Valencia Noticias | Redacción.- Con una trayectoria de ocho años, la Obra Social ”la Caixa” ha hecho crecer su Programa para la Atención Integral de Personas con Enfermedades Avanzadas con la intención de atender a más personas que se encuentran al final de su vida y a sus familiares. A día de hoy se implementa a 120 hospitales de toda España y a 129 unidades de soporte domiciliario, a través de 42 equipos de atención psicosocial (EAPS). Desde su puesta en marcha en 2009, el Programa ha atendido 103.144 pacientes y 150.448 familiares suyos de toda España, recibiendo muy buena acogida y valoración por parte de pacientes, familiares y comunidad médica.
«La salud es el bien más preciado, y en la Obra Social ”la Caixa” estamos firmemente comprometidos en garantizar la atención sanitaria de las personas que atraviesan situaciones difíciles. Queremos estar al lado de todos ellos, desde la infancia hospitalizada hasta las personas que padecen una enfermedad avanzada y se encuentran en la fase final de su vida», ha señalado Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria ”la Caixa”.
La Obra Social “la Caixa”, ASPANION y Asociación Carena de Valencia han firmado recientemente un convenio que renueva el compromiso de seguir impulsando en 2017 el Programa para la Atención Integral de Personas con Enfermedades Avanzadas en Almería.
Enmarcado en la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, con este programa la Obra Social “la Caixa” pretende complementar el modelo actual de atención a personas con enfermedades avanzadas con el fin de alcanzar una atención integral que tenga en cuenta los aspectos psicosociales: tanto el apoyo psicológico y emocional, social y espiritual al paciente y a sus familiares, como la atención al duelo, el apoyo a profesionales de cuidados paliativos y el acompañamiento de voluntarios.
Las dimensiones que mejoran en el paciente son la psicológica, la social y la espiritual. La primera evaluación científica realizada en 2014, concluye que la atención psicosocial que ofrece el programa, y que contempla las tres dimensiones, responde a las necesidades y mejora en el 90% de los síntomas provocados por la enfermedad y que perjudican el estado anímico y psicológico de los enfermos atendidos. El estudio concluye que el 92% de los enfermos califican de excelente o muy buena la atención recibida, y cerca del 90 % aseguran que han podido resolver temas difíciles (la mayor parte, de comunicación y de relación con la familia y su entorno) gracias a este apoyo.
La efectividad de la atención espiritual
Sin embargo, la dimensión espiritual se considera un eje central de atención a las necesidades de los pacientes en situación de final de vida. Por ello, y desde su puesta en marcha, el Programa de la Obra Social “la Caixa” ha impulsado una evaluación del dolor espiritual, basada en las entrevistas que los profesionales realizan a los pacientes. En estas conversaciones surgen cuestiones de carácter transcendente, como la necesidad de ser reconocido como persona; la necesidad de hacer una revisión de su vida y del pasado y encontrar sentido a la existencia; la necesidad de liberarse de la culpabilidad, de reconciliarse y sentirse en paz y perdonado; la necesidad de un más allá y de una auténtica esperanza; la necesidad de expresar emociones y vivencias religiosas, y la necesidad de amar y ser amado.
Los análisis realizados muestran que estas necesidades esenciales mejoran o se mantienen estables a pesar de la proximidad de la muerte en el 94% de las personas atendidas, tras la intervención de los EAPS. Además, los resultados muestran que cuanto más alto es el nivel de sufrimiento de los pacientes, mayor es la efectividad de la intervención de la atención psicosocial. A pesar de partir de una situación más severa, tras la intervención del equipo se alivia el sufrimiento hasta llegar a unos, niveles tolerables, similares al de los pacientes que partían de una situación mejor.
Al abordar las necesidades esenciales, se reduce el malestar emocional de estos pacientes, a la vez que mejoran otros componentes psicosociales y espirituales ligados a la situación, como la ansiedad, estado de ánimo, el sentido de la vida y la sensación de sentirse en paz con uno mismo y con los demás.
Otro punto a destacar de la evaluación del dolor espiritual, es que la persona que tiene creencias, sean de tipo religiosas, sociales, científicas, filosóficas o míticas, y éstas le ayudan en la situación de enfermedad, presenta una mejora adicional en el conjunto de dimensiones evaluadas. Los profesionales de los EAPS ayudan a los pacientes a recuperar el valor que sus creencias le han proporcionado a lo largo de la vida.