10.000 millones de euros en defensa como quien abraza un extintor en una fábrica de petardos.

Introducción: “¡No me llamabas señor de la guerra cuando te gustaba mi Consejo de Ministros!”

La política española está que arde (y no por el cambio climático). En el último pleno del Congreso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizó un cara a cara con Ione Belarra, exministra y actual portavoz del sector “pacífico pero cañero” de Podemos.

La escena fue digna de culebrón: reproches, acusaciones y un Sánchez que, con voz calmada pero con el dedo en el gatillo de la ironía, le dijo a Belarra que antes no le llamaba “señor de la guerra” cuando estaban gobernando juntos. Traducido al lenguaje coloquial: “cuando te convenía, callabas como una tumba”.

10.000 millones en Defensa: ¿gastazo o inversión patriótica?

Pedro Sánchez, como quien presume de récords en un videojuego, recordó que desde que llegó a la Moncloa ha incrementado el presupuesto en defensa en 10.000 millones de euros. O sea, ha pasado de la diplomacia al despliegue sin pestañear.

🎯 “Con ustedes en el Gobierno, con usted como ministra”, espetó a Belarra. “Entonces no me llamaba ‘señor de la guerra’, ahora sí.”

En resumen: si cuando Podemos estaba dentro no se quejaban, ¿por qué ahora sí? Pedro lo deja caer con elegancia. Le faltó rematar con un: “¿Y ahora me vienes con eso?”.

“Interés general”: el nuevo eufemismo de moda

Belarra, que no se anda con medias tintas, acusó a Sánchez de tener intereses personales detrás del aumento del gasto militar. Que si quiere ser secretario general de la OTAN, que si le gusta vestirse de uniforme en privado… cosas así.

Sánchez le respondió con una frase para enmarcar en mármol:

🗣️ “Eso nunca lo diré… pero es como si yo dijera que usted callaba porque quería seguir siendo ministra.”

El clásico: “No voy a decir que eres hipócrita, pero si lo fuera, harías exactamente esto”. Golpe bajo, pero con sonrisa institucional.

Y como colofón, su mantra presidencial: “A mí solo me mueve el interés general”. A ver, Pedro… no nos engañemos: a todos nos mueve un poquito también el interés de salir bien en los telediarios, ¿no?

Ucrania no es Irak (según Sánchez)

Otra joya del debate: Sánchez quiso dejar claro que no es lo mismo apoyar a Ucrania que haber apoyado la guerra de Irak.

🗣️ “No le veo relación, no le veo analogía.”

Vamos, que una invasión es una violación del Derecho Internacional… pero hay violaciones y violaciones. Como los chistes malos: todos duelen, pero algunos duelen más.

La crítica iba dirigida a ese sector de la izquierda que sigue viendo todas las guerras con el mismo filtro de “culpa de Occidente”, aunque esta vez haya un Putin suelto más imperial que Napoleón con resaca.

El “aislacionismo” de la izquierda (y parte de la derecha también)

Sánchez no perdió la oportunidad de tirarle un palo también al “aislacionismo” que, según él, defiende parte de la izquierda (y de la derecha, no nos olvidemos de Vox, que también vive en un búnker ideológico).

🎯 “Cuando hay una pandemia, sí pedimos ayuda a Europa. Pero si hay un problema de seguridad, que se apañen otros.”

Ese resumen podría estar en un libro de autoayuda para políticos indecisos: “Cómo ser europeísta cuando te conviene”.

Sumar y la solidaridad: paz, amor… y cañones con conciencia social

En su réplica a Sumar, Sánchez insistió en su objetivo de alcanzar el famoso 2% del PIB en gasto militar, que parece ser el nuevo estándar de “soy un país serio” dentro de la OTAN.

Pero claro, sabe que sus socios no están por la labor de gastarse el presupuesto en cascos y drones, así que mete el comodín de la “solidaridad con Europa”.

🗣️ “Hemos pedido solidaridad en pandemia, ahora toca darla.”

Y añade, con una pizca de azúcar para que no les atragante a sus socios: 🗣️ “Sin olvidar la dimensión social del proyecto europeo.”

Lo que viene siendo: sí al tanque, pero con ruedas ecológicas y sello de comercio justo.

¿Es Pedro Sánchez el nuevo “señor de la guerra”? ¿O simplemente un europeo más?

La pregunta que queda en el aire es si este Pedro Sánchez versión 2025, que mira a Bruselas con ojitos de canciller, sigue siendo el mismo que decía “No a la guerra” en 2003. Quizás sí. Quizás no.

Lo que está claro es que sabe jugar al juego de la política europea: no puedes quedarte fuera del club militar si quieres tener voz en el club económico.

Y si hay que soltar 10.000 millones para que no te llamen “pringao geopolítico”, pues se sueltan. Ya pedirás perdón más tarde. O le echas la culpa a Putin.

Petición visual: imagen de Sánchez versión “político de combate”

🖼️ Generar una imagen satírica de Pedro Sánchez vestido con uniforme militar ceremonial, en pie sobre un podio decorado con banderas de la UE y España. A su lado, un tanque moderno con flores pintadas en el cañón y un cartel que dice “Solidaridad europea con artillería limitada”. En el fondo, Belarra con cara de “esto no era lo que firmé” y miembros de Sumar repartiendo folletos de paz. Estilo caricaturesco, colorido, tono político humorístico.

Conclusión: ¿Tanques o pancartas? ¿Paz o presupuesto?

La sesión de este martes ha sido otra muestra de que en España debatimos de todo… pero siempre con puñales escondidos bajo el escaño. Pedro Sánchez sale reforzado, con más madera militar que nunca, mientras sus exsocios se debaten entre la nostalgia del pacifismo y el realismo de seguir en el Gobierno.

¿Y tú qué opinas? ¿Prefieres que gastemos en defensa para protegernos, o que nos defendamos con chistes, pancartas y powerpoints? ¿Es Pedro Sánchez un líder moderno o simplemente el nuevo “Capitán Moncloa”? 💣🇪🇸🕊️