La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a doce años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa a una mujer que intentó matar a su bebé recién nacido arrojándolo por una tubería. Además, el tribunal le condena a no tener contacto con su hijo ni aproximarse a él durante 15 años.
La acusada, tras dar a luz en el baño de su domicilio, enfundó al bebé en una bolsa y lo arrojó a un estrecho patio por donde descienden las bajantes de las viviendas y lo empujó para que cayera en una cavidad lateral de unos cuatro metros de profundidad. El bebé fue hallado vivo casi 48 horas después por los bomberos y presentaba una fractura en su brazo izquierdo.
La Sección Tercera de la Audiencia declara probado que la madrugada del 21 de junio de 2013 la acusada se puso de parto, encerrándose en el baño del piso en el que convivía con dos amigos y su hijo de tres años. Allí dio a luz a un varón totalmente formado al que, tras cortarle el cordón umbilical, introdujo en unas bolsas y lo envolvió con una prenda de licra arrojándolo a un patio por el que descienden las bajantes del edificio y a continuación lo empujó para que cayera en una oquedad lateral de 3 ó 4 metros de profundidad.
«Difícil resulta de entender que la intención de la procesada no fuera otra que dar muerte al recién nacido», dice la sentencia, que apostilla que la mujer, en lugar de dejar al pequeño en manos de las instituciones, «prefirió arrojarlo a un lugar inhóspito, sometido a todo tipo de vicisitudes, siendo verdaderamente un milagro el hecho de que el menor no muriese de hambre y de frío». Los bomberos rescataron al bebé 48 horas después tras recibir un aviso de los vecinos que pensaban que había un gato en una tubería.
