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Un viaje por los iconos del cine español y sus personajes más estridentes
Introducimos las coordenadas y nos vamos a los soleados años setenta, los orígenes del concepto de horterismo español. En ese contexto, Alfredo Landa, además de ser uno de los actores más completos del panorama artístico español, fue capaz de bautizar con su nombre a todo un género cinematográfico. El landismo contiene al menos otro estereotipo: el macho ibérico español, con sus poco más de metro sesenta y su frondosidad capilar, que representaba los anhelos de un país que comenzaba a liberarse tras décadas de represión.
El auge del landismo
Alfredo Landa se convirtió en el ícono del landismo, un género que exploraba la picaresca y el erotismo en la España de la transición. Con películas como Cateto a babor y Vente a Alemania, Pepe, Landa reflejaba la esencia del hombre español de la época: pícaro, machista y con una ingenuidad que rozaba lo cómico. Su legado es innegable y su influencia perdura en el cine y la cultura popular española.
Pajares y Esteso: los reyes del destape
En paralelo al landismo, Andrés Pajares y Fernando Esteso profundizaron en el concepto y sacaron petróleo gracias al corpus cinematográfico de Mariano Ozores. Su Opus Magnum podría ser perfectamente Los bingueros (1979), un icono de la época que reflejaba las inquietudes del cine del destape: después de una dura jornada de trabajo, en vez de regresar a casa con la familia, era más atractivo tomarse unas cañas y jugar a los cartones. Pajares y Esteso capturaron la esencia del español medio con humor y desparpajo, consolidándose como figuras imprescindibles del cine de destape.
Torrente: la evolución del macho ibérico
Convenientemente actualizado, Santiago Segura repasó con la saga Torrente los más oscuros y atávicos impulsos de la sociedad española. España se ha democratizado, sí, pero no tanto, y en la conciencia del país todavía se recuerda el punto de partida. La picaresca patria pervive en Torrente, un personaje que mezcla lo peor del macho ibérico con una dosis de humor negro y crítica social. Desde Torrente, el brazo tonto de la ley (1998) hasta sus secuelas, Segura ha mantenido vivo el espíritu del landismo y lo ha adaptado a los tiempos modernos.
Almodóvar y su redefinición de lo hortera
Kika (1993) fue uno de los primeros desencuentros de Pedro Almodóvar con la crítica, pero también pasó a la historia del cine español por su redefinición de lo hortera. La película, entregada a los excesos del director manchego, contó con una estupenda Verónica Forqué. Almodóvar, conocido por su estilo provocador y colorido, siempre ha desafiado las normas establecidas, y Kika es un claro ejemplo de su capacidad para crear personajes y situaciones que reflejan una España en transformación.
Bigas Luna y el erotismo de pata negra
En los años noventa, Bigas Luna nos regaló Jamón Jamón (1992) y Huevos de Oro (1993), dos nuevos iconos del horterismo español. Estas películas, protagonizadas por un joven y robusto Javier Bardem, están repletas de erotismo y simbolismo. Bigas Luna capturó la esencia de una España en transición, donde los sueños de grandeza y la realidad cruda convivían en un baile constante. Sus películas son monumentos a lo hortera y reflejan perfectamente los monstruos de la próspera España de los noventa.
La nueva generación: de Mentiras y Gordas a A tres metros sobre el cielo
Acabamos el recorrido regresando al presente, con películas como Mentiras y Gordas (2009) y A tres metros sobre el cielo (2010). Los dimes y diretes románticos de la nueva generación de actores españoles, como Mario Casas y Hugo Silva, han encontrado su lugar en la cultura popular. Estas películas, dirigidas a un público juvenil, satisfacen los mismos impulsos que las anteriores, aunque en un contexto de vida más confortable. La apología del macarra meloso y el romanticismo exacerbado han encontrado su nicho en una audiencia que busca entretenimiento y emoción.
Reflexión final
El cine español ha sabido capturar y reflejar los cambios sociales y culturales del país a través de personajes y narrativas que, aunque a veces exagerados y estridentes, ofrecen una mirada honesta y crítica a la realidad. Desde el landismo hasta los ídolos juveniles contemporáneos, el macho ibérico del cine español sigue siendo un reflejo de los tiempos y las transformaciones de la sociedad.
¿Cuál es tu personaje favorito del cine español? ¿Crees que estos personajes reflejan fielmente la realidad de su época o son meras caricaturas? ¡Déjanos tu opinión!