El 22 de mayo de 1976 circularon por última vez trolebuses por las calles de Valencia. Culminó la historia de un medio de transporte cuya vida valenciana comenzó el 17 de julio de 1951, en pleno auge del trolebús en Europa, con la inauguración de una línea entre las calles San Vicente y Reina Doña Germana, y prosiguió el 8 de octubre de 1969 cuando 12 trolebuses comprados de ocasión en Madrid sustituyeron a los tranvías de la línea 5 y ayudaron a la línea 13, y 47 adquiridos en Barcelona relevaron el 20 de junio de 1970 a los servicios tranviarios entre el centro urbano y el Distrito Marítimo.
El itinerario pionero con posterior prolongación hasta Monteolivete, primero como líneas 3 y 13 y después como línea 13 únicamente, era parte de un proyecto más extenso que no completaron y finalizó su vida el 14 de mayo de 1976, cuatro años después de su continuación hasta la avenida Barón de Cárcer y un par de meses antes de cumplir su vigésimo quinto aniversario.
Saltuv (Sociedad Anónima Laboral de los Transportes Urbanos de Valencia) heredó las líneas de tranvías de la CTFV (Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia) el 1 de julio de 1964 con la premisa municipal de sustituirlos por autobuses en el menor plazo de tiempo.

Cuando en 1967 ya no dispusieron de más préstamos para comprar autobuses optaron por los trolebuses como solución provisional, cuando lo lógico hubiera sido mantener adecuadamente los tranvías tipo 400 para espaciar el tiempo para su sustitución y evitar gastos intermedios.
Lo que si cumplieron fue el acuerdo con el ayuntamiento de quitar los cables por el interior de la ronda, ya que en sus últimos años las líneas de tranvías 1 y 4 comenzaban su recorrido en las Torres de Serranos y las 2 y 3 en la Gran Vía de Germanías, itinerarios que siguieron los trolebuses que les sustituyeron, quedando únicamente por el centro urbano el cableado de la línea 13 hasta su supresión.
Fue una decisión cara a costa del erario público que ahora habría tenido otras repercusiones, ya que al precio de saldo de las compras en Madrid y Barcelona, hay que agregarles el coste de sus rehabilitaciones en las cocheras del Portalet, dijeron que para dejarlos “en perfecto estado”, y la instalación de más de 60.000 metros lineales de cable de cobre con sus correspondientes complementos. Y todo para una vida corta, ya que tan pronto obtuvieron autorización para endeudarse, más de lo que estaban, compraron autobuses Pegaso y suprimieron todas las líneas de trolebuses sin esperar a amortizar las inversiones realizadas.
A las líneas 2 y 3 les faltaron diez días para cumplir los cinco años de servicio, las 1 y 4 finalizaron su vida el 28 de febrero de 1976 y lo mismo le ocurrió el 22 de mayo a la línea 5, que puso punto y final a los trolebuses antiguos en la Comunidad Valenciana, ya que la nueva generación de este medio de transporte comenzó en el 2008 en Castellón.
Saltuv sólo recuperó algo de lo gastado con la venta de 17 trolebuses ex Barcelona (construidos por Macosa en 1949) a Pontevedra, ciudad donde estuvieron circulando hasta 1989.
Dilapidación de fondos públicos que no sólo ocurrió aquí, ya que los trolebuses procedentes de Madrid sólo circularon allí siete años y 23 de Barcelona nueve años. Supresiones, también en otras ciudades españolas, ya que presionaban para la sustitución de tranvías y trolebuses por autobuses de fabricación nacional marca Pegaso, que no tuvo el potencial exportador que esperaban.