Muy difícil, aunque no imposible, se ha puesto para el Valencia CF la clasificación para Champions tras la abultada derrota que ha sufrido el equipo en Anoeta.
Y eso que las cosas comenzaron de forma inmejorable para el Valencia. En el minuto 24 Soldado ejercía de ‘killer’ y adelantaba al VCF en el marcador de un imponente cabezazo a centro de Cissokho. De hecho, el único fallo que se le pudo achacar a los de Valverde en la primera parte fue precisamente el que propició el gol del empate para los ‘txuri urdin’, aunque bien es cierto que el gol no debería haber llegado ni a marcarse.
Para la moviola quedará, sin duda, el balón que tocó el portero blanquiazul, Bravo, fuera de su área, para atajar una vaselina, de nuevo, de Soldado. Conforme al reglamento, esta jugada debió saldarse con tarjeta roja para el guardameta de la Real. Pero el andaluz Fernández Borbalán no lo vio… o no lo quiso ver. Quizás le pudo el peso que su decisión, apenas a la media hora de juego, podía tener en el transcurso del encuentro.
Y lo que son las cosas, prácticamente en la jugada siguiente, conseguía la Real el gol del empate gracias a Iñigo Martínez. De nuevo la mala fortuna se cebaba con los pupilos de Valverde. Lo mejor que pudo pasar es que llegara el descanso, y así fue.
El segundo tiempo comenzó con los mismos ingredientes que el primero: un Valencia mandando y la Real esperando agazapada para lanzar el zarpazo a la contra. La diferencia, quizás, es que el mordiente ‘ché’ ya no era el mismo. Parejo intentó hacer de ‘Banega’ pero sus balones y los de Feghouli no llegaban con las suficientes garantías a Jonas o a Soldado. Con todo, fueron los mejores minutos de los de Valverde que no pudieron, o no supieron, superar a la defensa ‘txuri urdin’ perdiendo así la oportunidad de cambiar el signo del partido.
Con el ataque blanquinegro tropezándose con Bergara y Allimendi, Agirretxe destapó el frasco de las esencias y comenzó su recital particular, disipando las intenciones valencianistas. La contra realista tuvo su premio y una combinación bien llevada por Agirretxe y Chory Castro, marcando éste último el desempate.
Los últimos cinco minutos de partido fueron un baile de goles, de los de ‘visto y no visto’. Agirretxe alargaba su leyenda marcando el 3-1, pero en el ’89 el brasileño Jonas acercaba a un Valencia que pareció creer en la igualada y, de hecho, en esa lucha estaba cuando a en el descuento, Agirretxe ‘destrozaba las naves valencianistas’ con el definitivo 4-2, que cerraba el encuentro.
El Valencia se queda en una incómoda sexta posición empatado a puntos con el Málaga, y a cinco puntos de la Real Sociedad, pero a los mismos cinco puntos (por encima) de un Betis que en jornada de lunes juega contra el Depor y podría, de ganar, quedarse a tan sólo dos puntos de los de Valverde. En resumen, ahora podría peligrar hasta la Europa League.
VLC Ciudad / Javier Furió