Turquía desplegó dos submarinos en la zona del mar Mediterráneo donde opera Moskvá, el crucero ruso que el gobierno de Vladimir Putin asegura que utiliza para misiones de defensa antiaérea de los bombarderos que lanzan ataques contra los yihadistas del Estado Islámico (ISIS) y otros grupos terroristas en Siria. La información fue dada a conocer por la agencia Interfax, que cita a medios turcos.
Dolunay y Burakreis son los nombres de los submarinos desplegados por la Armada turca en el Mediterráneo oriental contra el crucero que, según el medio Russia Today, representa “una amenaza” para los aviones turcos.
“El crucero Moskvá dispone, además de potentes misiles antibuque, del poderoso sistema antiaéreo Fort y ha sido desplegado en la costa de la provincia siria de Latakia, cerca de la base aérea Hmeymim”, explica RT. Allí operan aviones para derribar las amenazas contras las aeronaves de Rusia.
El Moskvá fue desplegado para garantizar la seguridad de los pilotos rusos en la lucha de Moscú contra el Estado Islámico, a la cual se sumó a pedido del dictador sirio Bashar al Assad. Además, después del conflicto con Turquía, Rusia desplegó días atrás misiles antiaéreos S-400 en Siria para proteger sus aviones.
El embargo que Moscú impuso a Ankara tras el derribo de un caza en la frontera entre Turquía y Siria se limitará a frutas y verduras, pero podría ser ampliado, informó este lunes el gobierno ruso.
“Estas medidas sólo constituyen un primer paso”, advirtió el primer ministro Dimitri Medvedev, quien agregó que podrán ser ampliadas si las autoridades lo consideran necesario.
En un decreto, el presidente ruso, Vladimir Putin, impuso la suspensión de los vuelos chárter entre Rusia y Turquía, la prohibición de emplear trabajadores turcos en empresas rusas y el restablecimiento de visas entre ambos países.
Con respecto a los productos afectados por las sanciones económicas, estos son principalmente alimentos.
“Se trata de dos principales grupos: el primero las verduras, incluidos los tomates, y el segundo las frutas”, precisó el viceprimer ministro Arkadi Dvorkovich.
Rusia ya implantó un embargo sobre los productos agrícolas y alimentarios de los países que impusieron sanciones a Moscú por el conflicto en Ucrania, especialmente a las importaciones de la Unión Europea. Estas medidas, sumadas a un desplome del rublo, provocaron un fuerte brote inflacionario.
Rusia importa de Turquía, sobre todo, tomates y vegetales, por lo que la falta de productos frescos hace temer que haya escasez en el período de fiestas. Las mercancías industriales estarán exentas.
En el sector de los transportes, el número de empresas de transporte autorizadas a operar en Rusia pasará de 8.000 a 2.000, precisó Dvorkovich.
Según el expertos el sector más golpeado será el turismo. Inmediatamente después de derribo del caza Su-24, Moscú recomendó a los rusos no viajar a Turquía. Los turistas rusos constituyen el segundo grupo más importante para el sector turístico turco, después de los alemanes.
Desde Bruselas, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, pidió a Moscú que “reconsidere” las sanciones, destacando que están en contra tanto de los intereses de Turquía como de los de Rusia.