10 de julio de 2025
4 mins read

València estrena su nuevo Monopoly: 91 pisos, 8.000 inversores y un gato buscando alquiler en Ruzafa

El mercado inmobiliario valenciano toca fondo (otra vez), con más especuladores que casas y precios que suben más rápido que el AVE en hora punta. El informe de la UPV pinta un panorama más seco que el río Turia en agosto.


Bienvenidos al “Escape Room inmobiliario” de València

Parece broma, pero no lo es. Según el último informe de la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV), en todo el segundo trimestre de 2025, solo había 91 viviendas plurifamiliares de obra nueva a la venta en València. Sí, 91. Como el número de jugadores que se inscriben en un torneo de parchís. Como los minutos que tarda el autobús 93 en llegar a Nazaret.

Pero esto no es un juego de mesa. Es la cruda realidad del mercado inmobiliario valenciano, donde los precios se disparan como si los vendieran en bitcoins, y los pisos se agotan como si regalaran cañas con el contrato de compraventa. Spoiler: no las regalan.

Mientras tanto, la ciudadanía se divide entre los que sueñan con comprar (y no pueden), los que sueñan con alquilar (y tampoco), y los que directamente han renunciado a soñar y duermen en la furgoneta del cuñado.


¿Quién se ha llevado mi piso? Spoiler: probablemente un fondo buitre

El informe de la UPV confirma el colapso de la oferta de vivienda nueva, una frase que suena técnica pero que en la práctica significa: “No hay ni un piso libre ni aunque lo busques en Tinder”.

La ciudad se ha convertido en un escenario digno de “Los Juegos del Hambre” versión inmobiliaria. Donde antes había grúas y obreros con almuerzo de fiambre, ahora hay solares vacíos, promotoras mirando al cielo y portales inmobiliarios que repiten “ya no hay nada disponible” como si fueran DJs en bucle.

Y mientras tanto, los inversores y especuladores campan a sus anchas. Porque claro, para ellos 91 viviendas no es escasez, es oportunidad de oro. Compra uno, reforma con cuatro muebles de Ikea, lo subes a Idealista con fotos en gran angular y lo alquilas a turistas alemanes como “piso con encanto mediterráneo”. Y si no se alquila, se tokeniza y se mete en un NFT inmobiliario, que ahora también se lleva.


: Ruzafa ya cuesta más que París, y El Cabanyal más que Manhattan en 1982

Según la Cátedra, los precios han subido de forma “disparada”, término académico que en valenciano se traduce por “mare meua, açò és un atracament”.

En zonas como Ruzafa, El Pla del Remei o el Cabanyal, el metro cuadrado ya cuesta más que el kilo de percebes en Nochebuena. Un estudio sin balcón se cotiza como si tuviera vistas a la Torre Eiffel y una nevera de vino con albariño.

Y todo esto, en una ciudad donde el salario medio no da ni para comprar una plaza de garaje sin techo. Porque recordemos: el sueldo mínimo sube a pasitos, mientras que el mercado inmobiliario lo hace en cohete espacial de SpaceX.


91 pisos, pero ¿cuántos necesitan casa?

Aquí viene la parte divertida, o trágica, según cómo lo mires: hay más personas buscando casa que botellas de horchata en agosto.

Según datos municipales y del INE, València suma decenas de miles de personas en búsqueda activa de vivienda, entre jóvenes emancipados, familias monoparentales, divorciados que han vuelto con sus padres y abuelos que se quieren independizar de los nietos.

Y mientras tanto, el ayuntamiento y la Generalitat hablan de políticas de vivienda, pero los resultados son tan lentos que cuando se terminan las obras de una promoción pública, los solicitantes ya tienen nietos y una hipoteca emocional con el sofá de su madre.


El “turismo inmobiliario” y la gentrificación gourmet

No podemos hablar del colapso sin mencionar a los amados/odiados apartamentos turísticos. Esos que se disfrazan de “vivienda vacacional con alma local” pero expulsan a los vecinos de toda la vida al extrarradio o al pueblo de los suegros.

En València, hay más licencias de apartamentos turísticos que bibliotecas públicas. Y en muchos barrios, lo que antes era una finca con la señora Carmen en la planta baja y Pepe el fontanero arriba, ahora es una torre Airbnb con códigos QR para abrir la puerta y silencio administrativo para las quejas.

La gentrificación, ese fenómeno que convierte las peluquerías de barrio en barberías de autor y los bares de esmorzaret en brunchs de tofu, ha hecho que muchos valencianos no reconozcan ya su propia ciudad. Y ni hablar de lo que cuesta pedir un carajillo en inglés…


¿Y las soluciones? Las de siempre: parches, promesas y PowerPoints

Las autoridades, ante este panorama, han prometido “medidas contundentes”. Lo que en política suele traducirse como: “vamos a hacer un estudio de viabilidad que acabará en un cajón”.

Hablan de regular precios, promover vivienda pública, penalizar la especulación… pero todo suena muy bien hasta que descubres que para 2026 se prevé construir… 300 viviendas públicas. En una ciudad con más de 800.000 habitantes.

O lo que es lo mismo: un parche más pequeño que un azulejo de Manises.


Mientras tanto, el humor como refugio (porque otra cosa no tenemos)

En este contexto desolador, el humor es lo único que sigue siendo gratis y abundante (de momento). Porque si no te puedes permitir vivir en València, al menos ríete de ello.

Ya hay memes que comparan el precio del alquiler con la matrícula de Harvard, y tiktoks donde la gente visita pisos de 20 m² y los llama “micro-castillos”. Y cada vez más jóvenes optan por vivir en caravanas, en pisos compartidos con desconocidos, o incluso en el metaverso, donde al menos no te suben el alquiler cada mes.


Conclusión: ¿Será València la nueva Venecia sin agua?

Si seguimos así, en unos años València será una ciudad sin vecinos, solo turistas con sombrero, influencers grabando bailes en el Miguelete y camareros con tres másters sirviendo flat whites.

Porque una ciudad sin viviendas accesibles no es una ciudad viva, es un decorado de cartón piedra para Instagram.


Y tú, ¿has conseguido encontrar piso sin vender un riñón, hipotecarte hasta los 90 o casarte con tu casero? ¡Cuéntanos tu odisea inmobiliaria antes de que suban los precios otra ve

Previous Story

Francisco Camps reabre el debate sobre el liderazgo del PPCV y provoca reacciones en el partido

Next Story

El Supremo solicita al Congreso y al PSOE detalles sobre pagos y donaciones de Ábalos

Latest from Blog

La mejor tarifa de fibra y móvil de 2021

El mercado de las operadoras de telefonía en España es muy amplio, y por ello, escoger las mejores tarifas de fibra y móvil puede ser complicado. En concreto, en nuestro país existen

Plateforme Betify Exhaustif Étude

Le projet betify connexion offre une interface multilingue pour accommoder les joueurs internationaux facilement. Introduction au Casino Cette plateforme garantit un environnement sécurisé et sous licence pour les joueurs français. Ce dispositif
Go toTop