Juan Ferrer. * Economista y ex concejal del Ayuntamiento de Valencia.
Hace algo mas de una semana y al calor de unas declaraciones sobre la crisis y las reformas estructurales de la economía española, por Aurelio Martínez y otras de Esperanza Aguirre declarando que la reforma laboral de Rajoy venía a enterrar los últimos vestigios del franquismo (¿), me propuse y anuncié una pequeña serie de artículos para explicar lo que según el propio Aurelio nos enseñaba en Estructura Económica de España está debajo de nuestro nivel de desempleo y estos “mercados de trabajo” que no acaban de funcionar.
Lo que dijo Aguirre no es del todo desencaminado, otra cosa es que no sea como ella cree que es. O que dijo Aurelio, tampoco pero insistíamos que esta crisis, aunque desde la perspectiva de la economía española pueda parecerse a la del 59 con su Plan de estabilización, tampoco lo es porque no estamos en aquella tesitura económica ni el entorno de las economías que nos circundan están en situación expansiva, como ocurría entonces.
Cuando se dice que el paro español es estructural, es cierto. Solo una parte, no muy importante es paro friccional, el propio de las entradas y salidas del mercado de trabajo. Otra parte, no muy grande, es coyuntural, el que resulta de ciertas oscilaciones económicas normales en una economía no planificada. Por último hay un grueso de desempleo que es estructural, pero al decir esto, unos entienden que son las circunstancias de la regulación legal del empleo, la legislación laboral, su origen, cuando en realidad hay que entender que es la ESTRUCTURA ECONOMICA ESPAÑOLA la que, pese a haber variado en los últimos años, no lo ha hecho bastante ni tampoco significativamente. O si se prefiere, esos cambios de una parte de la estructura han sobrevenido en aumentos masivos del desempleo.
Podíamos plantearlo al revés, los niveles de empleo (desempleo) son el resultado de la Estructura Económica de este país, en cada momento de su devenir, las intervenciones par la modernización tanto de la economía como de la sociedad se han traducido en importantes crecimientos del paro, tal vez porque se han formulado sobre la base de hacer competitiva la economía actuando solo sobre el factor trabajo. Se han movido los ajustes sobre una función de producción ligada a dos factores: Capital y Trabajo, olvidando otros tan importantes desde la crisis del 72-73, como la energía, o desde la crisis de los 90, como la innovación tecnológica.
Al final de la Guerra Civil España y el franquismo estaban en pie de igualdad con el resto de las dictaduras fascista. Italia, Alemania, Japón, no iban a plantear ninguna afrenta al régimen que precisamente ellos habían contribuido a consolidar.
El franquismo a lo largo de la Segunda Guerra Mundial negoció y comerció con las potencias del eje. Su no beligerancia no suponía en ningún caso participación en el bloqueo económico que las potencias aliadas promovieron contra los suministros y comercio del III Reich, Aquí habría que repasar la original historia del comportamiento del Banco Internacional de Pagos de Basilea cuyo presidente entre 1939 y 1946, el americano Thomas McKittrick, entregó sin titubear el oro de los países ocupados, depositado para garantizar loas transacciones comerciales y que a medida que lo eran, en y bajo la declaración alemana de garantizar lo pagos de aquellos, solicitaban su reintegro al Banco de Alemania, y lo que es peor, lo conseguían, con lo que los nazis pusieron en marcha una poderosa forma de financiar inicialmente las ocupaciones.
Este flujo de oro de los ocupados que iba de Basilea a Berlín paró radicalmente tras el ataque japonés de Peral Harbour y la entrada en guerra de los estados Unidos. No es de extrañar que tras el ataque del 6 de diciembre de 1941, los alemanes mantuvieran a este abogado presidente de Lee, Higginson & Co. Compañía que venía haciendo grandes préstamos a los nazis, y a la vez Presidente de la Cámara de Comercio Anglo-Americana en Londres, declarando que “Las opiniones de McKittrick son bien conocidas por nosotros”.
El final de la Segunda Guerra Mundial no favoreció los intereses de Franco. Su doble juego, mantenido a su cuñado Serrano Suñer manejando asuntos en Berlín como enviado especial, al tiempo que enviaba al Duque de Alba, por cierto, aspirante al trono británico muy bien posicionado tras la crisis de la abdicación de Eduardo VIII, le permitía apartar a los nazis de Gibraltar al tiempo que se lo garantizaba a los británicos. Por allí pasó la flota que llevaría a Montgomery, tropas y suministros.
Pues bien, pese al doble juego, los aliados repudiaron al régimen de Franco, al que no depusieron ni invadieron, permitieron que siguiera con su estado fascista si bien aislado del mundo. La lluvia de millones del Plan Marshall destinados a la reconstrucción europea pasó de largo por España (Bienvenido Mr. Marshall).
Si los europeos tenían la industria desmantelada, la vivienda hecha escombros de guerra, las comunicaciones, ferrocarriles, carreteras puentes…, en fin, el capital físico de carácter público destrozado, los españoles también. Mientras unos pudieron reconstruirlo en pocos años, los españoles debimos renunciar la industrialización sobre bases tecnológicas modernas. La ausencia de comercio exterior abocaba a una economía basada en el trabajo (trabajo intensiva) cercana a la diseñada por Mao en 1958 con el Gran Salto Adelante.
Una dictadura es mala, pero una dictadura con autarquía es infinitamente peor.
Hasta aquí hemos entrado y puesto las bases explicativas de una economía con escasez de capital, trabajo intensiva, a la fuerza protegida, aislada, en la que los precios no eran de mercado y la retribución de los factores, el resultado de reglas administrativas del régimen, antes que de la participación de los factores en l producción.
Aquí jugaría un papel `principal la CNS (Central Nacional Sindicaista) con Girón a la cabeza y regulando las retribuciones y los derechos laborales en un ambiente de falta de libertades, también sindical, mientras la guerrilla sigue actuando y las organizaciones que han contribuido al triunfo aliado en Europa se manifiestan como una amenaza seria para el Régimen.
(seguirá)