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Black Friday 2025: desconfianza máxima, gasto récord
Crece la intención de compra aunque suben las sospechas
A las puertas del Black Friday, los consumidores en España vuelven a mirar las ofertas con recelo, pero también con la cartera preparada. Según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 78 por ciento de los consultados tiene previsto aprovechar la campaña para comprar algún producto, dos puntos más que el año pasado.
La paradoja está en que esa mayor predisposición a gastar convive con una fuerte desconfianza. Siete de cada diez encuestados creen que muchas tiendas suben los precios en las semanas previas para después presentar como rebaja lo que en realidad es el precio habitual. Además, el 44 por ciento considera que la mayoría de los importes durante el Black Friday son iguales o incluso superiores a los del resto del año.
Pese a todo, la campaña sigue consolidada: en 2024, el 76 por ciento decía que pensaba comprar y finalmente lo hizo el 72 por ciento. Este año, todo apunta a que la tradición se repetirá, con más gasto medio por persona.
Más presupuesto que en 2024 y hombres al frente del gasto
La OCU calcula que el presupuesto medio para este Black Friday se sitúa en 219 euros, por encima de los 201 euros que los consumidores preveían en 2024. El 17 por ciento afirma que gastará 500 euros o más, mientras que otro 19 por ciento asegura que no superará los 100 euros.
Por perfiles, los hombres son quienes tiran al alza de la media: su gasto previsto ronda los 326 euros, claramente por encima del conjunto de la población. En cuanto a la edad, destacan los jóvenes de entre 18 y 34 años, de los que el 85 por ciento asegura que comprará durante la campaña, frente al 70 por ciento de los mayores de 55 años.
Qué se compra: moda, tecnología y pequeños electrodomésticos
Las categorías más buscadas vuelven a ser las mismas que en ejercicios anteriores. La OCU sitúa en primer lugar las compras de ropa, calzado y complementos, un segmento que en los últimos meses ha sufrido subidas de precios y que muchos consumidores prefieren adquirir cuando esperan encontrar alguna rebaja.
En segundo plano se colocan los productos de electrónica e informática, como ordenadores, teléfonos móviles, consolas, televisores o relojes inteligentes. A ellos se suman los pequeños electrodomésticos, especialmente los vinculados a la cocina, como robots de cocina, freidoras de aire o cafeteras, habituales en las listas de deseos del Black Friday.
Domina la compra online y se dispara la impulsividad
La campaña confirma el peso del comercio electrónico. Seis de cada diez participantes en la encuesta señalan que comprarán solo o principalmente online. El 28 por ciento lo hará exclusivamente por Internet, el 31 por ciento priorizará la red sobre la tienda física y un 22 por ciento combinará ambos canales por igual.
La OCU detecta también un fuerte componente impulsivo. Un 42 por ciento de quienes compraron el año pasado admite que adquirió productos que no necesitaba o que terminó gastando más de lo previsto. Además, un pequeño porcentaje, en torno al 2 por ciento, reconoce haber tenido algún problema durante el proceso de compra, como retrasos, incidencias con devoluciones o dificultades para ejercer sus derechos.
Descuentos bajo la lupa y consejos de la OCU
Consciente del nivel de desconfianza, la OCU recuerda que monitoriza precios semanas antes del Black Friday para comprobar si realmente se aplican rebajas o si se han producido subidas previas. La organización insiste en que no todos los descuentos son reales y recomienda comparar importes, revisar el histórico de precios y desconfiar de las rebajas exageradas.
Aun así, el Black Friday mantiene su tirón: el 65 por ciento de los consumidores considera que, con cautela, merece la pena comprar durante la campaña. Más de la mitad, el 55 por ciento, aprovecha estas fechas para adelantar regalos de Navidad, mientras que otros usuarios esperan simplemente el momento para comprar productos que ya tenían fichados, tanto en tiendas físicas como en plataformas online.
La clave, recuerdan las asociaciones de consumidores, pasa por planificar las compras, fijar un presupuesto realista y no dejarse llevar por la presión de las ofertas temporales, para evitar que el Black Friday termine convirtiéndose en un foco de endeudamiento o arrepentimiento.
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