Este hombre, que pretendía marcar un hito comiéndose de un solo bocado un arenque, acabó recibiendo una lección de la vida que no olvidará: vigila tu comida si estás tomando un tentempié al aire libre cerca de una playa, de lo contrario una hambrienta gaviota de dejará literalmente con la boca abierta… y vacía.
Una gaviota ladrona dejó a este hombre con la miel en los labios
