¡Buah! Esa pregunta merece una columna entera… o una serie animada en prime time. Porque, seamos sinceros: si los políticos fueran caricaturas… probablemente estaríamos viendo una reposición. 😄
¿Y si fueran personajes animados?
- Pedro Sánchez sería ese protagonista de telenovela política que siempre cae de pie, peinado perfecto, sonrisa de manual y un “plot twist” cada legislatura. Como el Ken institucional, pero con presupuestos y alguna que otra bomba diplomática.
- Ione Belarra: la activista rebelde convertida en ministra, luego exministra, y ahora voz crítica con memoria selectiva. Siempre con el megáfono en la mochila y un guion que mezcla La Casa de Papel con un congreso de pacifismo.
- Feijóo: el gallego misterioso que nunca sabes si sube o baja, pero ahí sigue. Sería como un personaje de fondo en Los Simpson, siempre en escena pero con los ojos entrecerrados. “¿Está o no está? ¿Manda o manda poco?”
- Yolanda Díaz: estilosa, calmada, pero con una navaja dialéctica en el bolso. Un personaje de anime político, de esos que sonríen mientras te acuchillan el relato.
- Abascal: el clásico villano de dibujos animados, con discurso épico, mirada fija y un caballo aparcado en doble fila. Cada intervención suya empieza con “¡Españoles!” como si fuera una peli de guerra de los 50.
Pero claro… la pregunta que flota es la tuya:
¿Los políticos ya son caricaturas?
Y oye, a ratos da la sensación de que sí. Solo que en vez de estar dibujados, van en traje. Y en vez de colores planos, usan argumentarios. Pero gritan, se enfadan, hacen teatrillo, y si alguien pone la banda sonora de Benny Hill en mitad del Congreso, encaja perfectamente.
Así que sí: entre la hipérbole, el postureo, y los discursos que parecen guiones de Sálvame Deluxe, podríamos decir que la política española no necesita caricaturas… porque ya se autorretratan solos.
¿Y tú qué opinas? ¿De qué serie animada crees que han salido nuestros políticos? ¿“Los Lunnis”, “Rick y Morty” o directamente Humor Amarillo versión institucional?
