José F. Ballester-Olmos y Anguís
Profesor de Universidad
Vicedecano de la Real Academia de Cultura Valenciana
En tiempos medievales hubo en el convento antoniano del camí de Morvedre una campana de la que muchos autores han repetido es la que podemos ver en la actualidad en las torres de Serranos.
Veamos cómo pasó la campana del primitivo edificio conventual de los frailes de San Antonio Abad hasta la Porta de Serrans.1
Los frailes antonianos, miembros de la Cofradía Hospitalaria de San Antonio Abad, habían llegado a España desde Francia en el siglo XII, y un siglo más tarde, una vez conquistada Valencia, vinieron a la ciudad del Turia procedentes de su casa de Tortosa. En 1276 ya están documentados en el Reino de Valencia, instalándose en la capital en agosto de 1290 y fundando una comunidad que se alojó en una casa con una iglesuela que los religiosos edificaron en la
plaza de Cajeros, actual área de confluencia de la calle de San Vicente y plaza de Ayuntamiento, en las inmediaciones del pasaje de Ripalda.2
Cerca de cuarenta años después, el 2 de abril de 1333 compraron las tierras extramuros de la ciudad “en el desvío del camino de Serranos o de Murviedre, en el caserío de Orriols”, y poco después ya tenían construidos en su nueva ubicación una casa conventual, una ermita (1340), anterior a la iglesia gótica que está oculta tras las paredes y bóveda de la actual (1467-1492), y un hospital dedicado a enfermos de un tipo de escarlatina maligna que en aquellos tiempos se conocía como “fuego sacro”.
La puerta de Serranos tiene su antecedente en la puerta de Roteros de la muralla árabe de Valencia3, que en 1377 ya se llamaba de Serrans y, como era corriente en el sistema murario defensivo musulmán, solo tenía junto a cada puerta una torre alta y fuerte en vez de dos como marcaba el formato cristiano, que combinaba defensa con ornato. Se nos confirma la única torre de aquella puerta de Serrans en un documento de aquel año.4
Cuando Pedro de Castilla en 1363 puso cerco a la ciudad de Valencia por primera vez, los munícipes de la ciudad mandaron tomar una campana del convento antoniano que eligieron por su alta calidad y se colocó en la puerta de Serrans para llamar a las armas a las milicias ciudadanas.
Durante los dos sitios de las tropas de Pedro I el Cruel, cuando la campana sonaba para toques de alerta, este sonido de alama era escuchado desde el antiguo campanario de la catedral (predecesor del Miquelete5, no construido aún en aquellos años), cuyo volteo podía ser oído en toda la ciudad.
Después de las revueltas de la Unión y de las guerras con Castilla, la ciudad quiso ampliar su perímetro englobando los barrios y cementerios extramuros6 y, así, el Consell General y la Fábrica de Murs i Valls a partir de 1356 emprendieron el proyecto de un nuevo sistema defensivo con muros de nueva planta, puertas y torres.
Inicialmente las puertas de la muralla se abrieron en el interior de simples torres de planta cuadrada, coronadas por almenas y similares a las conservadas en las coetáneas murallas de Barcelona. Con el tiempo estas torres fueron sustituidas gradualmente por otras de mayor monumentalidad y complejidad arquitectónica, como fue el caso de las torres de Serranos, cuyas obras de construcción comenzaron en marzo de 1392 y finalizaron en marzo de 1398, dirigidas por el maestro cantero (pedrapiquer) Pere Balaguer.
Parece que fue en 1399 cuando la campana fue trasladada desde la torre previa a las nuevas de Serranos, ya que un documento de diciembre de acabadas y que tapaban la vista de la bella “escala de pedra del portal nou de Serrans e lo mur nou”.7
Un documento de 21 de abril de 1377 que figura en los Manuals de Consells nos relata que catorce años después de llevada la campana a la puerta antecesora de la de Serranos, el padre Comendador de la comunidad de San Antonio reclamó “una campana de la dita ecclesia la qual en temps del primer setge de la ciutat, per los jurats e regidors daquella fou estada presa, e mesa en la torre del portal appellat dels Serrans”.
No existe referencia escrita en cuanto a que la devolución de la campana fuera llevada a cabo por parte de la Ciudad a los religiosos, y está aceptado de forma tradicional8 que desde entonces sigue la campana en aquel sitio, solo cambiada con ocasión del derribo de la torre antigua en 1392 y la construcción en su solar de las actuales torres de Serranos, concluidas en 1397.
Entre 1586 y 1888 las torres de Serranos fueron utilizadas como cárcel9 y sabemos que el aquel periodo la campana fue utilizada para avisar al vecindario de la hora en que se realizaba la requisa de presos, a fin de que estuviesen prevenidos. De vez en cuando, los presos, tras colocar una carga aquel año nos dice que las nuevas torres ya estaban construidas y se derribó el tramo viejo de muralla que discurría cerca de la fachada trasera de las torres recién de pólvora en el “servicial”10 hacían explosionar éste junto a un muro cercano al exterior, y entonces la campana avisaba que había presos en fuga.11
Acérquese el lector a las torres de Serranos. En su parte posterior, en alto, a la derecha de la puerta, observará una campana, de tamaño mediano, que pende un soporte metálico. Tiene una mella en su borde inferior. La pérdida de ese trozo fue ocasionada por un casco de metralla de una granada francesa durante el bombardeo que el ejército invasor llevo a cabo sobre nuestra ciudad el 7 de enero de 1812.
Teodoro Llorente no aseguraba en 1887 que la campana que ha llegado a años contemporáneos sea la misma de 1363 u otra posterior.
En las fotos de los primeros años del siglo XX podemos ver la escalera de acceso a las torres, todavía sin rehabilitar, pero la campana no está en su sitio. No obstante, otra fotografía, ésta de 1918, ya muestra la escalera rehabilitada y la campana colocada en su lugar.
Una observación cercana de la campana nos resuelve todas las incógnitas. Es de bronce, le falta el badajo, una leyenda en su corona nos dice que está dedicada a la Virgen: “AVE MARIA, GRACIA PLENA”, y esa leyenda nos lleva a la edad de la campana: 1662,12 por lo que es posterior a aquella que se llevó desde el convento medieval de los Antonianos a la torre precedente a la de Serranos, y muy probablemente fuera una segunda campana, instalada para los avisos de alarmas carcelarias.
1 BALLESTER-OLMOS, J.F. 1984. “Orriols. Su historia y su gente”. Comisión de Clavarios de la Fiesta de Orriols a San Jerónimo de 1984. Pp. 106-107.
2 BALLESTER-OLMOS, J.F. 1984. Op. cit. P. 106
3 La Crónica del Cid la llama Puerta de los Roceros.
4 LLORENTE, T. 1887, “Valencia” Tomo I. P. 532.
5 1381-1429
6 La urbe pasó de las 47 hectáreas del recinto islámico a más de 141 de la metrópoli gótica.
7 CERVERA F. 2001. “La campana de las torres de Serranos”. Las
provincias. 21-7-2001. P. 50.
8 VIDAL CORELLA, V. 1983. “La campana del portal de Serranos”. “Las
Provincias”, 30-1-1983.
9 CERVERA, J. L. 2003. “La prisión de las Torres de Serranos” En: CERVERA F. y MILETO, C. 2003. “Las torres de Serranos. Historia y restauración”. Pp. 27-40.
10 Lo utilizaban los presos para sus necesidades y se lo pasaban de calabozo en calabozo.
11 CERVERA F. y MILETO, C. 2003. “Las torres de Serranos. Historia y
restauración”. Ajuntament de Valencia. Pp. 100-101
12 CERVERA F. 2001. Op. cit. P. 50.