El marketing farmacéutico influye en la práctica de los futuros médicos
Los estudiantes de Medicina suelen recibir cursos de formación de la industria farmacéutica. Una investigación de la Universidad de Zaragoza muestra que al menos tres de cada cuatro alumnos se han beneficiado de un regalo de estas compañías, y piensan que sus charlas están frecuentemente sesgadas en favor de sus intereses.
Las actividades promocionales de la industria farmacéutica en las facultades de Medicina son frecuentes mediante actividades de formación. Algunos investigadores ya han descrito con anterioridad que esta relación entre estudiantes e industria puede determinar las pautas de prescripción médicas.
Ahora, un estudio llevado a cabo con alumnos de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza analiza cómo afecta la exposición de los estudiantes al marketing farmacéutico. Los estudiantes y profesionales cuya relación con la industria es más estrecha “tienden a valorar positivamente sus productos y los prescriben más, sin que exista evidencia científica que lo justifique”, explica a Sinc Sara Calderón, investigadora del Centro de Salud Universitario Cartuja, en Granada. Junto con María José Rabanaque Hernández, de la Universidad de Zaragoza, es una de las autoras del artículo, publicado en la revista Atención Primaria.
Tres de cada cuatro alumnos piensan que las charlas están sesgadas a favor de la compañía
La investigación se llevó a cabo con un total de 396 encuestas realizadas a alumnos de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Según el estudio, el 78,6% de los participantes había recibido un regalo no relacionado con la formación –muestras de medicamentos, libros, viajes o comidas–, sobre todo los asistentes a los últimos cursos, durante la etapa clínica. “Los estudiantes reconocen que esto puede provocar sesgos en su actividad profesional” señalan las autoras.
La formación es la actividad más frecuente de la industria farmacéutica en las facultades de Medicina, y también la más aceptada. Según el trabajo de Calderón, tres de cada cuatro alumnos piensan que las charlas suelen estar sesgadas a favor de los productos de la compañía, aunque más del 60% las consideran útiles. Un 22% estaría de acuerdo con prohibir los encuentros entre representantes farmacéuticos y estudiantes. “En este terreno son frecuentes las actitudes no definidas e incluso contradictorias”, apunta Calderón.
A mí no me afecta, a los demás sí
Como ejemplo de esta ambigüedad, un 39,8% de los estudiantes considera peligrosa la promoción farmacéutica para sus compañeros, pero solo un 30,4% cree que pueda afectarle a sí mismo. Se extrae del artículo que los estudiantes que han asistido alguna vez a una charla financiada por un laboratorio o han recibido una muestra valoran mejor su utilidad.
“El regalo tiende a crear un sentimiento de reciprocidad independiente de su cuantía, pero los profesionales suelen verse a sí mismos como inmunes a tales efectos”, dicen las investigadoras.
Sin embargo, las actitudes ante las invitaciones y regalos varían según su naturaleza y contenido. Mientras que los encuestados se muestran críticos ante el pago de vacaciones, regalos caros o comidas, se aceptan con facilidad libros, inscripciones y viajes a congresos.
El trabajo muestra una menor conformidad por parte de las mujeres hacia las estrategias de la industria
Esta influencia parece traspasar la frontera de la formación. “Estos comportamientos parecen reproducirse entre médicos residentes, lo que se puede atribuir, en parte, a carencias formativas tanto en pregrado como a lo largo de la formación MIR” apunta Calderón.
Los familiares de médicos, más influenciados
El 24,9% de los encuestados tiene parientes que ejercen la medicina. Estos estudiantes, según la investigación, reciben más obsequios y muestran una percepción más positiva de las charlas financiadas por la industria. Son menos los que reconocen la posible influencia de las promociones en su futura prescripción y la de sus compañeros.
Por otro lado, en cuestión de sexos, el trabajo muestra una menor conformidad por parte de las mujeres hacia las estrategias de la industria, 14% frente al 23,4% de los hombres.
Más conciencia en las aulas
Para evitar las posibles influencias negativas, para Calderón sería necesario el refuerzo de asignaturas “que fomenten la reflexión y la medicina basada en la evidencia, el uso racional del medicamento o lectura crítica de la literatura”.
También hay estudiantes que, por su parte, crean iniciativas para luchar contra lo que entienden como un atentado contra la ética médica. Como ejemplo, las investigadoras nombran al colectivo Farmacríticxs, formado por alumnos de sexto curso, cuyo objetivo es promover una relación ética y transparente con la industria farmacéutica.
“Precisamente por su condición de estudiantes, las actividades y los contenidos formativos deberían ser siempre accesibles y rigurosos” concluye la investigadora.
Referencia bibliográfica:
Calderón Larrañaga, Sara y Rabanaque Hernández, María José: “Estudiantes de medicina y marketing farmacéutico”. Atención Primaria.