La Hermandad de la Concordia del Grao de Valencia tuvo su día grande y con magno cortejo procesional. La celebración del Miércoles Santo en la feligresía de la iglesia de San Mauro pasara a la retina de los cofrades de la Concordia y vecinos del barrio porque por sus calles caminaron el Medinaceli, el Paso de la Segunda Caída, el Cristo de la Buena Muerte para acompañar al crucificado esculpido en los años 40 del pasado siglo que reemplazó a otro similar.
Y no era para menos porque todo consistía en acompañar a quien celebraba el 25 aniversario de su refundación, o más bien culminaba.
Todo empezó a la hora prevista después de la misa en la iglesia con la presencia del concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Valencia, Francisco Lledó.
La comitiva encaró la calle Noguera, Rodrigo de Pertegás, Siete Aguas, Islas Canarias, Samuel Ros y finalmente a la parroquia formados por orden de
pasión y con la salida antes de tiempo, y visto bueno de la entidad organizadora, de los del Medinaceli por tener que realizar cortejo nocturno a la medianoche y tener que realizar los preparativos.
Y como espectadores de lujo tuvo el crucificado a los altos dirigentes socialistas de la Comunidad, del PSPV-PSOE: Su secretario general, Ximo Puig, y el de Valencia Ciudad, Joan Calabuig, que acudió acompañado por su séquito de ediles del consistorio local. Ellos iban junto a la presidenta de la junta mayor, Begoña Sorolla,y otros directivos en su visita anual.
La procesión transcurrió con el sonar de las marchas procesionales y rasgó la noche la voz de un saetero que le lanzó frases a una imagen que ve en la parroquia pero sólo sale en noviembre y ahora en Semana Santa. Y esas marchas salieron de bandas como la de cornetas y tambores de la Hermandad de la Crucifixión.
La organización resultó correcta y la comitiva una buena respuesta de público. La ligera llovina que cayó durante unos minutos no pudo vencer la devoción ni las ganas de Semana Santa de ésta zona del Grao de Valencia.
VLC Ciudad/Redacción