El Péndulo | Jimmy Entraigües.- Carlos Aguilar es uno de los historiadores de cine más interesantes y notables del panorama español. Basta decir que la irrupción en el mercado editorial de su ‘Guía del Video-Cine’ (Ediciones Cátedra), allá por el año 1986, supuso un verdadero boom dentro y fuera del sector cinéfilo ya que reunía, en sus páginas, la más amplia selección de títulos cinematográficos que había pasado por la gran pantalla y el segmento videográfico.
Junto a ello, aquella voluminosa guía, contenía de forma básica (pero esencial) los datos técnicos y artísticos de cada filme junto a un breve comentario, de valoración muy subjetiva, que provocó, entre los lectores y especialistas, comentarios a favor y en contra.
Aun así, aquella guía comenzó a extender su presencia en miles de hogares que buscaban en sus páginas una información básica y al mismo tiempo ‘orientativa’ ante el filme que iban a ver en la televisión o en una cinta de video.
Año tras año, tras nuevas reediciones y actualizaciones, la guía pasó a convertirse, en 2004, en el gran libro que hoy conocemos y llega a nuestras manos: ‘Guía del Cine’ (Cátedra, 2014).
En septiembre de 2014 la obra de Aguilar conoce una quinta edición, ampliada, revisada y mejorada, bajo el mismo título pero con un aliciente, la facilidad de acceso a directores y títulos con un ordenamiento envidiable.
Si la ‘Guía del Cine’ supuso (y supone) uno de los grandes trabajos de Aguilar, su libro ‘Cine y Jazz’ representa otro de sus grandes títulos ya que en su interior reúne todas las entradas descriptivas sobre la interrelación en esa hermosa corriente musical y el séptimo arte. ‘Cine y Jazz’ es una obra maravillosa, tan rigurosa y seria que representa una pieza única en su propuesta.
Pero además de este trabajo compilatorio, Aguilar es un fecundo ensayista y analista cinematográfico que tiene en su haber títulos como ‘Clint Eastwood’, ‘Jesús Franco’ o ‘Sergio Leone’ donde repasa la historia y la evolución artística de cada uno de estos directores con una gran diversidad de nuevos datos (y hallazgos) como pocas obras de su género.
A esto debemos sumarle su pasión por la escritura que le ha llevado a escribir varias novelas entre las que destacan ‘Nueve colores sangra la luna’, ‘Coproducción’ y ‘Un hombre, cinco balas’ (esta última todo un homenaje al western utilizando fotogramas de películas como nunca se había realizado en nuestro país).
Hablar con Carlos Aguilar siempre es un verdadero placer y…, teniendo en cuenta que su ‘Guía del Cine’ vuelve a situarse como obra referencial y que vuelve a ocupar un lugar destacado en los anaqueles de las librerías aprovechamos desde El Péndulo de Valencia Noticias para hablar con él sobre la ‘remodelada’ edición y su contendido.
El Péndulo: Tu guía de cine se ha convertido en toda una referencia para los aficionados y los expertos (inclusive), ¿tuviste en cuenta las guías de Leonard Maltin o la Leslie Halliwellal hora de comenzar la elaboración de tu obra?
Carlos Aguilar: Por supuesto. Sin embargo, cambié algo muy importante que no me gustaba de ellas, como es la escasísima representación de todo cine que no sea americano e inglés. De ahí que decidiera incluir la totalidad del cine español, así como mucho cine latinoamericano, asiático, europeo… También mudo, que esos libros tampoco contemplaban demasiado. En consecuencia, puede afirmarse que mi ‘Guía del Cine’ supone el diccionario de películas más extenso y variado que existe, con películas de toda índole y nacionalidad, cubriendo por añadidura más de cien años de producción.
E.P.: Recuerdo hace años que me comentabas tu enojo cuando veías en las reseñas televisivas de los periódicos, o de alguna revista, textos idénticos a los comentarios que habías realizado en tu guía, ¿sigues mostrando enfado cuanto esto ocurre o ya das por perdida la batalla?
C.A.: Más bien lo segundo, subjetivamente. Aunque, objetivamente, sigue pareciéndome irritante e intolerable que exista gente que cubra su trabajo copiando el de los demás.
E.P.: Si bien tu opinión respecto a algunas películas o cineastas es muy personal, ¿has endurecido tu opinión sobre algunos realizadores y sus obras?
C.A.: En efecto, pero también he suavizado la referente a otros. Si uno tiene espíritu crítico y autocrítico, flexibiliza o matiza muchos de sus juicios con el paso del tiempo, pero siempre dentro de una lógica, por supuesto. Una cosa es la reflexión, que es una virtud, y otra la incoherencia, que es un defecto.
E.P.: ¿Podríamos decir que esta nueva versión es una obra nueva respecto a las anteriores ediciones en todos los aspectos?
Absolutamente. Cada edición mejora tanto a las anteriores, en todos los sentidos, que cabe hablar de un libro nuevo que, meramente, ha utilizado los previos como base.
E.P.: La portada de la nueva guía es impactante: Kinski en ‘Aguirre, la cólera de Dios’. ¿Fue una elección tuya la foto de portada?
C.A.: Absolutamente. Esta foto siempre me ha parecido una de las obras maestras de la foto-fija de cine, tiene una fuerza excepcional. Por tanto se la propuse al editor. Y él aceptó de inmediato, compartía mi entusiasmo. Además, prolonga en cierto modo las portadas anteriores, al proceder de un clásico del cine moderno europeo: ‘Cinema paradiso’ era italiana,’Amelie’ francesa… y ‘Aguirre, la cólera de Dios’ alemana.
E.P.: A través de tu guía el lector puede detectar tus filias y fobias cinéfilas, ¿este hecho genera complicidad con los aficionados o puede generar distancia?
C.A.: De todo un poco, pero pienso que con el común denominador del respeto. También ha despertado mucha envidia, claro, que es el mayor mal que he sufrido desde que empecé a destacar, hasta el punto de hacerme perder amigos. Pero la Cultura y el Espectáculo son sectores peculiares, y si perteneces a ellos, tienes que saber afrontar estas particularidades.
E.P.: Respecto a las ediciones de las anteriores guías se aprecia que algunos textos fueron retocados para la nueva o conservar su fuerza de antaño, ¿el tiempo hace que evaluamos desde una nueva perspectiva?
C.A.: Por descontado. Como comentábamos antes, el paso del tiempo obliga a replantearse todo de continuo a cualquier persona con un mínimo de lucidez. No hay nada más patético que alguien que nunca flexibiliza ni sus filias ni sus fobias.
E.P.: Carlos, mil gracias por atendernos y felicidades por tan magnífico y estupendo trabajo.
C.A.: Gracias a vosotros, y que sigamos asistiendo a la bella inquietud por la cultura escrita.