Cuando la policía entró la casa familiar ubicada en Adelaida, Australia, encontró un panorama apocalíptico.
Todo estaba cubierto de basura y un niño, de sólo cuatro años, estaba encerrado. Mostraba claras señales de desnutrición.
En otro cuarto estaba la madre. Cuando los agentes le preguntaron por qué tenía a su hijo en esas condiciones, la mujer, de 24 años, respondió que estaba “demasiado ocupada teniendo sexo” como para atenderlo.
La joven reconoció sus errores en una entrevista con Channel 9. “Arruiné todo, hice mal las cosas. Sé que no tendría que haber puesto a mi hombre por delante de mi hijo”, aseguró.
“No me relacioné con mi hijo como debería haberlo hecho. En lugar de eso, estaba demasiado ocupada teniendo sexo con mi pareja”, agregó.
Pero su conducta iba más allá de alguna equivocación. Parecía una actitud de desprecio deliberada.
Por ejemplo, publicaba en Facebook algunos de los manjares que cocinaba, mientras el niño moría de hambre en su habitación. Él apenas recibía algunas sobras por debajo de la puerta.
La policía se enteró de lo ocurrido por el llamado de la propia madre, que solicitó que la defendieran de su pareja -el padre del niño-, que la estaba golpeando. Entonces descubrieron que el hijo padecía una deshidratación del 10 por ciento, muy cercana al estado crítico.
Cuestionado, el padre se defendió de las críticas. “Nosotros lo alimentábamos bastante todos los días. Le pasábamos los platos con comida debajo de la puerta. Por lo que podíamos escuchar, era bastante feliz”, dijo.
El niño fue internado en una institución, donde intenta superar sus profundos traumas. Los padres esperan la sanción de la Justicia, que se conocerá en diciembre.