La alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado, ha reiterado su exigencia al Gobierno central para que implemente un plan integral de intervención en los barrancos del Poyo y l’Horteta. Esta petición, que ya planteó el pasado 6 de marzo, busca que el plan se inspire en el histórico Plan Sur de Valencia de 1973 y haga frente a la urgente situación que enfrenta l’Horta Sud y comarcas cercanas ante el riesgo constante de inundaciones.
Folgado demanda la convocatoria inmediata de una mesa de trabajo que incluya al Ministerio para la Transición Ecológica, la Confederación Hidrográfica del Júcar, la Generalitat Valenciana y los ayuntamientos afectados por la dana del 29 de octubre. El objetivo es acordar y ejecutar acciones definitivas que eliminen la vulnerabilidad crónica de los municipios ante fuertes lluvias.
La alcaldesa ha expresado su descontento ante la falta de un debate urgente y serio por parte del Gobierno y la Confederación Hidrográfica del Júcar, tras más de cinco meses del devastador episodio meteorológico. Cuestiona la falta de iniciativas y recalca la necesidad de una estrategia estructural ambiciosa similar al Plan Sur de Valencia tras la riada de 1957.
La propuesta de Folgado incluye la creación de infraestructuras de contención aguas arriba, un enfoque que abarque toda la cuenca, y una coordinación eficaz entre las administraciones, con compromisos de presupuesto y cronogramas definidos. Según la alcaldesa, no basta con intervenciones aisladas o temporales; la solución pasa por un plan estructural que priorice la seguridad de casi un millón de personas.
La alcaldesa insiste en la importancia de establecer una mesa interadministrativa para definir proyectos y asegurar su correcta implementación. Folgado subraya que el problema es territorial y afecta a más de 900,000 personas en la cuenca del Poyo, desde Chiva hasta Valencia.
Desde el paso de la dana y ante la primera exigencia pública de Folgado, el Ayuntamiento de Torrent ha recibido numerosas quejas y reclamaciones de sus ciudadanos, quienes solicitan acciones inmediatas. Comerciantes, familias y asociaciones vecinales han manifestado su preocupación ante la falta de avances concretos.
Folgado destaca el papel crucial de los alcaldes como la administración más cercana a los ciudadanos, pero enfatiza que no pueden enfrentar esta situación solos. Hace un llamamiento a la responsabilidad institucional y rememora la riada de 1957 como un punto de inflexión en la relación entre Valencia y el agua.
La alcaldesa concluyó afirmando que mantendrá su reivindicación y se apoyará en la movilización vecinal y los recursos técnicos para encontrar una solución efectiva que proteja la seguridad, el bienestar y el futuro de Torrent y su comarca.