De nuevo el Valencia hizo sufrir a la parroquia ‘ché’, que esperaba que al equipo le quedara algo de la magia que mostrara hace días en el Calderón. Pero no, tocó de nuevo ese equipo de contrastes, capaz de lo mejor y de lo peor.
La primera hora del partido debería haber servido para que el Valencia atara los tres puntos sin problemas, pero el portero pucelano Dani Hernández y una delantera blanquinegra poco efectiva hicieron que los de Djukic estuvieran metidos en el partido hasta el último momento. Resulta sintomático que el único gol que en ese periodo cayera a favor de los de casa fuera de un jugador del Valladolid, Balenziaga, en propia puerta. El chico intentaba despejar en un lanzamiento de corner y equivocó la dirección.
Soldado volvió a la competición tras su lesión, pero por lo que se vio en el campo, quizás aún no era el momento. No obstante, las actuaciones del portero contrario tampoco dejaba lucirse a nadie. Con todo, el equipo de Valverde se iba camino de los vestuarios con un esperanzador, aunque no demasiado, 1-0.
Y en la ‘reentré’ comenzó la pájara valencianista. El jugador pucelano Sereno cometía un claro penalty sobre Soldado y dejaba a su equipo con un jugador menos. Todo se ponía a favor de los locales, pero no sólo no fue así, sino todo lo contrario. El mismo Soldado disparaba desde los once metros y fallaba su primer penalty en mucho tiempo. Mestalla se llevaba las manos a la cabeza y comenzaba a mirar el reloj… ” Ya estamos otra vez”, se comentaba. Lo malo es que Llorente ya no estaba en el palco para escuchar los abucheos… Fernando Giner, otrora guardián de la defensa en un tándem perfecto con Camarassa, ocupaba en calidad de presidente en funciones su lugar.
El Real Valladolid se vino arriba y el Valencia pareció esconderse víctima de sí mismo, y lo que tanto se temía se confirmó cuando Oscar marcaba en el ’71 el empate batiendo a un Guaita que, hasta el momento, había demostrado estar en forma. Mestalla enmudecía y ya se mascaba la tragedia, que hubiera significado un nuevo paso atrás en la lucha por los puestos de Champions -la Real había goleado en casa afianzándose en el cuarto puesto, pero el Atlético acababa de empatar contra el Getafe y la ocasión la pintaban clava-.
Pero faltaba el arreón a la desesperada -que casi nunca da resultado- para que uno que últimamente se está especializando en apagar los ‘incendios’ de los de Valverde, Jonas, agrandara un poco más su leyenda. Así, en el minuto ’93, el brasileño conectaba un cabezazo que evitaba la debacle y, de paso, volvía a colocar al Valencia en la pelea por la Liga de Campeones. Cualquiera diría que hace apenas unos meses, Mestalla llegó a recibir con pitos a este jugador.
A celebrar el papel de Mathieu en su vuelta a la titularidad, que se dejó la vida en cada envite. Un valenciano más, por lo que a su entrega respecta. De Feghouli y Canales, poco o nada se supo. Por poco…
VLC Ciudad / Javier Furió. Fotos: Isaac Ferrera