La esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, se enfrenta a una cita judicial el 18 de noviembre, pero ha decidido que Brasil, las charlas de alto nivel y la diplomacia internacional requieren más su presencia. El juez tendrá que esperar, porque ella ya ha dejado claro que la querella está recibida, revisada y notificada, y no piensa hacer el viaje a los tribunales si el destino la lleva a una cumbre de primer nivel.
De Paiporta al G-20: ¿Por qué estar en casa si puedes estar en la sala plenaria con Lula?
En la vida de los mortales, si te citan a declarar, vas o vas. Pero en la vida de los que llevan una agenda internacional, esas decisiones se complican un poco. ¿Qué pasa si te invitan a uno de los eventos más prestigiosos del mundo, donde puedes codearte con primeros ministros, presidentes y, claro, sus cónyuges? Pues que mandas una notita al juez informando que, lamentablemente, vas a estar “fuera de la oficina”. Así lo ha hecho Begoña Gómez, quien, con toda la educación y cortesía posible, ha puesto al día al juez de su apretada agenda.
El juez Juan Carlos Peinado, que lleva la causa contra Gómez en el Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, recibió hace unos días una carta que de entrada suena como cualquier aviso de “me temo que no voy a poder asistir”. Pero, a medida que uno se adentra en el escrito, nota que esta “ausencia justificada” tiene detrás todo el peso diplomático de una invitación a la cumbre del G-20, que será en Brasil el mismo día de la citación. Así, entre colisiones de agendas y con un toque de ironía internacional, aquí estamos para analizar cómo las prioridades cambian en función de la relevancia del evento.
“A Brasil sí que voy, juez”: la excusa diplomática que causa revuelo
Begoña Gómez tiene una defensa con buenos reflejos. De inmediato, se movilizaron para dejar claro ante el juez que no era una cuestión de falta de respeto, sino de logística y, claro, de importancia diplomática. Con Brasil llamando, las prioridades cambiaron. Y por si había alguna duda sobre la autenticidad de su compromiso con el G-20, la defensa se encargó de adjuntar documentos que confirman que la primera dama de Brasil, Janja Lula da Silva, fue quien extendió la invitación formal para que Gómez asistiera al evento.
Según el comunicado que presentó la defensa, no solo Begoña ha sido invitada a la cumbre, sino que se le ha reservado asiento en la sala plenaria, justo al lado de otras primeras damas y esposos de presidentes, con espacio para reuniones bilaterales y acceso a la famosa sala de cónyuges, donde se intercambian miradas diplomáticas y (seguramente) chismes internacionales de primer nivel. Imagínense la conversación: “¿Y tú por qué estás aquí?” – “Bueno, tenía una cita judicial, pero Brasil me llamó, ya sabes”.
¿Qué hay detrás de la querella? El software, la Complutense y las acusaciones de Hazte Oír
Vamos a entrar en materia: ¿qué es lo que realmente motiva esta comparecencia ante el juez? Resulta que la querella en cuestión, presentada por la organización Hazte Oír, acusa a Gómez de una presunta apropiación indebida de un software de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Y no solo eso: también hay un toque de intrusismo en la acusación. Según Hazte Oír, la esposa del presidente podría haber utilizado indebidamente herramientas y conocimientos que, en teoría, pertenecen a la universidad.
La defensa de Gómez, en un esfuerzo por mostrar transparencia, comunicó que su clienta “ya tiene perfecto conocimiento de la citada querella” y, en una sutil reprimenda al juez, le recordó que “ninguna norma impone que la notificación de la querella sea personal”. Es decir, que no hace falta verla en persona para hacerle saber lo que ya sabe.
En lugar de un viaje al juzgado, la familia presidencial optará por seguir el desarrollo de la investigación a través de sus abogados. Por lo visto, el acceso a los documentos y a la acusación es tan completo que Gómez considera que su derecho de defensa está “salvaguardado”, con o sin aparición en los tribunales.
La política del “yo me ausento” y las alternativas VIP
Es lógico preguntarse si existe algún tipo de “pase diplomático” en este tipo de casos. Al parecer, lo que resulta una obligación ineludible para el ciudadano común puede ser ajustable para aquellos con agendas internacionales. Si un juicio y un viaje de Estado colisionan, como es el caso aquí, es evidente que la decisión se inclina hacia la opción de mayor exposición pública (y, admitámoslo, de mayor glamour). Pero la controversia sobre el respeto al sistema judicial no deja de resonar.
Los críticos argumentan que el sistema no debería permitir estas ausencias por invitaciones diplomáticas. Incluso, algunos han llegado a sugerir que esta podría ser una maniobra para dilatar el proceso judicial, aunque la defensa insiste en que no se trata de eso y que la decisión de Gómez de ir al G-20 no pretende evadir el proceso judicial, sino simplemente cumplir con un compromiso internacional.
¿Aplazamiento o excusa perfecta?
La querella sigue su curso, con o sin la presencia de Gómez en el juzgado el 18 de noviembre. Sin embargo, la situación plantea una incógnita para muchos: ¿debería el sistema judicial ser flexible ante compromisos internacionales de esta magnitud? O, visto de otra manera: ¿es válido ausentarse de una citación si la excusa es un G-20 y un asiento en la sala plenaria de los cónyuges?
Por su parte, Gómez no ha hecho declaraciones directas a la prensa sobre el tema, pero sí ha mostrado gratitud por la invitación y se ha mostrado “entusiasmada” con la oportunidad de abordar “desafíos comunes” y “fomentar el diálogo entre naciones”. Con esta estrategia, Begoña se asegura de que el juez sepa que, aunque físicamente estará en el hemisferio sur, tiene en mente el proceso legal en Madrid.
La defensa de Gómez y su firme (y diplomática) postura
La defensa de Gómez no escatima en esfuerzos para que el juez vea las cosas con claridad y, además, con flexibilidad. Para “facilitar” su trabajo, le informaron que ya está completamente al tanto de la querella presentada por Hazte Oír. Aunque algunos pensarán que este tipo de excusas diplomáticas son el privilegio de unos pocos, lo cierto es que la postura de Gómez es legal, si no ética.
¿Podría haber optado por una videoconferencia? Tal vez. ¿Podría haber enviado un apoderado para representarla? También. Pero, para ser justos, asistir a una cumbre internacional es algo que en ciertos círculos se considera “irrenunciable”.
El futuro del caso y la pregunta que queda en el aire
Para el juez Peinado, la notificación de la defensa de Gómez puede haber sido sorpresiva, pero no inédita. No es la primera vez que una figura pública encuentra una razón de peso para reprogramar un encuentro en los tribunales. Y así, mientras algunos se preparan para acudir a la cumbre en Brasil, otros en Madrid continuarán preguntándose si esta “ausencia diplomática” marca un antes y un después en la historia de las excusas judiciales.
Este caso promete estar lleno de giros y declaraciones tanto legales como diplomáticas. Pero, al final, lo que queda claro es que, para algunos, la vida está llena de elecciones. ¿Y vosotros? ¿Qué preferiríais? ¿Una cumbre en Brasil o una cita en el juzgado?