En pleno invierno de 2009 los cálidos paisajes de Pandora se hicieron con nosotros: plantas brillantes, animales exóticos, seres azules de varios metros de alto, todo en perfecta armonía, nos invitaba a romper los límites de la humanidad y conectarnos con una versión mucho más cándida de la existencia. El final, propio de las historias que narran el choque entre dos mundos, dejó a la audiencia con ganas de más. Y más, justamente, es lo que se ha prometido: tres secuelas de Avatar (de las cuales una tendría que haber sucedido ya) que se han pospuesto innumerables veces y que ahora, por fin, parecen tener fechas de estreno definitivas.
Vida Na’vi bajo el agua
Era 2013 cuando James Cameron -con su oscarizada experiencia en películas ambientadas en el mar- anunció que la segunda parte de Avatar contará con guionistas de El Planeta de los simios, Aliens Vs. Depredador y La Guerra de los Mundos, y que la trama transcurrirá en los océanos de Pandora, una noticia que representa un reto, no sólo de realización, sino de argumentación.
Recordemos que Jake Sully viene de la Tierra, en donde no puede caminar y ha decidido mantenerse activo en proyectos del gobierno, suplantando a su hermano gemelo, científico del proyecto Avatar. De allí que haya tenido que entender en tiempo récord un mundo que le es completamente ajeno y en el que no sólo ha re-aprendido a andar teniendo que valerse para ello de su gigante cuerpo azul, sino que ha asumido el desafío de volar a lomos del más poderoso Ikran para salvar ese ecosistema del que ahora se siente más parte que de la Tierra misma. En Avatar 2, tendrá que demostrar su valía como Toruc-Macto, líder del clan Omaticaya, en el agua. ¡Que Eywa le ilumine!
Presente y futuro a la vez
Volviendo al tema de las fechas de estreno, cabe preguntar: ¿Por qué se está haciendo tan larga la espera? No sólo porque James Cameron tiene a su audiencia acostumbrada a ser pacientes para recibir lo mejor, sino porque las tres partes restantes de Avatar se están haciendo de manera simultánea, tal como ha sucedido con otras superproducciones como El Señor de los Anillos, de Peter Jackson. De allí que las fechas -que se supone que ahora sí que sí son firmes- para estrenar las secuelas de la historia de Jake y Neytiri sean las siguientes: Avatar 2 en 2018. Avatar 3 en 2020. Avatar 4 en 2022.
Esto quiere decir que tendremos a dos generaciones de espectadores enganchados con este relato: los que casi diez años atrás acompañaron a la imparable Michelle Rodríguez -en la piel de Trudy Chacón- a hacer justicia con su helicóptero, y los que en ese entonces no tenían ni siquiera la edad para entrar a la sala de cine a ver la peli y, a partir del año que viene, pondrán los “menari” (dos ojos) como platos por primera vez ante los impresionantes paisajes de Pandora.
Por cierto, el pasado 14 de abril de 2016, James Cameron dijo en CinemaCon, en Las Vegas, que Avatar realmente tendrá cuatro secuelas a estrenarse en 2018; 2020; 2022 y 2023… ¿Un desliz mental? ¿Un spoiler? ¿Una última parte divida en dos, como suele ser habitual en las sagas de éxito?
¡Ya nos gustaría tener una de esas colas con filamentos de conexión neuronal propias de los Na’vi para ver en la mente de Cameron qué es lo que realmente se trae entre manos! Porque, si hay algo que se echa de menos ahora mismo, es saber un poco más de qué tratará cada una de las partes restantes.
No sólo tiempo, sino recursos
Las secuelas de Avatar tendrán como espacio físico Nueva Zelanda y rescatarán elementos imprescindibles de la primera entrega que, además, tienden a hacerse más ricos y complejos.
Por ejemplo, el idioma Na’vi, creado a partir de 2005 a petición de James Cameron por Paul Frommer, profesor del USC Marshall School of Business con doctorado en lingüística, tendrá que seguir incorporando palabras y normas para abordar los diálogos de los nuevos guiones. Teniendo en cuenta que este idioma fue creado con la premisa de ser “fácilmente” pronunciado por los actores y radicalmente distinto a cualquier otra lengua existente, el diccionario de na’vi actual supera las 2200 palabras, pero sigue siendo insuficiente. Por fortuna, los fans de Avatar alrededor del mundo han aprendido sus normas básicas etimológicas y gramaticales -disponibles, por cierto, en Wikipedia- y están contribuyendo permanentemente a la creación de nuevos términos, que son enviados a Frommer, su creador, para que los valide y los añada oficialmente.
Aparte de lo complejo que resulta escribir los tres guiones en simultáneo, con tantos guionistas de fuerte personalidad abocados a la misma tarea, la realización de estas películas conlleva un esfuerzo millonario para lograr un rodaje que permita añadir los impactantes efectos visuales propios de Pandora. Por ello, el gasto mínimo de producción asciende a los 412 millones de dólares, que suena a mucho pero realmente es poco, si tenemos en cuenta que la primera entrega costó entre 280 y 310 millones de dólares + 150 millones más destinados íntegramente al marketing.
Sea lo que sea, ¡está todo pagado!, siempre que las secuelas mantengan el éxito de la primera entrega de Avatar, cuya recaudación el día de su estreno en 2009 fue de 27 millones de dólares que en tan sólo dos semanas crecieron hasta alcanzar los mil millones, convirtiéndose en la película que más rápido había alcanzado esta cifra en taquilla. Seis semanas después -y habiendo derrotado a la histórica Titanic, también de Cameron- Avatar se convirtió en la película más taquillera de la historia del cine y la primera en sobrepasar los 2.000 millones de dólares en recaudación, un hito que siete años después nadie ha podido arrebatarle.