La policía antidisturbios empleó gases lacrimógenos y spray de pimienta contra los manifestantes el fin de semana pero se retiró el lunes, para aliviar la tensión mientras las filas de manifestantes aumentaban.
La gente que protesta pasó la noche durmiendo o en vigilias sin ser molestados, en unas calles habitualmente muy concurridas en el centro financiero mundial que perteneció a Reino Unido hasta el 1° de julio de 1997, cuando pasó a manos chinas.
Durante la noche se extendieron rumores entre los manifestantes de que la Policía se preparaba para intervenir de nuevo. Cuando amaneció, muchos seguían alerta, especialmente en la víspera del aniversario de la fundación del Partido Comunista de la República Popular de China en 1949.
Los manifestantes, en su mayoría estudiantes, demandan una democracia plena y le han pedido al líder de la ciudad, Leung Chun-ying, que dimita, luego de que Pekín descartara hace un mes realizar elecciones libres para elegir al líder de Hong Kong en 2017.
Pekín gobierna Hong Kong bajo la fórmula “un país, dos sistemas”, que concede a la ex colonia británica cierta autonomía y libertades que no se disfrutan en China continental.
Las protestas se concentran en al menos cuatro de las zonas más concurridas de Hong Kong, entre ellas el distrito central del Almirantazgo, donde tiene su sede el gobierno de Hong Kong, el distrito central de negocios, el distrito comercial Causeway Bay, y el distrito densamente poblado de Mong Kok en Kowloon.
Los organizadores dijeron que hasta 80.000 personas salieron a las calles tras estallar las protestas durante la noche del viernes pasado, pero parece que en algunas zonas la concentración perdió fuerza ya que algunos manifestantes se fueron a descansar. Y además no hay una cifra independiente de manifestantes.
Alex Chow, líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, dijo que los manifestantes representaban más que una concentración de estudiantes y el movimiento ‘Occupy Central’. “Ha evolucionado a un movimiento civil”, dijo Chow.
Los manifestantes crearon puntos de suministro con botellas de agua, frutas, galletas, impermeables desechables, toallas, gafas, máscaras faciales y tiendas de campaña, lo que indica que se preparan para permanecer en las calles por mucho tiempo.
Algunos colocaron vallas de metal en posiciones al borde de la multitud, presumiblemente para detener un avance policial. En al menos una ubicación, varias furgonetas y un camión se hallaban estacionados en filas en un aparente esfuerzo por bloquear una carretera.
En Mong Kok, las ventanas de un autobús abandonado de dos pisos estaban empapeladas con mensajes de apoyo como “¡Vamos gente de Hong Konk!”. Un pequeño grupo de manifestantes cerca del autobús aplaudía y animaba, mientras otros tocaban la guitarra y los tambores.
“Aunque me puedan arrestar, me quedaré hasta el último minuto”, dijo John Choi, un manifestante de 16 años. “Estamos luchando por nuestros futuros”, añadió el adolescente.
Los líderes del Partido Comunista están preocupados por temor a que las protestas se extiendan a la China continental, y han censurado agresivamente las noticias y comentarios en los medios sociales sobre las manifestaciones en Hong Kong.
Las manifestaciones, calificadas como “ilegales” por el gobierno comunista de Pekín, son las peores en Hong Kong desde que China retomó su posesión a mediados de 1997. También representa uno de los mayores desafíos políticos para Pekín desde que aplastó violentamente las protestas pro democracia en la Plaza Tiananmen, en junio de 1989.
VLCNoticias|Redacción