Miguel Légor.
La Estación València Nord es uno de los tres iconos del modernismo de principios del siglo veinte en Valencia. Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1983 y el próximo 8 de agosto cumplirá el centenario de su apertura al servicio público, que realizaron sin actos oficiales a causa de la huelga ferroviaria.
Para recordar la efeméride la Cátedra Demetrio Ribes ha organizado una exposición, que se podrá visitar en el Salón Noble del Ateneo Mercantil de Valencia hasta el 15 de junio, con la colaboración de la citada entidad, del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF)), de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, del CEDEX-CEHOPU del Ministerio de Fomento, del Ayuntamiento de València, y de coleccionistas privados, entre ellos la familia Guillot-Ribes.
Fotografías históricas y actuales, planos originales de proyectos, restos arquitectónicos guardados del estanco y otros servicios que hubo en el vestíbulo del edificio y una maqueta donde a escala reducida está reproducido el entramado de la gran cubierta metálica de 196 metros de longitud y 45 de luz, componen una atractiva muestra.
La Estación de Valencia es un compendio de diseño, decoración y proporcionalidad, y, a la vez una exaltación de Valencia a través de la temática y los materiales empleados. Fue la obra más importante del arquitecto valenciano Demetrio Ribes Marco, que trabajó para la compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, La Norte, aunque también proyecto edificios para otros servicios públicos y viviendas, algunas en el Ensanche de Valencia.
Según los organizadores, la exposición es un recorrido por los diversos aspectos relacionados con la estación del Norte, desde el arquitecto que la diseñó en 1906 hasta la vida cotidiana de la terminal ferroviaria, pasando por sus proyectos, su arquitectura y su ornamentación.
Un edificio de gran valía arquitectónica que ha llegado a su centenario gracias al aprecio popular y la tenacidad de importantes entidades y medios de comunicación que consiguieron que no prosperara el peligro de especulación urbanística de los años sesenta y setenta del siglo pasado que tanto perjudicó a pueblos y ciudades de España.