Crédito: Facebook Louisa Manning
Se hizo esperar, pero un día su venganza llegó. Louisa Manning, estudiante de Oxford, tuvo la oportunidad de desquitarse con un antiguo compañero de colegio que solía hacerle bullying por su sobrepeso.
La joven de 22 años disfrutó aún más la venganza al circularla a través de Facebook.
Hace unos días Louisa se encontró casualmente con su ex compañero y éste, sorprendido al encontrarla más atractiva, la invitó a salir. Si bien en un principio ella se mostró sorprendida por la invitación, después decidió aprovechar la situación para tomarse revancha por el sufrimiento padecido durante años.
El joven, cuyo nombre no fue revelado, se presentó a la hora de la cita en el restaurante acordado. Sin embargo, no era precisamente ella quien lo estaba esperando. En lugar de juntarse con él, decidió dejarle a un mesero una carta con una foto suya cuando era niña para que se la entregara a su ex compañero.
Louisa hizo pública su carta a través de Facebook y rápidamente cosechó más de 4.000 me gusta y cientos de posts, según consigna Buzzfeed. A continuación la carta de Manning y la cordial respuesta del joven.
Carta de Louisa
Hey [nombre borrado]
Lamento que no pueda reunirme contigo esta noche.
¿Recuerdas el octavo grado, cuando yo era gorda y te burlabas de mi peso? ¿No? Yo sí – pase los siguientes tres años comiendo menos de una manzana al día. Así que decidí evitar esta cena.
¿Recuerdas la uniceja de la que te burlabas? ¿Las piernas peludas que te disgustaban? ¿Recuerdas cómo cada día por tres años tú y tus amigos me llamaban Manbeast (hombre bestia)? No, quizás no lo haces – o no me habrías visto mi aspecto ocho años después y considerado lo suficientemente atractiva para tratarme como un ser humano.
Pensé mandarte esto como un recuerdo. La próxima vez que pienses en mí imagínate la chica en esta foto, porque ella es la que te plantó.
Louisa
Respuesta y disculpas
Hey… por cuanto signifique, yo realmente estaba aquí por la oportunidad de hacer amigos, no solo porque eres atractiva. Supongo que me lo merecía y ciertamente no te culpo por dejarme plantado.
No puedo cambiar quién era hace ocho años y no voy a insultar tu inteligencia pretendiendo que eso no paso, pero espero que me creas cuando digo que soy una persona completamente distinta ahora. Solo puedo disculparme y desearte lo mejor. Supongo que no escucharé de ti de nuevo, pero realmente digo con convicción que espero que tengas todos los éxitos que mereces.