Las técnicas de aprendizaje activo son más efectivas que las campañas tradicionales para acabar con la discriminación hacia los gays, lesbianas y transexuales. Un equipo de voluntarios ha ido puerta por puerta recorriendo los hogares de Florida para charlar con los vecinos y hacerles cambiar sus actitudes discriminatorias. Una de cada diez personas acabaron apoyando leyes a favor del colectivo. El estudio se publica en Science.
Los investigadores no encontraron predominio de inclinación política entre las personas que cambiaron su opinión. / EFE
El contacto personal puede ser la mejor arma para combatir los estereotipos y la discriminación. Un nuevo estudio publicado en Science revela que mantener una conversación participativa con un individuo puede liberarle de prejucios hacia las personas transgénero y que, además, el efecto se mantiene en el tiempo.
“Mantener una conversación cara a cara es eficaz porque sabes si la persona está participando y prestando atención”, explica uno de los autores
Hasta la fecha, estudios experimentales han señalado que cambiar los prejuicios de manera duradera es una tarea que requiere una intensa intervención a lo largo de meses.
La nueva investigación llevada a cabo por David Broockman y Joshua Kalla tenía como objetivo disminuir la discriminación a través de la teoría del aprendizaje activo. Esta técnica involucra al individuo a participar en el proceso de un mensaje o discurso, y considera su punto de vista y sus experiencias.
A través de preguntas sobre vivencias personales, consiguieron que los individuos se implicaran en la conversación. “Una intervención relativamente breve puede tener un efecto duradero y eficaz si las personas se involucran y dedican un esfuerzo considerable”, declara a Sinc Kalla.
La campaña presidencial que Barack Obama llevó a cabo en 2010 puso de moda el término canvassing. Se trata de una técnica de persuasión basada en la personalización del discurso y el contacto personal a la hora de inducir un cambio de actitud en un individuo. En el caso del partido demócrata, sus representantes hicieron campaña visitando los hogares de posibles personas afines al partido y manteniendo breves conversaciones con ellos.
Broockman y Kalla utilizaron el canvassing para romper estereotipos sexuales. En el verano del 2015, voluntarios de dos organizaciones en defensa de las personas transgénero fueron puerta por puerta visitando las viviendas de 501 residentes de Miami, en el estado de Florida, y mantuvieron conversaciones de 10 a 15 minutos con cada vecino para intentar cambiar sus posibles actitudes discriminatorias.
Las dos organizaciones defensoras del colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales eran Los Angeles LGBT Center y SAVE, una de las más reconocidas de Florida.
Uno de cada diez cambió su opinión
Para analizar la efectividad a largo tiempo de las conversaciones, los autores encuestaron a los participantes para concer sus opiniones sobre los transgénero antes de la intervención y después de tres días, tres semanas, seis semanas y tres meses.
Cambiar los prejuicios de manera duradera es una tarea que requiere una intensa intervención
Uno de cada diez vecinos cambió su actitud discriminatoria hacia las personas ‘trans’. “Estos resultados representan un cambio de actitud mayor que los obtenidos por las campañas a favor de los gais y lesbianas en América entre 1998 y 2012”, afirman los autores.
Los efectos de las conversaciones incrementaron el apoyo a las leyes que protegen a las personas cuyas identidades o conductas de género no se ajustan a lo convencionalmente establecido.
En contra de lo que se podría pensar, estos cambios de actitud no se relacionaron con la inclinación política de los encuestados. Según Kalla, “las conversaciones fueron exitosas tanto en votantes liberales como conservadores, en mujeres y en hombres, en adultos y en jóvenes, independientemente del país de nacimiento”.
Los expertos consideran que debe estudiarse cómo influye la atención personalizada a la hora de persuadir, frente a otro tipo de campañas telefónicas o telemáticas. “Mantener una conversación en el domicilio de un individuo es particularmente eficaz porque sabes si la persona está participando y prestando atención, y puedes enfocar el discurso según sus experiencias personales”, concluye Kalla.
En 2014, Science se retractó después de haber publicado una investigación que concluía que una conversación de 20 minutos podía cambiar la opinión del votante estadounidense a favor del matrimonio homosexual. Broockman y Kalla fueron dos de los expertos que descubrieron anomalías en la metodología de aquel trabajo, como declaraciones falsas de patrocinio e irregularidades estadísticas.
Referencia bibliográfica:
D. Broockman y J. Kalla: “Durably reducing transphobia: A field experiment on door-to-door canvassing”.Science 8 de abril de 2016 351 (6282)