La junta extraordinaria de accionistas de Banco de Valencia, la última como entidad independiente, ha aprobado hoy la fusión por absorción con CaixaBank, entre quejas de los accionistas minoritarios por el tipo de canje de las acciones que conlleva la integración del banco.
La ratificación de la fusión (con el 99,97 % del capital a favor y el 0,02 % en contra) es uno de los últimos pasos de la operación, que concluirá en la segunda mitad de julio, según ha concretado el presidente del banco, Marcelino Armenter.
CaixaBank posee el 98,9 % del capital social de Banco de Valencia, mientras que los minoritarios -que han abandonado la sala en su mayoría antes de la votación de los puntos del orden del día- representan el 1,1 %, de ahí que hayan acusado al Consejo de Administración de ser “los hombres de negro” por la imposibilidad de tener en cuenta ninguna propuesta de los accionistas valencianos.
Armenter ha anunciado que se respetará la denominación Banco de Valencia en las oficinas de la entidad en Valencia y Castellón, el territorio natural del banco, compartida con el logotipo del grupo catalán, mientras que en las sucursales de la provincia de Alicante la marca será CaixaBank.
Una vez completada la fusión, la dirección territorial de Levante (Comunitat Valenciana y Murcia), dirigida por Bibiano Martínez, se trasladará de su actual ubicación en la plaza del Ayuntamiento a la sede histórica del banco, en la calle Pintor Sorolla, para “dar continuidad al emblemático edificio”.
Al inicio de la junta, celebrada en el Museo de las Ciencias, Armenter ha sido abucheado e interrumpido por los accionistas minoritarios, que han proferido gritos de “fuera” cuando ha explicado el tipo de canje de una acción de CaixaBank por cada 479 del banco.
Según ha indicado en las respuestas a los intervinientes, ese canje se justifica en “la desproporción” del elevado número de acciones existentes de Banco de Valencia y su patrimonio, frente a las de CaixaBank y sus activos.
De acuerdo con el método de valoración seguido para el canje en la entidad valenciana, ésta tiene un valor de 2.542 millones de euros, es decir, poco más de medio céntimo (0,00553 euros por acción).
Sin embargo, según consta en la documentación de la fusión, la cotización del banco está situada inamoviblemente en un céntimo de euro desde el pasado marzo, dada la escasa negociación de los títulos (gran desequilibrio entre órdenes de venta y de compra) y la limitación técnico-bursátil de cotizar por debajo de un céntimo.
Esta valoración ha sido duramente criticada por los accionistas minoritarios, que han calificado de “robo” el canje -que es obligatorio y automático- de una acción de CaixaBank por 479 del banco valenciano.
CaixaBank prevé atender este canje con acciones mantenidas en autocartera, por lo que no tendrá que recurrir en ninguna ampliación de capital.
VLCCiudad/Redacción