Condenan a una mujer a 21 años y medio de prisión por agredir sexualmente a una de sus hijas y por maltratar a sus otros dos hijos menores. Además, su esposo también fue condenado a seis meses de prisión y multas por malos tratos habituales en el ámbito familiar, exhibicionismo y exhibición de material pornográfico a los menores. La Sala impuso a los progenitores la obligación de indemnizar conjuntamente a cada una de las víctimas con 20.000 euros y, adicionalmente, la mujer debe pagar 60.000 euros a su hija mayor por los daños y las secuelas que sufrió. Los hechos ocurrieron entre 1999 y 2008, cuando los progenitores incumplieron gravemente sus deberes de patria potestad y cometieron negligencias, malos tratos físicos y psicológicos, y consumieron drogas delante de sus hijos. La sentencia puede ser recurrida en apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
La Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a una mujer a 21 años y medio de prisión por delitos continuados de agresión sexual, exhibicionismo y exhibición de material pornográfico a menores, lesiones de grave enfermedad psíquica y maltratos habituales en el ámbito familiar cometidos sobre tres de sus hijos, menores de edad. El padre de las víctimas también ha sido condenado a seis meses de prisión y multas por delitos de maltrato habitual, exhibicionismo y exhibición de material pornográfico a los menores.
Ambos progenitores no podrán acercarse a menos de 200 metros ni comunicarse con los perjudicados y deberán indemnizar conjuntamente con 20.000 euros a cada uno de ellos. Además, la mujer condenada tendrá que indemnizar con 60.000 euros a su hija mayor por los daños y secuelas que sufrió a consecuencia de los hechos.
Los acusados tuvieron cinco hijos entre los años 1999 y 2008. Según el relato de hechos probados recogido en la resolución judicial, desde el nacimiento ninguno de los progenitores afrontó el menor cuidado de los niños e incumplieron de forma grave y reiterada los deberes de la patria potestad. Así, los indicadores de riesgo apreciados en los menores respondían a alimentación inadecuada, delgadez, ropa no apropiada o en mal estado, retraso en el desarrollo, absentismo escolar o dificultades en las relaciones.
De las cinco víctimas, las tres más mayores, dos niñas y un niño, se vieron afectados en mayor medida por estas negligencias debido al tiempo que pasaron con sus padres, frente a las otras dos hermanas, que tenían 2 y 4 años cuando se les declaró en situación de desamparo y su tutela fue asumida por la Administración.
Las conductas se vieron agravadas por las vejaciones reiteradas de la madre hacia sus hijos, a los que infligía malos tratos físicos y psicológicos sin que el padre, que pasaba periodos de tiempo en prisión, les defendiera o intentara evitarlo. Los tres niños eran agredidos físicamente por la madre, que les golpeaba con palos, cinturones o hierros, les tiraba del pelo y les arrastraba por el suelo. Incluso llegó a poner una cuchara hirviendo en la zona genital del niño varón en una ocasión.
Ambos progenitores consumían cocaína y heroína a diario delante de los pequeños, quienes además se ocupaban de suministrar a terceros la droga o ir en busca de ella. Según la sentencia, incluso llegaron a consumir estos estupefacientes.
La pareja también mantenía relaciones sexuales delante de los menores y era frecuente que visionaran con ellos películas de contenido pornográfico, por lo que el chico comenzó a desarrollar conductas sexuales inapropiadas para su edad.
Cuando el procesado ingresó en prisión, entre 2004 y 2007, la hija mayor, que en ese momento tendría 6 ó 7 años, fue objeto de abusos y agresiones sexuales por parte de un familiar
La sentencia, que se hizo pública el pasado 20 de marzo de 2023, ha causado una gran conmoción en la sociedad española. La condena impuesta a la madre de las víctimas, de 46 años de edad, es una de las más duras en casos de maltrato y abuso sexual a menores registrados en los últimos años en España.
Los hechos probados en el juicio muestran una realidad terrible: una madre que maltrataba física y psicológicamente a sus hijos, que consumía drogas delante de ellos y que les sometía a abusos sexuales y exhibicionismo. El padre, por su parte, también cometió delitos de maltrato y exhibición de material pornográfico.
Los daños causados a las tres víctimas son incalculables. La hija mayor, que sufrió abusos y agresiones sexuales por parte de un familiar y de una de las parejas de su madre, ha sufrido graves secuelas psicológicas que han afectado a su salud mental y a su desarrollo personal.
La sentencia de la Audiencia Provincial de Castellón es un claro ejemplo de la importancia de proteger a los menores y de castigar con dureza a quienes cometen delitos contra ellos. La sociedad española debe tomar conciencia de que el maltrato y el abuso sexual a menores no pueden ser tolerados en ningún caso y que es necesario adoptar medidas efectivas para prevenirlos y combatirlos.
Es importante destacar que la sentencia puede ser recurrida en apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Esperamos que la justicia siga su curso y que las víctimas encuentren el apoyo y la ayuda necesaria para superar esta terrible experiencia.