Si cada vez que vienes con la compra de la semana, te asaltan las dudas delante de tu nevera, necesitas conocer los principales trucos para guardar correctamente la comida en el frigorífico, ganarás en espacio y en calidad de almacenamiento.
No toda tu compra tienes que meterla en la nevera y lo que pones en el frigorífico es importante que sepas dónde colocarlo para que se conserve mejor y, además, saques todo el partido a tu electrodoméstico.
Si aún piensas que los diferentes espacios, formas y zonas de tu nevera son un simple capricho de diseño, estás desaprovechando gran parte del potencial de tu nevera y quizás incluso están provocando que tus alimentos se estropeen antes o que tu nevera no funcione de la manera más eficiente.
La forma en la que se colocan los alimentos dentro de la nevera sí que importa, influye en la propia comida y en su conservación, pero además hace que tu frigorífico funcione de forma más adecuada y que aproveches al máximo sus cualidades y el espacio que te ofrece.
1. Carnes y pescados frescos
No hay duda, si tu nevera cuenta con cajón específico o zona concreta para carnes y pescados frescos, allí es donde tienes que ponerlos. Será el lugar más adecuado de la nevera, con un frío superior, normalmente cero grados, para conservar las propiedades de carnes y pescados frescos. Si no tienes este espacio específico, coloca carnes y pescados frescos siempre en la zona más fría de la nevera, normalmente en las baldas inferiores, pero consulta el manual de tu nevera para confirmar.
La carne y el pescado fresco además de mucho frio, necesitan siempre guardarse correctamente empaquetados y, especialmente si guardas carne y pescado, pon cada paquete aislado con su bolsa de plástico y totalmente cerrados para que no haya mezcla de olores ni peligrosas contaminaciones. A pesar de que las neveras de hoy en día son muy eficaces en la conservación de productos, es mejor que carnes y pescados frescos los consumas siempre con rapidez, en las 24 o 48 horas posteriores a su compra, si no, mejor congélalos para conservar mejor sus propiedades.
2. Leche y lácteos
La leche y sus derivados necesitan frio, si están ya abiertos sus envases. Pero no precisan de un frío excesivo que podría congelarlos o humedecerlos de forma exagerada dañándolos irremediablemente o provocando moho en el queso, por ejemplo. Los cajones especiales para queso son el sitio idóneo y la puerta de la nevera es el sitio más adecuado para la leche.
Cierra siempre la leche y procura no tener ningún envase sin tapar en la nevera, consúmela dentro de los tres días recomendados por el fabricante después de su apertura. En el caso de los quesos, dependiendo de sus características precisarán un tipo u otro de conservación, pero en general, mantelos dentro de recipientes de cristal o de plástico, cerrados y vigila que no se humedezcan.
3. Frutas y verduras
En la parte inferior de casi todos los frigoríficos se colocan los cajones específicos para la fruta y la verdura. No todas las frutas ni las verduras se conservan mejor y más tiempo en la nevera, hay algunas variedades como los plátanos que se estropean prematuramente con el frio excesivo y directo