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La noche anterior al descubrimiento de América, Cristóbal Colón y su tripulación observaron extrañas luces en el horizonte. Desde entonces, han surgido teorías sobre su origen, desde bioluminiscencia hasta presencias paranormales.
El 11 de octubre de 1492, pocas horas antes de que Cristóbal Colón y su tripulación alcanzaran la isla de Guanahani (hoy identificada como San Salvador en las Bahamas), se produjo un evento singular que ha desconcertado a historiadores y científicos durante siglos. La extraña visión de luces parpadeantes fue reportada en el diario de a bordo de Colón y más tarde en los escritos de su hijo, Hernando Colón. Este breve avistamiento de “candelillas” en la lejanía es uno de los episodios más comentados de la historia de la exploración, con teorías que van desde explicaciones naturales hasta suposiciones más especulativas, como un encuentro extraterrestre.
El Avistamiento de Luces: Relato de Cristóbal Colón
Colón describe en su diario cómo, alrededor de las 10 de la noche, mientras navegaba hacia el oeste, notó en la lejanía un tenue resplandor. Su ubicación, en la popa de la nave capitana Santa María, le permitió observar lo que describió como una “lumbre” que titilaba en la oscuridad. Llamó entonces a Pedro Gutiérrez, un colaborador cercano de la corte, para que confirmara la observación, y este también vio la extraña luz. Sin embargo, cuando intentaron mostrarla a Rodrigo Sánchez de Segovia, enviado por los Reyes Católicos, este no pudo percibirla, probablemente debido a su posición en el barco.
Según Colón, la luz aparecía y desaparecía intermitentemente, “como una candelilla de cera”. Esta visión fue interpretada por él como un indicio de proximidad a tierra, aunque no llegó a confirmarlo plenamente. En las horas que siguieron, Colón mantuvo el rumbo, y al amanecer del día siguiente, su expedición llegó finalmente a tierra firme, dando inicio a una nueva era en la historia mundial.
En el Diario de Cristóbal Colón, el 11 de octubre de 1492 queda registrado el episodio en el que Colón y su tripulación observaron una luz en la distancia, horas antes de avistar tierra por primera vez en su viaje hacia el Nuevo Mundo. Este avistamiento fue documentado en términos detallados, que reflejan la emoción y la cautela de los marineros ante la posible proximidad de tierra firme. A continuación, se presenta el fragmento específico que describe este evento:
“Después del sol puesto, navegó a su primer camino al oeste. Andarían dos millas cada hora, y hasta dos horas después de medianoche andarían 90 millas, que son 22 leguas y media. Puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque, como fue cosa tan cerrada, que no quiso afirmar que fuese tierra, pero llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del rey, diciéndole que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y la vio. Diciéndole también a Rodrigo Sánchez de Segovia, que el rey y la reina enviaban en él por veedor, el cual no vio nada porque no estaban en un lugar donde pudiese ver. Después que el Almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos pareciera ser indicio de tierra, pero el Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra”.
Este relato refleja tanto la prudencia como la esperanza de Colón y su tripulación, quienes tras semanas de navegación sin señales de tierra, observan por fin un indicio que presagiaba el final de su travesía hacia lo desconocido.
Interpretaciones y Explicaciones Históricas
La primera explicación sobre el origen de la misteriosa luz la ofreció Bartolomé de las Casas, cronista y defensor de los derechos de los pueblos indígenas, quien consideró que el resplandor podría haber sido causado por indígenas que, utilizando antorchas de resina, salían de sus hogares para realizar sus actividades nocturnas. Según esta teoría, la luz vista por Colón podría haber sido simplemente una antorcha o fuego llevado por los nativos en las cercanías de la costa.
Otra explicación histórica, apoyada por el historiador Samuel Eliot Morison, sugiere que la luz podría haber provenido de un grupo de pescadores en canoas, que usaban antorchas para iluminar su actividad en el mar. Sin embargo, esta hipótesis ha sido cuestionada por las condiciones meteorológicas de aquella noche, pues los vientos eran lo suficientemente fuertes como para hacer peligrosa la pesca nocturna en pequeñas embarcaciones.
La Hipótesis de la Bioluminiscencia
Otra teoría científica popular sugiere que las luces vistas podrían ser el resultado de un fenómeno bioluminiscente. Algunos investigadores han sugerido que Colón podría haber observado protozoos u otros organismos marinos que emiten luz, como el poliqueto Odontosyllis enopla, que es conocido por sus destellos en las aguas de ciertas áreas tropicales. Sin embargo, la bioluminiscencia suele producir un resplandor difuso en el agua, más que un “parpadeo de candelilla” como el que describió Colón. Además, los estudios han señalado que la bioluminiscencia de estos organismos alcanza su punto máximo unos días después de la luna llena, mientras que la noche del 11 de octubre de 1492, la luna estaba en su fase creciente.
La Teoría del Fenómeno OVNI: Una Explicación Controvertida
A mediados del siglo XX, con el auge del interés en los fenómenos paranormales y la vida extraterrestre, algunos investigadores comenzaron a considerar la posibilidad de que la luz observada por Colón pudiera haber sido un objeto volador no identificado (OVNI). Esta teoría, aunque controvertida y sin respaldo científico, se apoya en las descripciones del diario de Colón, especialmente en un incidente previo registrado el 15 de septiembre, cuando Colón y su tripulación vieron “un maravilloso ramo de fuego” caer del cielo y desaparecer en el océano.
Autores como Juan José Benítez y Manuel Audije han propuesto que ambos eventos podrían estar relacionados con una presencia desconocida en el Atlántico. Según sus teorías, el “ramo de fuego” podría representar un objeto no identificado que siguió a la expedición en su travesía. Para estos investigadores, el hecho de que la luz se elevara y descendiera como una “candelilla de cera” representa una conducta inusual para un fenómeno natural, sugiriendo la intervención de una inteligencia desconocida.
Debate y Perspectivas Modernas
Aunque la teoría OVNI ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente en círculos de ufología, la mayoría de los historiadores y científicos se inclinan por explicaciones más mundanas. Las teorías de bioluminiscencia o de luces creadas por los nativos siguen siendo las más aceptadas, aunque persisten preguntas sobre las circunstancias y el contexto del avistamiento.
El avistamiento de luces de 1492, aunque un tema menor en comparación con el propio descubrimiento de América, plantea interesantes interrogantes sobre la interpretación de los fenómenos inusuales en la época de las grandes exploraciones. En una era de escasos conocimientos sobre el mundo natural y sin tecnología avanzada para registrar estos eventos, los exploradores a menudo atribuían lo desconocido a fuerzas sobrenaturales o celestiales. En este caso, el misterio de las luces observadas la noche antes del desembarco ha permitido un sinfín de interpretaciones y continúa siendo objeto de análisis y especulación.
¿Un Misterio Sin Resolver?
La noche del 11 de octubre de 1492, víspera del descubrimiento de América, sigue marcada por este enigma que, cinco siglos después, continúa generando debates entre historiadores, científicos y entusiastas de los fenómenos paranormales. A medida que avanza la tecnología y se amplían los estudios sobre bioluminiscencia y fenómenos atmosféricos, podrían surgir nuevas interpretaciones que aclaren la verdadera naturaleza de las luces que avistó Cristóbal Colón. Sin embargo, el componente desconocido de este fenómeno mantiene su atractivo y se suma al aura de misterio que rodea al viaje que cambió la historia mundial.
Reflexión Final
¿Pudo ser el avistamiento de luces de 1492 un fenómeno natural aún no comprendido del todo, o podría tratarse de un evento verdaderamente excepcional?