Hay veces que los trastos viejos, esos que parece que no quiere nadie, tienen mucha vida, adquieren movimiento y pueden llegar incluso a la sensibilidad de las personas más frías. Algo parecido sucede con los títeres que Cachivache producciones sacó a la calle durante la Gran Nit de Juliol.
Más de medio centenar de marionetas totalmente originales y artesanales salieron a visitar a los valencianos que quisieron compartir unos minutos con ellas. Sus casas son muy peculiares. Una maleta vieja, un baúl en desuso, una televisión antigua… incluso un cochecito de bebé del año 1920, restaurado, por supuesto, pero sin perder el encanto que le da su edad.
Todas ellas adquieren movimiento en un momento dado y ofrecen su espectáculo al ritmo de la música y acompañados por efectos luminisos para hacer las delicias de los pequeños, que disfrutan durante la representación y de los mayores, que admiran las obras que antes del espectáculo pueden apreciar en la exposición.
Además, el espectáculo traslada al público desde los más antiguos años 20 con su cabaretera incluída hasla la más absoluta modernidad, donde las tribus urbanas toman protagonismo, pasando por los payasos de toda la vida, que hacen reir y llorar con sus mimos a grandes y pequeños.
VLCCiudad / Redacción