Por primera vez científicos han logrado recrear la nanotecnología usada en la Antigua Roma para fabricar el cristal que cambia de color. El método usado abre el camino a una nueva clase de dispositivos fotoelectrónicos.
Para lograr este efecto los antiguos romanos fraccionaban el oro y la plata en partículas del tamaño de 50 nanómetros de diámetro, menos de una milésima del tamaño de un grano de sal fina, según la revista ‘IBTimes’. Luego colocaban dentro del cristal estas nanopartículas de metal que dotan al cristal de su propiedad dicroica.
Hasta ahora no se sabe si dicha tecnología fue descubierta por los antiguos romanos accidentalmente, o si el tamaño y la cantidad de partículas fue calculado con precisión por artesanos antiguos. En cualquier caso, hasta ahora nadie había podido recrear dicha tecnología, sostienen los autores del estudio de las Universidades de Cambridge y de Birmingham, que ha sido publicado en la revista ‘PNAS’.
Sin embargo, la importancia científica del estudio no solamente reside en el descubrimiento de la técnica antigua, sino en el hecho de que los investigadores planean aplicarla en dispositivos electrónicos modernos, en particular en dispositivos electrónicos ultrafinos. El hallazgo podría ser aplicado en tecnologías fotoelectrónicas absolutamente nuevas, ya que “los componentes ópticos convencionales simplemente no pueden lograr este tipo de funcionalidad”, cree Yunuen Montelongo, autor principal del estudio, citado por ‘IBTimes’.
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