Las patitas de cerdo en salsa son un plato clásico de la cocina casera, lleno de sabor y tradición. Esta receta es especialmente querida por ser una de esas que se transmiten de generación en generación. El proceso lleva tiempo y cariño, pero el resultado es un platillo que te hará chuparte los dedos. Esta receta, basada en la preparación de una madre experimentada, incluye detalles que realzan el sabor, desde el sofrito hasta el acompañamiento de pimientos y cebollas. ¿Estás listo para preparar unas patitas de cerdo que te transporten a las raíces de la cocina hogareña?
Historia del Plato
El consumo de las patas de cerdo se remonta a la época en que se aprovechaba todo del animal, una costumbre arraigada en la cocina rural. En muchas culturas, las patas de cerdo forman parte de platos suculentos que se cocinan a fuego lento para extraer todo su sabor. En España, las “manitas de cerdo” son populares, y las diferentes regiones del país las preparan con salsas o guisos característicos. En Latinoamérica, las “patitas” también se han integrado a las mesas familiares, en recetas con influencias autóctonas y coloniales. Este plato es un recordatorio de cómo la humildad de los ingredientes puede resultar en delicias extraordinarias cuando se cocinan con cuidado y dedicación.
Receta: Patitas de Cerdo en Salsa
Ingredientes
Para las patitas:
- 1 kg de patitas de cerdo, bien limpias
- Agua suficiente para cubrir las patitas
- 1 cebolla
- 2 hojas de laurel
- Sal al gusto
Para la salsa:
- 1 cebolla grande, en rodajas
- 2 pimientos verdes (uno para la salsa y otro para el acompañamiento)
- 1 pimiento rojo
- 2 dientes de ajo
- 200 g de tomate triturado
- 1 cucharadita de pimentón dulce o picante (según tu preferencia)
- 1 pizca de cayena molida (opcional)
- 100 ml de vino blanco o cerveza
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva para freír
- 1 pastilla de caldo (opcional)
Para el acompañamiento:
- 2 pimientos verdes, fritos
- 2 patatas, cortadas en rodajas finas (tipo patatas pobres)
- Aceite de oliva
- Sal
Instrucciones
- Preparación de las patitas:
- Coloca las patitas limpias en una olla grande con agua suficiente para cubrirlas. Llévalas a ebullición para eliminar las impurezas. Cuando empiecen a hervir, retira la espuma que se forma en la superficie. Cocina unos minutos y desecha el agua.
- Lava bien las patitas bajo el grifo y colócalas en la olla a presión. Añade una cebolla, dos hojas de laurel y sal al gusto. Cubre nuevamente con agua y cocina durante 40 minutos desde que empiece a salir vapor.
- Acompañamiento de pimientos:
- Mientras las patitas se cocinan, calienta un poco de aceite en una sartén y fríe los pimientos verdes enteros a fuego bajo hasta que estén blanditos. Resérvalos.
- Preparación de la salsa:
- En una sartén amplia, añade un chorro de aceite y sofríe la cebolla cortada en rodajas junto con un pimiento verde y un pimiento rojo, ambos picados en trozos grandes. Añade los ajos picados y sofríe a fuego medio.
- Una vez que las verduras estén blandas, agrega el tomate triturado. Deja que se cocine a fuego lento unos minutos y añade sal, pimienta, pimentón, y si te gusta el toque picante, una pizca de cayena.
- Vierte el vino blanco o la cerveza en la sartén y deja que se reduzca. Cocina la salsa a fuego lento hasta que espese. Si quieres una textura más fina, puedes triturar la salsa con una batidora.
- Freír las patatas:
- En una sartén con abundante aceite, fríe las patatas en rodajas a fuego lento hasta que estén blandas, no crujientes. Sazónalas con un poco de sal.
- Mezcla de las patitas con la salsa:
- Cuando las patitas estén listas y tiernas, sácalas de la olla a presión y agrégalas a la sartén con la salsa. Deja que se impregnen del sabor cocinándolas unos 10-15 minutos a fuego bajo. Si la salsa está demasiado espesa, puedes añadir un poco del caldo de la cocción de las patitas.
- Montaje del plato:
- Sirve las patitas bañadas en su salsa, acompañadas de los pimientos fritos y las patatas suaves. Puedes añadir un poco más de cebolla sofrita por encima si lo deseas.
Consejos Finales:
- Ajusta el nivel de picante a tu gusto. Si no te gusta el picante, simplemente omite la cayena.
- Si prefieres una textura de salsa más gruesa, no la tritures y deja los trozos de cebolla y pimiento visibles.
- Este plato mejora si lo dejas reposar unas horas antes de servir, ya que los sabores se mezclan mejor.
¡Disfruta de este delicioso plato tradicional, perfecto para una comida familiar llena de sabor y recuerdos!