María Isabel Espert y Mercedes Bernal son los nombres de dos personas amantes del mundo del folclore y de la indumentaria valenciana. Ellas son componentes del Grupo de Danzas de la Sociedad Musical de Alboraya que un día decidieron escribir un libro donde contar y relatar las vicisitudes de ese mundo que aman pero, eso sí, de forma amena y sencilla para hacer llegar su contenido y lo entendería hasta el más desconocido. Su nombre ¨Com em vist? Apunts d´Indumentaria¨. Su aventura empezó hace 25 años y se cristaliza ahora.
Y a buena fe que lo han logrado con un sencillo libro de gusanillo. Es ameno, didáctico, con unas buenas ilustraciones y contiene un pequeño glosario. Puede servir hasta para que los profesores de colegios, IES y Universidades Populares lo utilicen para explicar el mundo del folklore y la forma del vestir de las valencianas desde hace varios siglos.
Pero ante todo ha sido un fundamental para escribirlo que no son eruditas en éste asunto y han utilizado un lenguaje más directo. Las dos manifiestan que ¨ es un libro abierto a una posterior ampliación. Hemos pretendido que fuera el inicio de una obra a tener en cuenta ¨.
Y tanto es que a pesar de la escasa tirada actual, 300 ejemplares, ya es conocido y con buen nombre en los distintas casas de indumentaria con buenos comentarios. Ahora esperan que alguien pueda dar un nuevo empujón o, sencillamente, las reclamen para explicarlo a alumnos como bien podría ser de las Escuelas de Adultos de los diversos municipios o de federaciones de folklore donde recogerían la voluntad con la idea de hacer una nueva reedición.
Una obra surgida de una afición
Maribel, contable, y Mercedes, secretaria de una empresa multinacional de la comunicación, confiesan que la iniciativa les surgió ¨ de nuestra afición al folclore y la indumentaria, muy especialmente a la de nuestra tierra. Desde hace años nos fijábamos en faldas, cotetas, zapatos, aderezos y todo lo concerniente a la forma de vestir de nuestros antepasados y que hoy intentamos reproducir en nuestro grupo¨.
José Miguel Soriano, un experto en la materia les ha ayudado, y ellas afirman que ¨ Soriano nos ha ayudado mucho. Él fue nos explicó porque se utilizaba una prenda determinada, y no otra, y por qué no podíamos llevar tres moños o un aderezo diseñado en el XIX, si nuestra intención era la de emular un traje del XVIII.
Lo que sí dejaron claro es que ¨ no hay una sola manera de vestir. No hay un canon establecido que anule los demás. Los distintos autores que hemos consultado coinciden en que la indumentaria es algo vivo dentro de unos parámetros geográficos, históricos, sociales, económicos etc que diferencian las formas de vestir en una u otra época. Y esto está por encima de etiquetas¨
¨ El vestido de fallera no existe y somos antibanda¨
Para ellas no existe el vestido de fallera, como si fuera un disfraz. Creemos que lo lógico es afirmar vestirse de valenciana. En las Fallas no hay un uniforme al estilo de una banda de música o equipo deportivo. Lo que sí están en contra es del uso de las bandas de forma generalizada en una comisión. ¨ Si que estamos de acuerdo en que algunas o la fallera mayor la lleve como elemento distintivo. Pero ¿ si los hombres pueden ir ataviados con trajes porque la mujer no?. Hace 15 años que no lleve banda y muchos me miraron como un bicho raro pero hoy día ya no lo es¨, comenta Mercedes.
Sobre las telas consideran que ¨no hay un solo modelo de tejido para una determinada época. Hay diversos tipos de seda, como de tienda, de casa, de satén, pero el uso de uno u otro dependía de la época y la clase social.
Las autoras apuntan como conclusiones que ¨ el vestido popular de valenciano o valenciana arranca de las modas cultas del siglo XVIII, la francesa y un poco la inglesa, pañuelo sobre los hombros. Además, mantiene influencias anteriores de los moriscos, como sarawils, gilalas o gel-labes, y de la cristiana conseva el delantal, los ahuecamientos y el color negro.
Por siglos, el XVIII
En ésta época la mujer viste tres estilos el cortesano francés, con bata y casaca; el inglés o vaquero y el polonés, con guardapiés a la polonesa. El hombre tiene uno solo: el francés con componentes militares con casaca, botas o sombrero con plumas.
En el XIX
En la mujer se destacan dos épocas la isabelina, con uso del tontillo, y la alfonsina, con uso del polisón, y en el hombre se nota la influencia de la revolución industrial inglesia o de las guerras que introducen el traje de mosquetero o la propia Revolución Francesa que exporta el estilo Imperio.
En esa época el pantalón del hombre se alarga y el diseño en talle del vestido popular sube, entre otros.
VLC Ciudad /Paco Varea