El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, defendió anoche ante cientos de jóvenes en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, que “la dignidad del ser humano y su valor está en ser, precisamente, imagen de Dios”, y aseguró que, por ello, “el ser humano no es alguien que pueda utilizar a mi gusto, según mis caprichos”.
En la vigilia de oración que convoca cada primer viernes de mes por la noche en la Basílica, monseñor Osoro, aseguró que la dignidad del hombre “sigue siendo pisoteada y no respetada” porque “el gran drama de nuestro mundo es que se olvida a Dios y se aparca la presencia de Jesucristo” y advirtió que “el ser humano, si desconoce lo que es, si no tiene el comportamiento y la manera de vivir del Señor, en vez de regalar reconciliación, entregará enfrentamiento, distancias y rupturas”.
También el titular de la archidiócesis de Valencia la “centralidad del ser humano con todas las consecuencias” y afirmó que “todas las construcciones que hagamos, políticas, sociales, económicas… , o ponen en el centro al hombre o no son cristianas y no tienen nada que ver con nosotros”.
Tras recordar a los jóvenes cómo el beato Juan Pablo II, “al que muy pronto veremos ya canonizado, quiso hacernos ver de forma maravillosa a todos que el centro de la historia es el ser humano, mostrado por Jesucristo”, monseñor Osoro destacó que “por eso, también, el papa Francisco nos dice que vayamos a todas las periferias, a los lugares donde Cristo no es conocido, para mostrar su rostro y situar en el centro al ser humano con la dignidad que tiene por ser imagen de Dios”.
Proyecto ‘Misión Nueva Ciudad’
De igual modo, al término de su catequesis, monseñor Osoro alentó a los jóvenes a participar en la ‘Misión Nueva Ciudad’, que impulsa el prelado para el próximo mes de julio en la archidiócesis. Se trata de “salir siete días en julio a las calles, sin llevar nada sino sólo mostrando el rostro de Cristo, estando con los que están solos, yendo a ver a los enfermos, o anunciando directamente al Señor”, aseguró.
La misión arrancará cada día con “una hora de oración por la mañana y acabaremos cada día con una eucaristía por la noche juntos”, porque que “no podemos construir la nueva ciudad con nuestras fuerzas, sino mostrando la imagen de Dios que somos cada uno de nosotros, y que, además, Jesucristo ha injertado con su vida en nosotros”.
VLC Noticias / Redacción. Fotos: J.Peiró /AVAN