CulturArts IVACOR presentó esta mañana en el Museo de Bellas Artes San Pio V la restauración de dos cuadros del pintor valenciano Joaquín Sorolla, propiedad de la familia Traver de Juan.
Las obras, fechadas en 1916 y tituladas ‘Retrato de señora con flor roja en la cabeza’ y ‘Retrato de Señora’, serán expuestas durante los dos próximos años en la Sala Sorolla del Museo San Pio V.
Así lo aseguró la consellera de Cultura, María José Català, que participó en la firma de un Comodato con la familia Traver “para que las obras puedan estar a disposición de todos los valencianos en el Museo de Bellas Artes”.
En la presentación de esta mañana también participó Juan Ignacio Traver, en representación de la familia, así como el director general de CulturArts, Manolo Tomás.
Cabe recordar que esta sala exhibe permanentemente 54 cuadros que dan a conocer la trayectoria artística y vital del pintor valenciano desde sus años de estudiante hasta el final de su carrera.
Comienza con un bodegón de frutas que pintó a los quince años y termina con los retratos de Amalio Gimeno y Lucrecia Arana, obras maestras de su última época.
La exposición de estos nuevos cuadros enriquecen la colección y nos permitirán comprender y profundizar más en su técnica, en la aplicación del luminismo y en su brillante dominio técnico del color.
Según la Consellera, “la inclusión de estos cuadros en la Sala Sorolla se enmarcan en nuestro objetivo de poner en valor la figura de uno de nuestros pintores más ilustres”.
Dos retratos fruto de la amistad con la familia Traver
Los cuadros, fechados en 1916, fueron elaboradas con la técnica de guache sobre cartón, están dedicados a Vicente Traver y a su señora y fueron un regalo a la familia fruto de su amistad con el pintor.
Uno representa una señora joven, ataviada con falda negra y amplia blusa de color blanco, en la que Sorolla hace un alarde de dominio técnico del color y la luz para simular las transparencias de la carne bajo la organza de seda de la blusa. La frialdad de estos dos colores queda rota por la calidez de una flor roja colocada en el pelo.
El otro representa una mujer de mayor edad, de aspecto venerable, en tres cuartos, ligeramente de espaldas vestida con un traje de color rosa con un pañuelo semitransparente sobre sus hombros.
Proceso de restauración
El proceso de restauración, que ha durado más de un año, presentó numerosas dificultades por la suciedad del anverso y reverso y sobre todo por un importante ataque fúngico que les provocó numerosas manchas de color ocre y negro.
Estas manchas afectaban estéticamente a la obra de un modo severo, así como a su conservación. Para la intervención se realizaron estudios previos con el objetivo de conocer los pigmentos empleados en las pinturas.
En este sentido, se extrajeron micromuestras de puntos específicos que aportaron mucha información de materiales, técnicas de ejecución y alteraciones.
Los resultados revelaron que el pintor empleó una paleta de pigmentos compuesta por albayalde, ocre amarillo, bermellón, ocre rojo, azul cobalto, verde de cromo, pigmentos tierras y negro de huesos.
Tras la limpieza y la eliminación de los hongos las piezas fueron enmarcadas con un sistema denominado Control-box, a fin de estabilizarlas, garantizando su correcta conservación.
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