Una ciudad oculta bajo las Pirámides de Guiza? El enigmático hallazgo que podría reescribir la historia del Antiguo Egipto
El misterio bajo la arena: un descubrimiento que desafía la historia oficial
Las Pirámides de Guiza, joyas arquitectónicas del Antiguo Egipto y testigos del paso de más de 4.500 años, podrían no ser lo único monumental en esa región. Un reciente estudio dirigido por un grupo de investigadores italianos ha arrojado nueva luz sobre lo que podría estar oculto bajo la superficie del desierto: una vasta y compleja red de túneles, cámaras y estructuras que algunos ya se atreven a calificar como una ciudad subterránea.
¿Es posible que, bajo la base misma de estas pirámides, yaciera una construcción oculta por milenios, más antigua incluso que las propias pirámides? Si esta hipótesis se confirma, estaríamos ante uno de los mayores hallazgos arqueológicos de todos los tiempos.
Ecos del pasado: el mito de la ciudad subterránea
Desde tiempos remotos, se ha especulado con la existencia de cámaras ocultas bajo las pirámides. Textos herméticos como los “Escritos de Thoth”, atribuidos a una figura semidivina asociada a la sabiduría egipcia, mencionan la Sala de Amenti, un espacio sagrado donde los dioses juzgaban a las almas. Esta sala, según diversas interpretaciones esotéricas, se hallaría en las profundidades bajo Guiza, inaccesible para el común de los mortales.
Incluso el célebre profeta Edgar Cayce afirmó en múltiples ocasiones que bajo la Esfinge de Guiza se encontrarían registros de la Atlántida, lo que él denominó la Sala de los Archivos. Estas ideas, consideradas hasta ahora como pseudociencia, cobran un matiz inquietante tras el anuncio del equipo italiano.
Tecnología al servicio del misterio: radar de penetración terrestre
El hallazgo fue posible gracias al uso de radares de penetración terrestre (GPR, por sus siglas en inglés), tecnología similar al sonar que se emplea en exploraciones submarinas. El radar detectó anomalías a más de 600 metros bajo la superficie, incluyendo estructuras verticales dispuestas en forma simétrica, conectadas entre sí mediante corredores descendentes en espiral.
Se identificaron ocho de estas estructuras, descritas como “ejes”, que parecen tener una función arquitectónica deliberada. Esta planificación no se corresponde con formaciones naturales conocidas, lo que ha llevado a los investigadores a sugerir un diseño humano de gran complejidad.
El patrón simétrico, la orientación astronómica y los caminos internos refuerzan la hipótesis de una planificación intencional, posiblemente con un propósito ritual, administrativo o incluso funerario.
Entre la ciencia y lo oculto: teorías y especulaciones
Diversos investigadores alternativos han relacionado este descubrimiento con civilizaciones pre-dinásticas, o incluso con culturas desaparecidas como la mítica Atlántida. Escritores como Graham Hancock o Robert Bauval han defendido desde hace décadas la idea de que Guiza fue construida sobre una base de conocimiento astronómico y arquitectónico heredado de una civilización anterior a los faraones.
En su libro Fingerprints of the Gods (1995), Hancock sugiere que las pirámides podrían ser mucho más antiguas de lo que se piensa oficialmente, y que en su base se esconde una historia olvidada por la humanidad. La correlación entre las pirámides y la constelación de Orión, por ejemplo, sigue siendo uno de los misterios sin resolver de la egiptología.
Dudas, escepticismo y el peso de la prueba científica
Sin embargo, el hallazgo aún no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica de renombre. La comunidad académica se mantiene escéptica. Arqueólogos como Zahi Hawass han negado en repetidas ocasiones la existencia de cámaras o túneles significativos bajo las pirámides, argumentando que los estudios realizados con escáneres térmicos en años anteriores no mostraron anomalías suficientes.
La falta de acceso a los datos brutos, la ausencia de verificación independiente y el carácter preliminar del informe alimentan la controversia. ¿Podría tratarse de un malentendido tecnológico o incluso de una interpretación excesivamente optimista?
¿El inicio de una nueva era en la arqueología egipcia?
El próximo 25 de marzo, el equipo italiano prometió divulgar un vídeo con las imágenes captadas por el radar, lo que podría aportar mayor claridad. Se espera además un informe técnico detallado que permita a otros expertos validar —o refutar— las conclusiones preliminares.
Mientras tanto, el desafío principal radica en cómo explorar estas supuestas estructuras sin comprometer la estabilidad de las pirámides. ¿Sería posible introducir drones o sondas robóticas que permitan mapear los túneles sin excavar físicamente?
Reflexión final: ¿Qué hay realmente bajo la gran meseta de Guiza?
Si se confirma la existencia de una ciudad subterránea planificada bajo las pirámides, el paradigma histórico del Antiguo Egipto podría necesitar una revisión completa. No solo en lo que respecta a su arquitectura y tecnología, sino en la comprensión de su cosmovisión, sus orígenes y sus conexiones con posibles culturas anteriores.
La gran pregunta queda abierta:
¿Estamos ante una anomalía geológica, una ciudad perdida… o los vestigios de una civilización olvidada que precedió a los faraones?
La arena del desierto, como siempre, guarda sus secretos. Pero quizás, por primera vez en milenios, estamos a punto de oírlos hablar.