Llega al Teatro Flumen “En esencia”, el nuevo espectáculo que el showman Ángel Garó ha preparado para celebrar sus 25 años en escena. Del 1 al 5 de mayo los valencianos tendremos oportunidad de ver un paseo total por los personajes creados por Garó al tiempo que, el artista, irá desgranando pasajes de su vida. Un espectáculo ‘desnudo’ como afirma el propio Garó.
Apenas pisó Valencia, Ángel Garó recibió a VLCCiudad para hablar de su espectáculo y su manera de entender el teatro. Una conversación abierta que deja ver el compromiso del artista con su forma de trabajar.
VLCCiudad: En tu trayectoria se comprueba que, más que humor, tu trabajo se basa en dar a conocer la risa amarga del día a día. Tus personajes tienen mucho de tragicómicos.
Ángel Garó: La tragicomedia es la base del teatro y, muchas veces, la amargura hace entender el humor de manera distinta. Desde siempre fue así en el teatro, es algo que viene desde la antigüedad. Fíjate, yo vengo estudiando arte dramático desde los 10 años y he estudiado junto a Cristina Rota, y creo que Cristina me becó porque hubo una comunicación muy rápida, un ver las cosas críticas, que yo hacía en el teatro, que a ella le entusiasmó y luego las pulió, me enseñó a mejorar y después se convirtió en alguien especial, una colaboradora directa magnífica.
El cine ha sido mi gran escuela de observación.
VLCC.: La escuela de Cristina Rota tiene un fondo muy argentino, si bien es muy completa en su formación aplica fórmulas muy propias de la escuela interpretativa de allí.
Á.G.: Por eso tengo tantos fans argentinos. Porque en la cuerda mía están artistas como Antonio Gasalla, sobre todo. Es un modelo de trabajo que me entusiasma, si tú ves a Maruja Jarrón diciendo (y juega con voz y gestos haciendo el personaje), ‘cuidado con el escalón…’; pero, claro, Gasalla utilizaba mucho el disfraz, es una escuela que me encanta y siempre he intentado aprender de todo eso. Todo el aprendizaje mío viene del cine, ha sido el cine mi gran escuela de observación…
En realidad todos mis personajes son unos desgraciados (…) Todo mi trabajo está vinculado al tema trágico de los personajes…
VLCC.: Pues, uno de los grandes papeles de Gasalla en el cine es el film ‘Esperando la carroza’…
Á.G.: ¡Es una maravilla de película! Es una gran tragicomedia y es una película que tengo fija en mi ordenador. En uno de los últimos trabajo que hice en teatro, la obra ‘Como te mueras te mato’, de Rafael Pence, en el que interpretaba a una mujer y estaba caracterizado, mostraba esa parte tragicómica, amarga y divertida. Digamos que ese modelo de Gasalla, es mi modo de hacer los personajes. En realidad todos mis personajes son unos desgraciados. Juan de la Cosa, hablando de un personaje popular, es un gay reprimido que no se acuerda de las adivinanzas; Pepe Itárburi es un desgraciado machote que intenta contar los chistes y no se acuerda; Maruja Jarrón es una reivindicadora de la tercera edad cuando en realidad lleva a su madre a cuatro patas y se refugia en ella; el japonés Chikito Nakatone, que canta sevillanas, es trágico. Como ves, todo mi trabajo está vinculado al tema trágico de los personajes desde una perspectiva cómica, una visión, conectando con el trabajo de Gasalla, a esa risa amarga que tiene la vida, el día a día. Mis personajes tienen el humor y la amargura que podemos encontrar en muchas personas.
VLCC.: Volvemos un poco al estilo interpretativo de la escuela argentina, técnicas como la escuela del silencio, el psicodrama, la tensión dramática del humor…
Á.G.: Es que en Argentina hay una cultura mucho más refinada, más cultivada del teatro. Hay escuelas y talleres de todo tipo. En España lo que gusta, y esto lo digo entre comillas, es lo grotesco. Yo siempre he huido de lo grotesco, de lo burdo. A mí, cuando han querido halagarme, me han dicho ‘nada más que verte me descojono’ y…, fíjate que yo mido 1’84, he hecho mucha moda, he hecho mucha pasarela, en París, con Inés Sastre y Jacqueline de la Vega y, ¡me decían eso como un halago!, ‘nada más verte me descojono! O…, ¡hay que ver los chistes que bien los cuentas! Y…, yo nunca he contado un chiste… En España hay una traducción sistemática de las cosas. Este es el feo, este es el cómico, este es el guapo, este el modelo, este el marica…
Yo siempre he sido autor por desgracia porque yo, en realidad, soy un intérprete.
VLCC.: Pero tú no eres un humorista al uso, no eres un contador de chistes. Tú construyes personajes, articulas un espectáculo a partir de distintos personajes, ¿no?
Á.G.: Claro, claro. Yo soy un actor que tuvo que buscarse la vida, como autor y como actor, en Madrid, y en aquel momento con muy poco dinero, y me tuve que escribir mis guiones. Yo fui a Madrid para seguir estudiando arte dramático pero, claro, lo que no podían suponer era que iba tener ese éxito y esa repercusión pero… Bueno, yo me escribo mis guiones. Yo siempre he sido autor por desgracia porque yo, en realidad, soy un intérprete. A mí me hubiera encantado y para mí hubiera sido menos difícil dedicarme, solamente, a la interpretación y olvidarme de la parte creadora, que por otra parte es muy gratificante, pero es que yo soy actor. Esa parte de autor, de guionista, eso ha venido como consecuencia de una necesidad. Si no me ofrecen papeles, yo los escribo y así fueron los primeros duros que yo gané en Madrid.
VLCC.: El espectáculo “En esencia, Ángel Garó”, además de un repaso a tu trayectoria profesional, ¿es también un autohomenaje?
Á.G.: Sí, sí y no. No y sí. Mira, modestia aparte, te diré que por fin voy a divertirme en el escenario y divertirme con el público. Voy a poner toda mi trayectoria artística sobre escena y a reírme de mí y quiero que el público participe de esa risa y sea capaz de reírse de ese mundo tragicómico que presento. Yo he actuado con mi madre a punto de morir de cáncer, he actuado con mi pareja sentimental al borde de la muerte, he actuado con grandes disgustos, como todos tenemos y…, ya es hora de que yo me divierta. Es un autohomenaje, en el sentido de que quiero divertirme contando mi vida, porque la gente me hace preguntas tan estúpidas a veces que, para que no me pregunten más, al menos la gente que viene al teatro, sepan de dónde viene todo, cuál es el comienzo y el fin y qué es lo que pretendo. Quiero hacerlo, de alguna manera, como hablando con el público y que exista una interrelación.
Modestia aparte, te diré que por fin voy a divertirme en el escenario y divertirme con el público.
VLCC.: Supongo que detrás de toda esta propuesta, detrás del humor y de la risa debe haber una reflexión sobre esos personajes.
Á.G.: ¡Por supuesto! Los personajes son un edificio que hay que construir. En este caso, todos mis personajes han estado, creo, muy construidos. Los mejores halagos que me pueden decir, ¿sabes cuáles son? ‘qué bien estabas cuando ibas vestido de chino’ y…, no estaba vestido de chino. O…, ‘cuando tú ibas de vieja’ y…, y jamás he ido de vieja. Una cosa que aplaudió Cristina Rota, y era algo que yo hacía por inercia, era construir el personaje sin nada. Me preguntan, ‘¿por qué vas siempre de negro?’ Porque es el más difícil todavía, y es que para que usted vea la ropa de un señor, de un chino, de una vieja, de un niño… ¡Desde el neutro! ¡Dios mío, es el traje del mimo! Yo lo hago con un poquito de cultura fashion, como dirían aquí, porque en Valencia fue donde se creó, de alguna forma, gracias a personas como Josep Lozano, como el gran fotógrafo Sailich, como Tono Sanmartín o Francis Montesinos, ellos hicieron como de Pigmaleon de Ángel Garó que todo el mundo conoce. Yo tengo un gran respeto por los creadores. Siempre he intentado adobar, muy subliminalmente, ese respeto desde mi espectáculo. Si se enteran diez, que se enteren diez. No hace falta que se enteren 3 millones.
Y también ha sido una intención mía por salirme del rol de cómico al uso, gordo, calvo, feo, grotesco.
VLCC.: Eso significa poner al día tus personajes.
Á.G.: ¡Claro!, es que habría sido muy fácil explotar esos personajes hasta la saciedad y yo no lo hice. La única virtud que ha tenido mi carrera profesional, y tengo miles de defectos, es la de haber sido consecuente. Yo no quiero llegar a los 80 años, y esto es muy español, y me rindan un homenaje en una silla de ruedas. Las cosas, ni tanto ni tan calvo. Solo pido la medida justa pero también me he dado cuenta de una cosa: ¡eso no le ha pasado a nadie!
VLCC.: ¿En este espectáculo te veremos más desnudo que nunca?
Á.G.: Sí, el Ángel Garó más desnudo. Lo que más me gustaría es que el público se enamoré de lo que ve, que vean los personajes y lo vean en directo con su verdad y con su miseria. Eso es lo que presentó en esencia.
VLCC.: ¿Y cómo es que has elegido Valencia para el estreno de la obra?
Á.G.: Cuando me dijeron que qué me parecía venir a Valencia con el estreno dije, ¡fantástico! Me pareció estupendo. Toda la vinculación afectiva que tengo en Valencia, cuando yo no era el Ángel Garó famoso, cuando nadie me conocía, me hizo sentir alegría cuando me dijeron que estrenara en Valencia.
¿Para el talento hay que pagar IVA?
VLCC.: ¿Y con el IVA al 21% en la cultura? ¿Hay salida en las disciplinas artísticas?
Á.G.: ¿Para el talento hay que pagar IVA? Con un IVA al 21%… Esto es horroroso porque vamos a terminar todos jugando al fútbol a ver si nos hacemos ricos.
VLCC.: Ángel, muchas gracias atender nuestro medio y mucho éxito con tu nuevo espectáculo.
Á.G.: Gracias a vosotros por difundir nuestro trabajo.
VLC Ciudad/Jimmy Entraigües