La Biblioteca del Museu Valencià d’Etnologia ha dedicado una de las entradas de su blog interactivo a las fiestas falleras: ‘El Museu d’Etnografia i Folklore de València protagonista de les Falles de 1933‘.
Siguiendo el método de trabajo de Maximilià Thous, el primero de los directores del Museo de Etnografía y Folklore, el etnoblog aborda periódicamente temas de interés etnológico “apoyándonos en fiestas, acontecimientos pasados, donaciones, libros editados, exposiciones, para hablar de nuestras colecciones”, explica Amparo Pons, bloguera de la biblioteca.
“Sacamos nuestros fondos documentales al exterior, a otros museos y bibliotecas y a usuarios en general, al más puro estilo de Maximiliano Thous, quien utilizaba su espacio radiofónico en Unión Radio de Valencia, en los años 30 del siglo XX, para hablar de temas culturales y del museo de Etnologia”, comenta Pons.
Los manuscritos del programa radiofónico que durante dos años, 1932 y 1933, realizó Maximiliano Thous en Unión Radio se conservan en la Biblioteca del Museu Valencià d’Etnologia.
En plenas fiestas falleras, la biblioteca ha sacado a la luz un documento de 1933 que atestigua el protagonismo que tuvo ese año el Museo de Etnografía y Folklore, uno de los primeros proyectos aprobado por el Ayuntamiento de Valencia en los inicios de la República, concretamente el 16 de noviembre de 1931, pero que nunca pudo abrir sus puertas al público.
En todo caso, en 1933, aún era un proyecto muy real y así se hizo evidente en los monumentos falleros de Valencia de los que habla Maximiliano Thous en la charla radiofónica del 15 de marzo de 1933:
“(…) Solo recojo, por ser muy personal la alusión, que tres o cuatro artistas han tenido el buen gusto de inspirar los motivos de sus fallas en nuestra propaganda por el Museo de Folklore. (…) A nuestro Museo le corresponde otro bautismo: el bautismo del fuego.
Estamos satisfechos de este primer éxito popular. Claro que cualquiera inteligencia subalterna – en nuestra Valencia hay pocas, pero alguna parpadea, sin poder sufrir la luz a ojos abiertos,- creerá que la nota humorística y graciosísima de las fallas es algo así como un negatorio, un sinapismo que nos va a levantar la piel.
No hay tal. Todas las alusiones al Museo de Folklore son fruto, naturalmente, de un estado de opinión que hemos creado con nuestra activa y constante propaganda. Es un triunfo que nos anotamos y que nadie puede discutirnos.
Además los artistas han tenido la fraternal gentileza de venir a pedir nuestra propia ayuda para la mejor claridad de las alusiones. Yo me he prestado, gustosísimo, a cuanto Luis Dubón ha pedido para su caricatura de Museo y he escrito muy a mi placer el llibret de relació y explicació de la falla, para demostrar de la mejor manera que no me molesta sino que agradezco muchísimo la propaganda de la falla del Mercado.
Y al amigo Regino Mas, le he dejado ver a su sabor el calibre necesario de mi cabeza para que saque patrón del ninot que ha de representarme, en la falla de la calle de Cirilo Amorós.
Estoy seguro de que mi superior el Presidente de la Comisión de Monumentos, Sr. Durán y Tortajada, estará igualmente tranquilo y satisfecho de la cariñosa alusión fallera. (…)”
La biblioteca del Museu Valencià d’Etnologia ha localizado las fallas aludidas por Thous y su consulta está abierta para todos los aficionados e interesados en el tema. Junto con estos documentos, en la biblioteca también se puede consultar el programa oficial de fallas de 1933, que comenzaba el día 12 de marzo hasta el 19, así como los esbozos de todas las fallas que se plantaron ese año en las calles valencianas, su ubicación y la elección de la fallera mayor.
Las fallas en 1933
En 1933 se plantaron 63 fallas en la ciudad de Valencia y, por primera vez, el Ayuntamiento acordó dividirlas en dos secciones. La primera estaba formada por aquellos monumentos que tenían un presupuesto superior a las 3.000 pesetas (18 euros) y la segunda, para los que no llegaban a esa cifra.
Fallera Mayor de largo y sin corte
La figura de la Fallera Mayor de Valencia nació en 1931. Leonor Aznar fue elegida en 1933 y la acompañaron tres damas de honor. Aún no existía corte ni tampoco fallera mayor infantil. El día de su elección no vestían de valencianas sino con vestidos largos de color blanco.
En lo que las fallas no han cambiado es en la inclusión de la política dentro de la sátira de sus monumentos.
El álbum fallero rescatado por la biblioteca de Etnología no sólo habla de fallas, sino también de historia, arquitectura, diseño, publicidad, economía, comercio, etc. Contiene anuncios de todo tipo de tiendas y empresas valencianas así como fotografías muy ilustrativas de la Valencia de los años 30.
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