La editorial valenciana Contrabando acaba de cumplir un año desde su nacimiento. Al frente de ella, un editor que conoce y sabe los riesgos de afrontar la aventura editorial en un mercado muy competitivo y de desigual trayectoria con algunos títulos. Aún así, Manuel Turégano apuesta por el riesgo y proclama la lectura y el libro como elementos sustanciales en el mercado cultural.
Prueba de ello es que Contrabando, en su línea de difundir las voces de ambas orillas hispanoparlantes, tiene abierta la narrativa y la poesía como puertas principales de su iniciativa. En opinión de Turégano “no creo que se pueda tener una buena perspectiva de la creación literaria en lengua española, a día de hoy, sin una lectura atenta y constante de los nuevos escritores de Latinoamérica”.
En este primer año, destacan las publicaciones de ‘Suerte’, de la valenciana Bárbara Blasco; ‘De facto’, del poeta Sergio Pinto Briones; ‘Maldita seas tristeza’, del cubano Carlos Michel Fuentes; ‘Tan intertextual que te desmayás’, de las argentinas Ariana Harwicz y Sol Pérez o ‘Guayacán/Virgen Bacon’, del poeta chileno Aldo Alcota.
VLCNoticias charló con el editor Manuel Turégano para conocer de cerca este primer cumpleaños de Crontabando y descubrir, desde una voz experimentada, los problemas de una editorial independiente a la hora de iniciar su andadura
El Péndulo: ¿Cómo ha sido el primer año de Ediciones Contrabando?
Manuel Turégano: Muy duro, muy instructivo y muy estimulante. Los tiempos son lo que son, vivimos la mayor crisis en décadas. Pero las crisis son también períodos fértiles para lo nuevo, incluso para la creación literaria misma. Nosotros hemos dado pasos bastantes significativos en la dirección que queríamos seguir. Eso es lo importante, y lo que permite afirmar que, a pesar de todo, ha sido un buen año.
E.P.: ¿Son favorables estos tiempos para la creación de una nueva editorial?
M.T.: No lo sé, el tiempo lo dirá. A nosotros no nos ha ido mal. Ahora tenemos ya ocho libros, de tres colecciones diferentes. Todos los hemos presentado en actos muy concurridos. Eso es, sin duda, un buen comienzo, y un buen augurio. Aunque es verdad que la venta de libros decrece, sobre todos a través los canales tradicionales. El remedio a esto, sin embargo, también está claro: hay que ir directamente al lector, contactar con él, bien personalmente, bien a través de internet. El reto es nuevo, pero muy estimulante.
E.P.: ¿Crees que las editoriales independientes ofrecen obras más arriesgadas, literariamente, que las ya conocidas en el ambiente?
M.T.: Sí, creo que es así. Las grandes editoriales se ven obligadas, por la dinámica del mercado, a buscar best seller que les ayuden a cuadrar sus cuentas, peligrosamente desequilibradas. En consecuencia, arriesgan menos, buscan las ventas seguras, se lo piensan cien veces antes de apostar por un autor nuevo y rechazan casi todo lo que no tiene un aire comercial evidente. Si se quiere encontrar a los buenos escritores del porvenir, hay que leer los libros que publican hoy las editoriales independientes, que son las que apuestan por ellos en estos momentos.
E.P.: ¿Hay un estallido masivo de editoriales independientes en la actualidad?
M.T.: Sí, por supuesto. Las grandes son ya en buena medida dinosaurios integrados en ese complejo llamado ‘industria del entretenimiento’. El vacío que dejan, lo rellenan automáticamente nuevas editoriales independientes que siguen haciendo esa labor incansable e imprescindible de ofrecer canales de edición a la nueva literatura, a los autores emergentes y, también, a buenos autores a los que la industria les hace el vacío por su supuesta falta de comercialidad o el sesgo rupturista de sus propuestas literarias.
E.P.: ¿Son importantes los nexos entre España y Latinoamérica para Ediciones Contrabando?
M.T.: Importantes no, son la esencia misma de la editorial. Desde que nacimos dijimos con toda claridad que queríamos ser una editorial hispana, una editorial donde tuvieran cabida textos de las dos orillas. Y nuestro catálogo es un reflejo muy fiel de esa filosofía: hay cuatro libros de escritores españoles y cuatro de autores americanos: dos poetas chilenos, un narrador cubano y dos autoras argentinas. Sin contar con los nuevos escritores de Latinoamérica es imposible tener una idea mínimamente acertada de la creación literaria en lengua española a día de hoy.
E.P.: ¿Cómo puede llegar a sobrevivir sin problemas una editorial independiente?
M.T.: Pues trabajando mucho, editando buenos libros, buscando muchos y buenos lectores para ellos y haciendo una labor incansable de promoción de la literatura en lengua española, una literatura capaz de satisfacer, sin duda, a los lectores más exigentes. Y ese trabajo hay que hacerlo por dos medios fundamentales: la calle e internet. Por ‘calle’ entiendo dar la cara constantemente al público, de forma directa y no sólo a través de los medios. Y, por otro lado, internet es una herramienta básica hoy para encontrar nuevos públicos, y que nos exige aprender muchas cosas nuevas para sacarle todo el partido.
E.P.: Contrabando edita libros de narrativa y poesía. ¿Hay posibilidades de publicar libros de ensayo en el futuro?
M.T.: Nosotros hemos edificado una arquitectura con tres pies: narrativa, que incluye novelas y cuentos, libros de poesía y una tercera colección, ‘textos y contextos’, que está abierta al ensayo, la crítica literaria, la reflexión en todos los órdenes y el teatro. Una editorial literaria tiene necesariamente que tener una ventana abierta al pensamiento.
E.P.: ¿Es difícil vender libros de poesía? ¿Hay público fiel para textos poéticos?
M.T.: Sí, las dos cosas. Es difícil venderlos y, a la vez, hay un público que los busca, los compra y los lee. Un público minoritario, pero muy activo, muy fiel, muy bien formado, muy ‘leído’, por así decirlo. Casi en todas las ciudades españolas hay un pequeño circuito poético, de locales, revistas, tertulias… que configuran un espacio muy importante. Conocer esa realidad nos animó a editar poesía y el resultado, hasta ahora, es más que satisfactorio.
E.P.: Muchas de las portadas de los libros de Contrabando fueron creadas por artistas. En eso se ve que hay una preocupación estética como característica de la editorial…
M.T.: A veces nos olvidamos de que el libro no es sólo el interior; la portada, las cubiertas, la tipografía, la encuadernación… también son el libro. El libro tiene que aspirar a la perfección, conjugando e integrando todos los factores. Cada editorial tiene que tener un perfil y un diseño singular; pero a la vez, cada libro tiene que tener su propia identidad. Intentamos tener en cuenta ambas cosas, aunque no siempre es fácil. Trabajar con artistas e ilustradores es un beneficio añadido, pero también una fuente de sanos conflictos. En todo caso, lo seguiremos haciendo en el futuro.
E.P.: ¿Qué planes tiene la editorial para los próximos meses?
M.T.: Seguir editando, que no es poco. Ya no somos un simple proyecto, ahora tenemos un catálogo incipiente y muchos libros valiosos e interesantes llamando a la puerta. Por desgracia, ni siquiera podemos publicar todo lo que nos llega y merece ser publicado. Además, la exigencia de llevar cada libro “casa por casa” consume mucho tiempo y esfuerzo, pero es imprescindible, lo vamos a seguir haciendo. Y, además, claro, vamos a multiplicar nuestra actividad en internet y en todas las redes sociales. Y a potenciar la venta on-line, que es la forma más rápida, cómoda y barata, tanto para el lector como para la editorial. Nuestra web ya dispone de una tienda y de un sistema de venta segura, asequible para todos.
E.P.: Si hubieras conocido a Kafka, Proust o Joyce en los tiempos donde aún no tenían reconocimiento, ¿les hubieras publicado?
M.T.: Claro, uno está tentado a contestar rápidamente que sí, que por supuesto. ¿Quién no quisiera colgarse semejante medalla? Pero los editores estamos inevitablemente marcados por lo que se podría llamar el ‘síndrome de Gide’, que como es sabido rechazó el primer volumen de ‘En busca del tiempo perdido’ cuando era lector de Gallimard. Nadie está a salvo de cometer un error. Pero lo cierto, también, es que editoriales como la nuestra, que no están tan pendientes de encontrar el best seller de primavera, o del próximo otoño, pueden afinar más su oído y ser más receptivas a las propuestas más novedosas y rupturistas, como lo fueron en su día los libros de Joyce, Kafka o Proust.
E.P.: ¿Hay más editoriales en Valencia o en el resto de España que tengan similitudes a las ideas de Contrabando?
M.T.: Sí claro, no somos los únicos. De todas formas, Ediciones Contrabando, amén de por nuestro propio deseo, reconozco que también ha nacido por una cierta ‘necesidad’. Necesidad de abrir cauces a autores y a obras que no lo tienen nada fácil en el mercado editorial actual. Cierto, en España se publican demasiados libros, casi cien mil al año. Pero si contamos solo a los que corresponden a la franja de literatura en castellano de autores noveles o emergentes, veremos que hay una desproporción increíble. No olvidemos, además, que la mayoría de los sellos independientes aparecidos estos últimos años se dedican sobre todo a traducir autores y obras extranjeros.
E.P.: ¿Dónde crees que le puede ir mejor a la editorial, en el mercado español o latinoamericano?
M.T.: Hoy en día trabajamos casi en exclusiva en el mercado español, aunque hemos comenzado a buscar un distribuidor para Iberoamérica. No obstante, si tomamos un poco de perspectiva respecto al proyecto en sí, creo que en el futuro seremos una editorial muy volcada a Hispanoamérica. El lector hispanoamericano es, a veces, mucho más osado y atrevido, más abierto a la novedad. Si todo va bien, este año espero que vayamos a la Feria del Libro de Guadalajara, en México, para hacer nuestra presentación “americana”.
E.P.: Hasta la fecha, ¿con cuál libro de los ya editados volverías a publicar una segunda edición?
M.T.: De momento, no somos muy ambiciosos, ni alocados, no queremos ir a la quiebra demasiado pronto… Lo prioritario para nosotros es vender los 500 ejemplares de la primera edición de cada libro. Puede parecer poco, pero es que la gente desconoce las cifras reales de ventas de este país. Y no digamos los años que necesitaron Joyce o Kafka, por volver a citarlos, para vender esa cifra de libros en su tiempo. Sin duda, muchos de los libros que editamos venderán muchos más ejemplares, y se reeditarán, algunos muy pronto, pues están casi agotados, pero aún así creo que durante mucho tiempo no perderemos esta guía: lo importante es vender los 500 ejemplares de la primera edición de cada libro. Si lo hacemos, Contrabando vivirá. Y en ello estamos.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües/ Fotos Editorial Contrabando